Aznar sigui¨® acusando a Irak de comprar uranio cuando ya hab¨ªa sido desmentido en la ONU
El presidente del Gobierno se niega a comparecer en el Congreso para dar explicaciones
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, justific¨® la amenaza que supon¨ªa el r¨¦gimen iraqu¨ª de Sadam Husein para la seguridad mundial, entre otras razones, por la presunta compra de uranio enriquecido para fabricar armas nucleares, una acusaci¨®n que el presidente George W. Bush incluy¨® en su discurso del Estado de la Uni¨®n, el 28 de enero de 2003, cuando conoc¨ªa, seg¨²n todas las evidencias, que se trataba de un dato falso. Aznar se refiri¨® a ello incluso despu¨¦s que la Organizaci¨®n Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) hiciera p¨²blico que se trataba de un montaje.
Aznar a Zapatero: "Las armas de destrucci¨®n masiva existen y las ver¨¢"
El jefe del Gobierno atribuy¨® a inspectores de la ONU algo que nunca hab¨ªan afirmado
El tema de las armas de destrucci¨®n masiva, seg¨²n fuentes de La Moncloa consultadas por EL PA?S, no le quita un minuto de sue?o a Aznar. Tampoco a la ministra de Exteriores, Ana Palacio, quien considera, seg¨²n ha declarado, que es un tema interno tanto de Estados Unidos como del Reino Unido. Quiz¨¢ por eso, Aznar evita una y otra vez comparecer en el Congreso para explicar sus afirmaciones durante la crisis preb¨¦lica.
Aznar se present¨® junto a Bush y Tony Blair en las Islas Azores el domingo 16 de marzo de 2003, para dar el ultim¨¢tum definitivo por partida doble, tanto al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como a Sadam Husein, antes de que comenzaran, tres d¨ªas despu¨¦s, en la madrugada del 19 al 20 de marzo, los bombardeos contra Irak. Tras el fin de la guerra, el Gobierno espa?ol proclam¨® varias veces que las armas de destrucci¨®n masiva -qu¨ªmicas, biol¨®gicas y nucleares- que justificaron la intervenci¨®n militar ser¨¢n halladas alg¨²n d¨ªa.La historia de las compras de uranio se remonta a finales de 2001, cuando la Administraci¨®n Bush recibi¨® informes sobre ello. En febrero de 2002, a iniciativa del vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) envi¨® a N¨ªger a un miembro del servicio exterior, el embajador Joseph Wilson, para verificar los datos de un presunto contrato entre Irak y N¨ªger. Despu¨¦s de investigar, Wilson inform¨®, en marzo de 2002, a la CIA y al Departamento de Estado de que la presunta compra de uranio se basaba en especulaciones infundadas, originadas en un viaje de una misi¨®n iraqu¨ª a N¨ªger en 1999.
La ministra Ana Palacio se refiri¨® a las armas de destrucci¨®n masiva el 9 de septiembre de 2002, en v¨ªsperas de su viaje a Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas. En declaraciones a Tele 5, la ministra dijo: "Evidentemente hay indicios de que Irak tiene voluntad de fabricar un arma nuclear y de que ese proceso est¨¢ avanzando r¨¢pidamente". Las declaraciones coincidieron con un informe del Instituto Internacional de Armas Estrat¨¦gicas de Londres, difundido ese mismo lunes, 9 de septiembre, sobre las armas de destrucci¨®n masiva: "Si de alg¨²n modo Irak pudiera adquirir suficiente material nuclear de fuentes externas, probablemente producir¨ªa armas nucleares en poco tiempo, quiz¨¢s en cuesti¨®n de meses".
El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, habl¨® del asunto el 18 de septiembre de 2002 en el Congreso. "Diversas fuentes", dijo, "como hace muy pocos d¨ªas el Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos, confirman que Irak conserv¨® parte de sus armas de destrucci¨®n masiva, qu¨ªmicas y bacteriol¨®gicas tras la Guerra del Golfo, y desde entonces esos arsenales han aumentado y podr¨ªan hacerlo tambi¨¦n en breve, incluso en el terreno de las armas nucleares, de contar con alg¨²n tipo de colaboraci¨®n exterior".
