Verano, tiempo de colonias
La Fundaci¨®n Pere Tarr¨¦s organiza estancias desde 1957 y posee el 25% de las casas de colonias
M¨¢s de 400.000 ni?os y j¨®venes de Catalu?a participan cada a?o en distintas actividades veraniegas, como estancias en casas de colonias, casals d'estiu, acampadas, vacaciones en albergues y hasta cibercolonias. La cuantificaci¨®n de una realidad tan cotidiana con la llegada del verano est¨¢ recogida en un estudio realizado por la Fundaci¨®n Pere Tarr¨¦s, en el que se han contabilizado todas las iniciativas p¨²blicas y privadas.
A la Secretar¨ªa General de Juventud de la Generalitat le consta que fueron 128.895 personas las que participaron en un total de 2.450 actividades durante el verano pasado. Pero ese dato s¨®lo incluye las colonias programadas por escuelas, academias de ingl¨¦s o centros registradas ante el Gobierno catal¨¢n.
Las casas de colonias de Catalu?a dependen de distintas asociaciones: Turismo Juvenil de Catalu?a, la Societat Catalana de l'Esplai y la Asociaci¨®n de Casas de Colonias y Albergues de Catalu?a. Pero la m¨¢s antigua es la Fundaci¨®n Pere Tarr¨¦s, que es propietaria de aproximadamente el 25% de este tipo de centros de Catalu?a. Esta fundaci¨®n gestiona directamente 25 instalaciones, entre albergues y casas de colonias, y representa a otro centenar en distintos puntos de Espa?a, adem¨¢s de Andorra, B¨¦lgica y Francia.
Su origen data del a?o 1957, cuando se cre¨® el Secretariado de Colonias dentro de C¨¢ritas Diocesana de Barcelona. "Las primeras colonias de vacaciones estaban organizadas por grupos de j¨®venes vinculados a las parroquias, que se asociaron a C¨¢ritas para darle una infraestructura m¨ªnima al movimiento", recuerda Josep Pujol, director gerente de la fundaci¨®n. A finales de los a?os sesenta el movimiento se consolid¨®, pas¨® a llamarse Servicio de Colonias de Vacaciones y comenz¨® a organizar los primeros esplais.
En 1981 se puso en marcha el primer albergue juvenil de Barcelona (Albergue Pere Tarr¨¦s) y cuatro a?os despu¨¦s se cre¨® la fundaci¨®n, sin fines de lucro, que recogi¨® el legado del Servicio Vacaciones y de los centros de tiempo libre que se le hab¨ªan adherido. "Por la dimensi¨®n que adquiri¨® la actividad, ya no ten¨ªa sentido seguir siendo una secci¨®n de C¨¢ritas", admite Pujol.
Las opciones para hacer actividades de verano son muy variadas. Una posibilidad es la estancia en las tradicionales colonias, cuyo precio var¨ªa entre 200 y 500 euros dependiendo del lugar, las actividades a realizar y la duraci¨®n. Tambi¨¦n se pueden hacer las llamadas estancias ling¨¹¨ªsticas, una propuesta en la que se utiliza el ingl¨¦s durante toda la jornada. Otra opci¨®n es ir a los campos de trabajo, donde j¨®venes de distintas edades participan en proyectos de protecci¨®n de la naturaleza, trabajos arqueol¨®gicos y de mantenimiento del patrimonio.
Tambi¨¦n se pueden realizar rutas por el valle de Aran y colonias de aventura. Adem¨¢s, hay colonias para ni?os y j¨®venes con disminuci¨®n auditiva, en las que, por ejemplo, se participa en el dise?o de una pel¨ªcula o se conoce el mundo del circo. Las cibercolonias, en cambio, han sido la ¨²ltima incorporaci¨®n de la Fundaci¨®n Pere Tarr¨¦s. Este nuevo modelo de colonias para ni?os de 6 a 12 a?os funciona desde 2001. All¨ª, adem¨¢s de disfrutar una semana de naturaleza, cada uno construye su propia p¨¢gina web, navega por Internet y se familiariza con el mundo de la inform¨¢tica.
Falta de recursos
Josep Pujol record¨®, sin embargo, que a¨²n existe una importante cantidad de adolescentes de entre 12 y 16 a?os que permanecen los tres meses del verano en las calles, porque sus familias no tienen recursos para pagar una actividad de este tipo. Por ese motivo, el Servicio Colonias de Vacaciones de la fundaci¨®n tambi¨¦n se encarga del dise?o, organizaci¨®n y gesti¨®n de programas sociales para colectivos desfavorecidos, en colaboraci¨®n con administraciones, empresas e instituciones, como hogares infantiles, casas de juventud, centros sociales y clubes de la tercera edad.
La fundaci¨®n posee, adem¨¢s, el Movimiento de Centros de Esplai Cristianos, que cuenta con 200 centros de tiempo libre que dan servicio a 17.000 ni?os con el apoyo de 4.000 monitores voluntarios.
Adem¨¢s de las colonias, la otra gran ¨¢rea de la fundaci¨®n es la de formaci¨®n. En 1998 se cre¨® la Escuela Universitaria de Educaci¨®n Social Pere Tarr¨¦s de la Universidad Ramon Llull, donde se imparte la diplomatura en Educaci¨®n Social y en Trabajo Social, adem¨¢s de distintos cursos de posgrado. El ¨²ltimo en incorporarse ha sido el master en Econom¨ªa Social Europea, que se impartir¨¢ este a?o por primera vez y permitir¨¢ formar a profesionales que elaboren proyectos europeos de cooperaci¨®n. Tambi¨¦n se imparten cursos no universitarios de gesti¨®n de ONG, intervenci¨®n socioeducativa con colectivos en riesgo de exclusi¨®n social, intervenci¨®n sociosanitaria, y de mediaci¨®n y resoluci¨®n de conflictos.
15 millones de presupuesto
La Fundaci¨®n Pere Tarr¨¦s tiene un presupuesto anual de 15 millones de euros y cuenta con una plantilla de 1.300 profesionales de los ¨¢mbitos m¨¢s diversos, entre monitores, profesores o psic¨®logos. El 85% de este presupuesto se financia con los ingresos que generan las actividades que presta la fundaci¨®n, ya sean las colonias veraniegas o los cursos universitarios. "Se busca compensar", explic¨® Pujol para explicar que se intenta que no se dispare el coste para las familias por las actividades infantiles y, en cambio, los estudiantes s¨ª costeen unos cursos cuyos ingresos permiten otras actividades a la fundaci¨®n. De ah¨ª que Pujol asegure: "Las diplomaturas aguantan m¨¢s la estructura que los cursos de monitores. Los ingresos de casas de colonias aportan m¨¢s que los esplais".
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