"Aspiro a tener relaciones profundas con EE UU, pero no relaciones carnales"
Hace s¨®lo dos meses y medio, N¨¦stor Kirchner era el gobernador desconocido de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia; un desierto situado en el sur, rico en gas natural y escaso de poblaci¨®n humana. Con su atuendo caracter¨ªstico -traje demasiado grande y mocasines de colegial- asumi¨® el poder en mayo en medio de la hostilidad general. En la actualidad, N¨¦stor Kirchner, de 53 a?os, reci¨¦n descubierto como campe¨®n de la raz¨®n y -cosa igualmente importante- de los derechos humanos, es un hombre que llegar¨¢ lejos en este continente. Las encuestas muestran que cuenta con el apoyo del 70 % del p¨²blico argentino.
El ¨²nico que no parece sorprendido es el propio Kirchner, tranquilo y claramente en control. En una conversaci¨®n mantenida con Haaretz en la Casa Rosada -su primera entrevista desde que tom¨® posesi¨®n, el 25 de mayo-, Kirchner dice que conf¨ªa en que el presidente de EE UU, George W. Bush, ayude a lograr un acuerdo largamente deseado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El viaje a EE UU -su segunda salida al extranjero, despu¨¦s de un viaje rel¨¢mpago a Europa la semana pasada- se produce en un momento cr¨ªtico en las negociaciones de Argentina con el FMI. De momento, Kirchner ha conseguido algo hasta ahora impensable: que el presidente del FMI, Horst Kohler, reconociera p¨²blicamente este mes que el Fondo cometi¨® importantes errores en su actuaci¨®n respecto a Argentina.
"Hay que comprender que Argentina est¨¢ a 10 kil¨®metros bajo tierra, a eso hemos llegado"
"Uno de los objetivos fundamentales es vencer la cultura de la impunidad"
"El FMI tiene una parte importante de responsabilidad por lo ocurrido en Argentina"
"Queremos que se comprendan los errores del FMI en Argentina", dice Kirchner. "Recuerde que se dedicaron a pasear al ex presidente Carlos Menem en todas las asambleas anuales, sin dejar de decir que era un dirigente ejemplar. As¨ª que tienen una parte importante de responsabilidad por lo ocurrido. Tienen que recordar esos errores para no repetirlos. En nuestra opini¨®n, el presidente Bush puede ayudar de forma significativa".
"Nunca m¨¢s", dice Kirchner, "volveremos a ver aqu¨ª un Gobierno de extremos, el culto a la personalidad. Tenemos que comprender que necesitamos actuar como colectivo, no en funci¨®n de un culto a la personalidad. No existe un salvador mesi¨¢nico. Los argentinos pasamos con mucha rapidez de la desesperaci¨®n a la euforia. Creemos que el individuo puede salvarse a s¨ª mismo, cada uno por su cuenta. Y ¨¦se, hist¨®ricamente, ha sido uno de nuestros problemas m¨¢s graves. Yo creo en el Gobierno colectivo, la diversidad, la pluralidad. Empecemos a darnos cuenta de que las sociedades funcionan con verdades relativas".
Guido Di Tella, ministro de Exteriores del Gobierno exageradamente prooccidental de Carlos Menem, calific¨® las relaciones entre Argentina y Estados Unidos de "carnales". Kirchner menciona el t¨¦rmino con evidente desagrado. "Recuerdo que la gente hablaba de relaciones carnales. En mi opini¨®n fue un error, tanto para Estados Unidos como para Argentina. Yo aspiro a tener unas relaciones profundas. Serias y profundas, pero no carnales". Eduardo Duhalde, el presidente interino inmediatamente anterior a Kirchner, se opuso a la guerra en Irak, y el propio Kirchner, al tomar posesi¨®n, hizo una serie de declaraciones antiunilateralistas que suscitaron inquietud en Washington.
Sobre la posici¨®n actual de Argentina, Kirchner dice: "Soy defensor del multilateralismo. Creo que debe ser la ONU la que resuelva los conflictos entre naciones. El Consejo de Seguridad es esencial. No creo en la ley del m¨¢s fuerte. Me parece crucial que la ONU desempe?e un papel fundamental en la reconstrucci¨®n de Irak. Un mundo en el que el m¨¢s fuerte se imponga al m¨¢s d¨¦bil, en cualquier situaci¨®n, corre un riesgo incalculable".