El tema nuclear se calent¨®, pues, en torno al primer aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono. ?Por qu¨¦? Bush estaba en campa?a para que el Congreso de Estados Unidos le diera un cheque en blanco a fin de que, llegado el caso, pudiera desencadenar la guerra en Irak.
En Washington, la asesora nacional de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y el vicepresidente Cheney, hicieron declaraciones d¨ªas antes del 11 de septiembre de 2002, cuando se filtr¨® que Irak intentaba adquirir tubos de aluminio para centrifugar uranio. "Siempre habr¨¢ alguna imprecisi¨®n sobre la rapidez con que Sadam puede adquirir armas nucleares. Pero no queremos que la prueba sea la nube de un hongo at¨®mico", dijo Rice.
Ese mes de septiembre de 2002, el Comit¨¦ de Inteligencia Conjunto (JIC) brit¨¢nico elabor¨® un informe sobre la situaci¨®n. Seg¨²n dec¨ªa, Irak estaba en condiciones de poner en marcha armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas en 45 minutos, y dec¨ªa algo m¨¢s: "Como resultado de la labor de inteligencia, estimamos que Irak ha intentado obtener cantidades significativas de uranio en ?frica, pese a no poseer en la actualidad un programa nuclear para usos civiles que lo exija".
El 24 de septiembre de 2002, al hilo del informe, Tony Blair se refiri¨® al tema en la C¨¢mara de los Comunes. "Sabemos que Sadam ha tratado de comprar significativas cantidades de uranio en ?frica, aunque no sabemos si tuvo ¨¦xito". El 7 de octubre, Bush intent¨® comentar el asunto en un discurso en Cincinnati, Ohio. La CIA le disuadi¨®. El presidente, empero, dijo: "Las pruebas indican que Irak est¨¢ reconstruyendo su programa de armas nucleares. Ha intentado comprar tubos de aluminio y otros equipos que se usan en el enriquecimiento de uranio para fabricar armas nucleares".
Por esas fechas, octubre de 2002, Elisabetta Burba, corresponsal extranjera del semanario italiano Panorama, de regreso de N¨ªger, entreg¨® a la embajada de Estados Unidos en Roma un paquete de documentos. El embajador envi¨® los papeles a la CIA. El Comit¨¦ de Inteligencia Conjunto brit¨¢nico tuvo acceso a ellos. Eran una docena de cartas. Funcionarios iraqu¨ªes y altos cargos de N¨ªger, seg¨²n la citada correspondencia, se refer¨ªan a un presunto contrato de compra de uranio enriquecido para fabricar bombas nucleares. La periodista hab¨ªa recogido en N¨ªger la impresi¨®n de que se trataba de un montaje.
El 28 de enero de 2003, Bush decidi¨® incluir una frase sobre la amenaza nuclear en su discurso sobre el Estado de la Uni¨®n. "El Gobierno brit¨¢nico ha sabido que Sadam Husein intent¨® recientemente obtener cantidades significativas de uranio en ?frica. Sadam Husein no tiene ninguna explicaci¨®n solvente para estas actividades. Tiene mucho que ocultar".
Durante esos d¨ªas, el secretario de Estado, Colin Powell, preparaba su informe sobre las armas de destrucci¨®n masiva ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, previsto para el 5 de febrero de 2003. El mismo d¨ªa, Aznar deb¨ªa explicar al Congreso la posici¨®n oficial a las cuatro de la tarde, las 10 de la ma?ana de Nueva York. Los discursos de Aznar y de Powell se solapar¨ªan.
