La tregua por la sucesi¨®n de Wolfgang Wagner preside el inicio de Bayreuth
'El holand¨¦s errante', firmado por los j¨®venes Marc Albrecht y Claus Guth, abre el festival
La era de la desnazificaci¨®n de Bayreuth, iniciada por Wieland Wagner en 1951 y proseguida hasta hoy por su hermano Wolfgang, toca a su fin. Por primera vez en 50 a?os, ninguna puesta en escena de Wolfgang subir¨¢ al escenario de la verde colina: todo un s¨ªntoma. Pero las dudas surgen sobre qui¨¦n y c¨®mo capitanear¨¢ la nueva era de un festival que empieza este a?o con una tregua de los aspirantes al trono y un Holand¨¦s errante del que se responsabilizan dos j¨®venes talentos, Marc Albrecht, a la batuta, y Claus Guth, en escena.
La saga Wagner nada tiene que envidiar a la corte del dios Wotan en materia de rencillas y odios a muerte. El festival que inaugur¨® Richard Wagner en 1876 con El anillo del nibelungo ha estado siempre bajo el f¨¦rreo control de sus sucesores, quienes, adem¨¢s, tienen por costumbre ser longevos, lo que viene a complicar m¨¢s las cosas. Primero fue el turno de su viuda C¨®sima, que sobrevivi¨® al compositor 47 a?os. Se hizo cargo del festival hasta 1906, momento en que leg¨® la direcci¨®n a su hijo Siegfried. Soltero recalcitrante, homosexual reconocido por diversos autores, Siegfried se cas¨® a los 47 a?os con la inglesa Winifred Williams-Klindworth para atender a las sagradas leyes de la continuaci¨®n de la estirpe. Muri¨® en 1930 durante un ensayo de El ocaso de los dioses. Dicen que el ataque mortal le sobrevino justo cuando sonaba la marcha f¨²nebre por el h¨¦roe hom¨®nimo.
Nueva viuda, pues, al frente de Bayreuth, viuda de armas tomar como ya lo fue su suegra: Winifred era una hu¨¦rfana inglesa que hab¨ªa sido educada en los ambientes del f¨¦rreo nacionalismo germ¨¢nico. Gran admiradora de Hitler, a ella se debe en buena medida el Mein kampf, escrito por "t¨ªo Wolf" -as¨ª le llamaban los Wagner- en la prisi¨®n de Landberg con el papel y la tinta que ella le proporcionaba. Se ha llegado a especular con que Winifred fue amante del f¨¹hrer: en cualquier caso, le ocult¨® en Bayreuth a escondidas de su marido, seg¨²n cuenta en sus memorias su deseheredada hija Friedelind. Todav¨ªa en 1975, cinco a?os antes de su muerte, Winifred declaraba ante la c¨¢mara de Syberberg que, de haber resucitado Hitler, ella le habr¨ªa vuelto a acoger como un amigo.
En 1951, el festival reemprend¨ªa liderado por Wieland y Wolfgang Wagner, encargados ahora de la "desnazificaci¨®n" cuando pocos a?os atr¨¢s hab¨ªan sido retratados sobre las rodillas de Hitler y poco m¨¢s tarde luciendo uniformes nazis. Como director esc¨¦nico, Wieland hizo una gran trabajo, devolviendo a sus esencias idealistas las obras de su abuelo. Falleci¨® en 1966, cuando dio comienzo el reinado de Wolfgang.
Los cr¨ªticos han solido desde?ar a ¨¦ste como creador, consider¨¢ndole un ep¨ªgono descafeinado de su hermano. Pero lo cierto es que Wolfgang ha acumulado otros m¨¦ritos muy notables. Por ejemplo, haber abierto las puertas de Bayreuth a directores extranjeros y haber alentado producciones -las de Gotz Friederich, Patrice Ch¨¦rau, Jean-Pierre Ponnelle y Harry Kupfer, entre otras- que a los guardianes de las esencias les parecieron simple y llana profanaci¨®n. Wolfgang ha sido un personaje contradictorio: anticomunista ac¨¦rrimo, consevador por naturaleza, todav¨ªa en los a?os cincuenta consideraba que el ¨²nico error cometido por Hitler fue el trato dado a los jud¨ªos, seg¨²n desvela en unas memorias su hijo Gottfried, quien naturalmente no se trata con su padre. Y, pese a ello, Wolfgang ha protagonizado una apertura de Bayreuth "por la izquierda" que nadie puede negar.
Llegamos as¨ª a las crisis a tumba abierta por la sucesi¨®n al trono de hace un par de a?os. En liza est¨¢n el citado Gottfried y su hermana Eva Wagner-Pasquier, ambos hijos de primer matrimonio de Wolfgang, y Nike Wagner, hija del primer matrimonio de Wieland. Estudiosos de la obra del bisabuelo, metidos desde hace a?os en sendas carreras teatrales, defienden una apertura de la programaci¨®n que abarque las ¨®peras excluidas expresamente de Bayreuth por Wagner -Rienzi, Las hadas, etc¨¦tera-, as¨ª como dar cabida en el festival a otros autores cercanos a Wagner. Wolfgang se muestra inflexible en este punto: su abuelo ci?¨® la programaci¨®n del festival a diez ¨²nicos t¨ªtulos y en eso ha seguido ¨¦l. Su opci¨®n sucesoria era en primera instancia su segunda esposa, Gudrun, y luego a la hija de ambos, Katharina, que en la actualidad cuenta 25 a?os. La endogamia no cesa: ocurre que los estatutos de la fundaci¨®n de Bayreuth reservan todav¨ªa un papel muy destacado a los herederos del compositor.
Pero todas estas trifulcas familiares parecen haber entrado en una moment¨¢nea v¨ªa muerta. El estreno, hoy, de El holand¨¦s errante se produce sin que ninguna de las partes haya vuelto a la carga. Falsa paz: las herencias no la permiten.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.