La vuelta al 'zulo' de Georgia
Francisco Rodr¨ªguez recorri¨® los lugares donde permaneci¨® atado 373 d¨ªas
"A pesar de que me hab¨ªan amenazado de muerte, no ten¨ªa que haberme ido sin declarar, como un cobarde", dice Francisco Rodr¨ªguez, que no dud¨® en aceptar la invitaci¨®n que el ministro de Seguridad georgiano, Valeri Jaburdzania, le curs¨® el pasado 12 de abril para convertirse en la primera persona, tanto nacional como extranjera, que se ha atrevido a declarar contra la poderosa red mafiosa que le captur¨®.
Francisco Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Antonio Tremi?o fueron secuestrados en Tbilisi el 30 de noviembre de 2000. Despu¨¦s de esperar durante 373 d¨ªas que sus captores les dispararan un tiro en la nuca, los dos empresarios espa?oles fueron puestos en libertad y abandonaron Georgia sin hacer la m¨¢s m¨ªnima declaraci¨®n ante la fiscal¨ªa. Al cabo de un a?o y medio, Rodr¨ªguez volvi¨® para identificar a sus captores y ayudar al Gobierno de Tbilisi a destapar una trama de corrupci¨®n en la que est¨¢n implicados "altos cargos de la Administraci¨®n, polic¨ªas y funcionarios del Ministerio del Interior".
"El cerebro del secuestro", dice, "fue el entonces viceministro del Interior, Vagtan Kutateladze, en la actualidad jefe de la Interpol de Georgia, aunque yo no tengo pruebas contra ¨¦l, pero s¨ª contra su socio el general Levani, que era el jefe de las fuerzas antiterroristas de Georgia".
Rodr¨ªguez estuvo en Georgia del 11 al 17 de junio pasado, protegido por 30 agentes de seguridad, prest¨® declaraci¨®n, identific¨® a trav¨¦s de fotograf¨ªas a algunos de los hombres que participaron en su secuestro, incluido Shota Chichiashvili, el capit¨¢n, que era el jefe de la banda contratada para apresarles y ocultarles hasta el pago del rescate, y recorri¨® la zona, donde lleg¨® a reconocer la casa en la que estuvieron retenidos entre septiembre y noviembre de 2001.
Los dos empresarios espa?oles regresaron a Madrid el 11 de diciembre de 2001 a bordo de un avi¨®n de transporte militar espa?ol fletado por el Gobierno para recogerles tras su liberaci¨®n. Ahora Rodr¨ªguez volvi¨® solo, porque ya dijo entonces: "Ni perdono, ni olvido". Esa "necesidad de castigar a quienes tanto da?o hicieron" a ¨¦l y a su familia fue m¨¢s fuerte que el evidente peligro que supon¨ªa volver a ese pa¨ªs cauc¨¢sico a levantar la tapa de una olla en la que cuecen "corrupci¨®n, crimen organizado, narcotr¨¢fico y terrorismo".
Las autoridades actuales de Georgia se han empe?ado en limpiar el pa¨ªs, y "con la ayuda de 200 asesores de EE UU que buscan c¨¦lulas de Al Qaeda" han logrado hacerse con el control del desfiladero de Pankisi, uno de los lugares en los que los empresarios espa?oles estuvieron retenidos y donde antes no se aventuraban las fuerzas de seguridad georgianas. Pankisi, fronterizo con Chechenia, era refugio de guerrilleros independentistas y base de entrenamiento de terroristas. Pero, a pesar de lo que ha mejorado la situaci¨®n, el 17 de junio, su anfitri¨®n, el ministro Jaburdzania, pidi¨® a Rodr¨ªguez que abandonase esa misma noche el pa¨ªs, porque no pod¨ªa garantizar su seguridad.
Rodr¨ªguez sostiene que fue su socio Arnaldo Orta, Alex, de origen cubano, quien, con el general Levani, decidi¨® matarle. Despu¨¦s optaron por secuestrarle junto con Tremi?o para conseguir un rescate antes de pegarles un tiro. La Interpol georgiana ha emitido una orden de busca y captura contra Arnaldo Orta, pero Levani sigue pase¨¢ndose libremente por Tbilisi, aunque ha sido destituido de sus cargos.
Francisco Pascual, empleado de la empresa Geomadera, una de las participadas por Francisco Rodr¨ªguez para sus inversiones en Georgia, present¨® en mayo de 2002 un escrito al juez Guillermo Ruiz Polanco en el que, entre otros, denunciaba que Geomadera entregaba al presidente Edvard Shevardnadze una "mordida del 15% de todos los negocios, casino, madera, m¨¢rmol y grandes cantidades de antig¨¹edades y joyas", que manejaba Rodr¨ªguez y sus socios. Seg¨²n Rodr¨ªguez, "todo es falso" y piensa presentarle una querella.
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