El presidente del Gobierno explic¨® el contenido de las resoluciones de la ONU y a?adi¨®: "Perm¨ªtanme detallarles algunos ejemplos extra¨ªdos de los informes de los inspectores que dejan clara la falta de voluntad de Irak para eliminar las armas de destrucci¨®n masiva y programas que desarrolla para obtenerlas. Respecto al programa de armas nucleares, Irak ha intentado reiteradamente en los ¨²ltimos a?os hacerse con tubos de aluminio de alta calidad, aptos para enriquecer uranio. Adem¨¢s ha intentado hacerse ilegalmente con stocks de este mismo material...".
No era verdad. Aznar atribu¨ªa a los inspectores de la ONU, dirigidos por Hans Blix, algo que ellos nunca hab¨ªan afirmado. La adquisici¨®n de los tubos de aluminio para uso nuclear era una afirmaci¨®n de Estados Unidos. Pero, adem¨¢s, jam¨¢s hab¨ªan afirmado que Irak intentara adquirir uranio enriquecido. Entre otras cosas, porque el responsable de las inspecciones en Irak por la Organizaci¨®n Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), Jacques Baute, insist¨ªa sin ¨¦xito, desde hac¨ªa meses, para que Estados Unidos y Reino Unido aportaran pruebas, tanto sobre los tubos de aluminio como sobre las compras de uranio enriquecido a N¨ªger. S¨®lo el 4 de febrero, la v¨ªspera del informe de Powell, la embajada de Estados Unidos en Viena ofreci¨® un informe oral a la OIEA, que tiene su sede en la capital austriaca. Ning¨²n documento fue aportado para probar las acusaciones.
Powell, a diferencia de Aznar, no hizo menci¨®n a las presuntas compras de uranio enriquecido. Seg¨²n explic¨® el pasado 11 de julio de 2003, las pruebas no le ofrec¨ªan garant¨ªa y opt¨® por no mencionarlo.
A mediados de febrero, el Gobierno de EE UU envi¨® a la OIEA los documentos que probar¨ªan la pretendida transacci¨®n entre Irak y N¨ªger. Los inspectores verificaron enseguida que una de las cartas, de octubre de 2000, estaba firmada por el ministro de Asuntos Exteriores Allele Habibou. Pero Habibou hab¨ªa abandonado el Gobierno en 1989. En otra carta la firma del presidente de N¨ªger, Tandja Mamadou, era manifiestamente falsa.
El 7 de marzo de 2003, tanto el jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, como el director de la OIEA, Mohammed el Baradei, presentaron informes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ambos citaban ejemplos de progresos en las inspecciones.
Delante de Powell y los dem¨¢s ministros de Exteriores, El Baradei explic¨® que no exist¨ªan pruebas de que Irak estuviera utilizando tubos de aluminio para producir armas nucleares. "No hay pruebas de que Irak est¨¦ reactivando su programa nuclear", dijo. Pero a?adi¨® algo m¨¢s relevante: "LA OIEA ha progresado en su investigaci¨®n sobre los informes seg¨²n los cuales Irak intent¨® comprar uranio a N¨ªger (...) La investigaci¨®n se ha centrado en documentos aportados por varios pa¨ªses en los que se apunta un acuerdo entre N¨ªger e Irak entre 1999 y 2001. Bas¨¢ndose en un profundo an¨¢lisis, la OIEA ha concluido, con la ayuda de expertos independientes, que estos documentos no son aut¨¦nticos. Por tanto, la organizaci¨®n ha concluido que las acusaciones son infundadas".
Powell record¨®, tras escuchar el informe, que en 1991 la OIEA estuvo a punto de afirmar que Irak carec¨ªa de programa nuclear, pero pronto descubri¨® que s¨ª lo hab¨ªa. "La organizaci¨®n est¨¢ alcanzando una conclusi¨®n similar ahora, pero deber¨ªa actuar con cautela y mantener las puertas abiertas. Hay alguna disputa sobre temas concretos, incluyendo el de los tubos de aluminio...". Powell no dijo una palabra sobre compras de uranio de Irak a N¨ªger.
