'Euskotour'
Decenas de miles de vascos convierten las etapas de los Pirineos en manifestaciones de afirmaci¨®n nacional
Las ¨²nicas octavillas que se distribuyeron ayer en la meta de Bayona eran del sindicato franc¨¦s CGT contra el cierre de una f¨¢brica de caramelos de la zona. El temor a posibles disturbios de los grupos radicales vascos result¨® infundado, y todo se limit¨® a lo que pactaran la organizaci¨®n del Tour y los grupos de defensa del euskera: un comunicado con cr¨ªticas a la situaci¨®n de la lengua vasca al norte de los Pirineos; un locutor que utiliz¨® ese idioma, con marcada dicci¨®n francesa, para narrar las incidencias de la etapa y una enorme pancarta sobre un puente a la entrada de la ciudad con el lema "SOS euskara". Pero el recorrido entre Pau y Bayona, en el coraz¨®n del Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, volvi¨® a estar erizado de ikurri?as, como en todas las etapas de los Pirineos. Los ¨¦xitos del Euskaltel han movilizado a decenas de miles de vascos que, con fervor patri¨®tico-deportivo, han convertido el Tour del Centenario en un verdadero acto de afirmaci¨®n nacional. Muy pac¨ªfico, eso s¨ª.
Del presidente de la compa?¨ªa Euskaltel, el ex lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, al director deportivo del equipo, Juli¨¢n Gorospe, todos proclaman con orgullo: "Este es un equipo ciclista distinto a los dem¨¢s". Aunque ni Ardanza ni Gorospe lo digan tan claro, las camisetas que portan centenares de aficionados lo pregonan sin rodeos: "Euskal selekzioa bai" ("S¨ª a la selecci¨®n vasca"). Por primera vez, los vascos disponen de una especie de selecci¨®n propia capaz de lucirse en un acontecimiento deportivo de repercusi¨®n mundial. Un equipo ciclista at¨ªpico, financiado en parte con dinero p¨²blico y que funciona como un club de f¨²tbol, con socios que aportan sus cuotas para el sostenimiento econ¨®mico. Un equipo que lleg¨® al Tour como invitado - su clasificaci¨®n internacional no le daba derecho a participar en la prueba- y que puede ser el ¨²nico que coloque a dos corredores entre los cinco primeros.
"Yo vengo por el sentimiento. Si esto fuese waterpolo y hubiese unos vascos compitiendo como aqu¨ª, vendr¨ªa igual". David y otros cinco amigos de Amorebieta (Vizcaya) eran parte de los miles de vascos que peregrinaron el pasado lunes a la estaci¨®n invernal de Luz Ardiden para ver el final de la etapa reina de los Pirineos. "!Y luego dicen por la tele que aqu¨ª hay muchos espa?oles!. ?Si somos todos vascos!", protestaba uno entre la pandilla. La presencia de vascos en el Tour viene de antiguo. La proximidad de la carrera y la enorme afici¨®n por la bicicleta que hay en todo Euskadi propiciaron de siempre los desplazamientos masivos al otro lado de los Pirineos. Pero esta vez la existencia de un equipo propio con el que identificarse ha hecho m¨¢s abrumadora que nunca la presencia vasca y la exhibici¨®n de sus s¨ªmbolos patri¨®ticos.
En medio del impresionante despliegue de camisetas naranjas y de la bandera que dise?¨® Sabino Arana, se ha colado inevitablemente la propaganda de los radicales, pancartas a favor de los presos colocadas en lugares estrat¨¦gicos o pintadas en la carretera con el siniestro anagrama de ETA. Una expresi¨®n minoritaria, en todo caso. Y atenuada adem¨¢s por esa grandeza especial que tiene el ciclismo, donde todo el mundo anima a todo el mundo, donde es posible que convivan, a pocos metros de distancia, ikurri?as y banderas de Espa?a con la silueta de un toro a modo de escudo sin que se produzca el menor incidente. La inmensa mayor¨ªa de los aficionados del Euskaltel se vuelca con los suyos, pero no deja de animar a ning¨²n corredor, sea espa?ol, kazajo o colombiano. Y viceversa. "A m¨ª me emocion¨® ver a catalanes que nos dec¨ªan en los Pirineos: 'A¨²pa Euskadi'", apunta Ardanza. "Este equipo es un gran embajador".
El Tour lleg¨® a ayer a tierra vasco francesa sin que se cumpliesen los temores a un estallido de protestas radicales. Lo peor para los vascos ocurri¨® en la carretera, donde el Euskaltel tuvo que emplearse a fondo para aminorar la diferencia del escapado Tyler Hamilton, que amenazaba los puestos cuarto y quinto de Haimar Zubeldia e Iban Mayo. Una paradoja, ya que en Luz Ardiden, dos d¨ªas antes, Gorospe orden¨® a sus corredores que no colaboraran con Ullrich pese a que ten¨ªan la ocasi¨®n de distanciar a Vinokurov, tercero en la general, y situar a Zubeldia a tiro de piedra del podio. "Era Ullrich quien ten¨ªa trabajar, ¨¦l se estaba jugando el Tour", se defiende Gorospe. "Si nosotros colabor¨¢semos, s¨®lo desperdiciar¨ªamos fuerzas". Las discutidas estrategias del director, con fama de amarrategui, y la aparente rivalidad entre Zubeldia y Mayo han sido los ¨²nicos puntos oscuros del equipo. Pero la gente est¨¢ tan enfervorizada que nada podr¨¢ enturbiar ya el Euskotour del Centenario.
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