Kirchner dedic¨® la v¨ªspera de su viaje a asuntos de inter¨¦s para la comunidad jud¨ªa. Mantuvo una larga reuni¨®n con dirigentes jud¨ªos locales en la que -nueve a?os despu¨¦s del atentado terrorista que destruy¨® la sede de la comunidad jud¨ªa de Buenos Aires, denominada AMIA- anunci¨® que todos los documentos pertinentes en manos de diferentes cuerpos de la Polic¨ªa se har¨¢n p¨²blicos. Jos¨¦ Hercman, presidente de la Delegaci¨®n de Asociaciones Jud¨ªas de Argentina (DAJA), declar¨® a Haaretz que "¨¦sta es la primera vez que un presidente de Argentina se compromete de esta forma a considerar la investigaci¨®n sobre AMIA como un asunto de Estado. Y es el primero que ha tomado medidas concretas para demostrar su compromiso". M¨¢s tarde, en una reuni¨®n con el Centro Simon Wiesenthal, con sede en Los Angeles, Kirchner prometi¨® hacer p¨²blicos documentos relacionados con la inmigraci¨®n de nazis a Argentina en la posguerra, algo que el centro solicit¨® el pasado mes de diciembre.
La reuni¨®n de Kirchner con los dirigentes jud¨ªos locales se produjo cuatro d¨ªas despu¨¦s de la concentraci¨®n anual del 18 de julio para conmemorar el atentado del edificio de la AMIA, en el que murieron 85 personas. Hasta ahora no hay ning¨²n condenado, y la batalla legal se ha visto complicada por innumerables batallas pol¨ªticas. Tampoco est¨¢ resuelto el atentado contra la embajada israel¨ª en 1992, en el que murieron 29 personas, incluidos cuatro diplom¨¢ticos israel¨ªes. Los dos atentados terroristas de principios de los noventa, dice Kirchner, "fueron nuestro 11 de septiembre. S¨®lo que, en vez de aviones, utilizaron camiones".
"Uno de los principios fundamentales que hemos defendido sin cesar es la mejora de la calidad de las instituciones. Otro tema ha sido el de la justicia, la memoria, vencer a la cultura de la impunidad, y hemos trabajado mucho a este respecto. Para nosotros, los atentados contra la AMIA y la embajada israel¨ª en Argentina fueron como el 11 de septiembre. Desgraciadamente, es un asunto por el que los argentinos sentimos una enorme verg¨¹enza. Una verg¨¹enza nacional. Durante a?os hubo una par¨¢lisis nacional, producto de la cultura de la impunidad, no s¨®lo sobre este asunto, sino sobre otros muchos. Los desaparecidos, que son algo muy grave, o los delitos econ¨®micos. En este pa¨ªs, en general, no ha habido un sentido claro de los valores, el alcance de la justicia, la independencia del poder judicial, y as¨ª hemos llegado a esta situaci¨®n lamentable".
Kirchner es un hombre que ha vencido grandes obst¨¢culos f¨ªsicos: es alto y desgarbado, tiene un paladar hendido que le hace hablar con dificultad, y un ojo desviado. Pero los problemas parecen haberle hecho m¨¢s duro. Kirchner es un hombre que conquista con su inteligencia.En su conversaci¨®n se muestra confiado, consciente pero optimista. Su pa¨ªs, destaca, se enfrenta a una lucha muy dif¨ªcil. "Argentina ha vivido muchos a?os oscuros. Entramos en la terrible noche de la dictadura entre 1975 y principios de 1976. Ahora, nuestra labor es ocuparnos de todos los frentes necesarios. A pesar de la recesi¨®n brasile?a, nuestra econom¨ªa va a crecer entre el 4,5 y el 5,5 este a?o. El producto interior bruto va a aumentar de forma considerable. El paro, la indigencia y la pobreza han descendido. Las inversiones aumentan. Estamos en un importante proceso de reforma. Mantenemos negociaciones internacionales para llegar a un acuerdo apropiado con el FMI".
"Hay que comprender que Argentina, en estos momentos, est¨¢ a 10 kil¨®metros bajo tierra. A eso hemos llegado. Tenemos que enfrentarnos sin m¨¢s tardar a todos estos problemas. No podemos perder tiempo. Debemos restablecer nuestras relaciones con el mundo. Debemos volver a las pol¨ªticas de seguridad jur¨ªdica, facilitar la labor de un poder judicial independiente. Necesitamos un plan econ¨®mico y una pol¨ªtica de inclusi¨®n social. Tenemos que combatir la destrucci¨®n social e institucional que se ve en Argentina. Necesitamos una econom¨ªa de conjunto y que funcione, en la que la gente pueda invertir. Es decir, necesitamos recuperar unas certezas importantes, las reglas del juego. Convertirnos en un pa¨ªs predecible".
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