Ana Palacio, presente en la sesi¨®n, dijo que "los progresos concretos de los inspectores en su encomiable labor nos est¨¢n desviando del objetivo: el desarme total del r¨¦gimen". Y agreg¨®: "?Qu¨¦ mensaje estamos dando? He escuchado a quienes asumen que las decisiones que puede adoptar este Consejo van a provocar la p¨¦rdida de un gran n¨²mero de vidas humanas y grandes da?os en Irak y lo censuran y lo responsabilizan. No es as¨ª".
El Baradei aclar¨® al d¨ªa siguiente, 8 de marzo, que la OIEA hab¨ªa examinado cuidadosamente las pruebas y se hizo una consulta con expertos forenses. "Llegamos a la conclusi¨®n de que los documentos son una falsificaci¨®n", dijo.
Tanto Condoleezza Rice como Colin Powell salieron al ruedo en dos programas de televisi¨®n, el domingo 9. "Las observaciones de la OIEA sobre el programa nuclear iraqu¨ª parec¨ªan concluir que Irak no ha restablecido su programa, pero tenemos que tener cuidado, en especial con un pa¨ªs totalitario como Irak". Powell, m¨¢s pragm¨¢tico, al explicar por qu¨¦ hab¨ªan aportado los documentos falsos, se?al¨®: "Es la informaci¨®n que ten¨ªamos. La dimos a conocer. Si es inexacta, pues bueno".
Unos d¨ªas m¨¢s tarde, Cheney, que ten¨ªa las pruebas del montaje de N¨ªger, compareci¨® en televisi¨®n. Fue el 16 de marzo, el d¨ªa de la cumbre de las Azores: "Si se miran los antecedentes de la OIEA, creo que el se?or El Baradei, francamente, est¨¢ equivocado; especialmente en lo que concierne a Irak, siempre han subestimado o ignorado lo que Sadam Husein estaba haciendo. No tengo ninguna raz¨®n para creer que lo que dicen ahora es m¨¢s v¨¢lido de lo que dijeron. Creemos que Sadam ha reconstituido su programa de armas nucleares".
La guinda, siguiendo a Cheney, la puso Aznar. 24 horas antes del bombardeo sobre Bagdad, el presidente del Gobierno espa?ol, en un cruce de acusaciones en el Congreso con el l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, dijo: "Se equivoca su se?or¨ªa. Las armas de destrucci¨®n masiva existen y las ver¨¢. Cr¨¦ame que Sadam Husein y el r¨¦gimen iraqu¨ª no tienen las armas de destrucci¨®n masiva para hacer colecci¨®n, las tienen para poder usarlas, y no ha tenido contacto con grupos terroristas por tener m¨¢s o menos amigos sino porque est¨¢ dispuesto a utilizar el terrorismo, y tambi¨¦n lo ha demostrado. Adem¨¢s, est¨¢ dispuesto a acceder en cuanto pueda a elementos con un componente nuclear. No lo hace por coleccionar, lo hace por hegemon¨ªa".
El 6 de julio pasado, el embajador Joseph Wilson hizo p¨²blica su gesti¨®n de febrero de 2002 en N¨ªger. La Casa Blanca admiti¨® que Bush no ten¨ªa que haber incluido en su discurso sobre el Estado de la Uni¨®n la referencia a las compras de uranio. Y el director de la CIA, George Tenet, en lo que cada vez se parece m¨¢s a un pacto para salvar a Bush y su propia cabeza, asumi¨® la responsabilidad por ello.
EL PA?S llam¨® por tel¨¦fono al embajador Wilson a Washington. "Dada la temperatura que est¨¢ adquiriendo la crisis pol¨ªtica en torno a este asunto, no me parece que deba hablar de ello con un medio de prensa extranjero", se excus¨®. "Cuando remita este clima, le atender¨¦", prometi¨®.
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