El arte de despedirse
El arte y la dignidad en pol¨ªtica a menudo consisten en saber decir a tiempo "hasta luego" para que no se convierta necesariamente en un "adi¨®s". Pues dimitir, por causas justificadas o simplemente ante la duda, no significa salir de la pol¨ªtica, sino, en ocasiones, poder volver. La lista de tales dimisiones fuera de nuestro pa¨ªs puede ser larga, y entre ellos cabr¨ªa citar a Peter Mandelson (dos veces dimiti¨®; la primera, por un cr¨¦dito blando para comprar una vivienda), Robin Cook y Claire Short (entre los laboristas), o, finalmente exculpado por la justicia, Dominique Strauss-Kahn entre los socialistas franceses.
Cabe recordar que los republicanos intentaron iniciar un procedimiento de destituci¨®n de Clinton por mentir sobre sus relaciones con una becaria en la Casa Blanca. Pero el gran enga?o sobre las supuestas armas de destrucci¨®n masiva de Sadam Husein no ha producido ninguna dimisi¨®n ni gesto, aunque puede acabarle rebotando a Bush en las elecciones de 2004. La cuesti¨®n iraqu¨ª no se ir¨¢, como desgraciadamente ha puesto de manifiesto la muerte del Dr. Kelly y las mentiras o manipulaci¨®n de la informaci¨®n que perseguir¨¢n a Bush, Blair y Aznar (que ahora parece querer desmarcarse, al menos en los problemas, de los otros dos del tr¨ªo de las Azores).
En estas circunstancias, ha pasado casi inadvertida la m¨¢s importante dimisi¨®n hasta la fecha (habr¨¢ que esperar a ver si Blair sobrevive en su partido) vinculada a la crisis de Irak: nada menos que la de una primera ministra, la primera mujer que llegaba a este cargo en Finlandia. Anneli J??tteenm?ki, conservadora de 48 a?os, dimiti¨® el 18 de junio, tres meses despu¨¦s de ganar el Gobierno su Partido de Centro. Durante la campa?a electoral, acus¨® al Gobierno de Paavo Lippponen de comprometer la neutralidad de Finlandia por apoyar en secreto a Bush en la crisis de Irak. Para ello, en un debate en televisi¨®n, se bas¨® en un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores, previamente filtrado en parte a la prensa. Ella neg¨® que hubiera solicitado el documento, aunque un funcionario admiti¨® hab¨¦rselo pasado. ?Qu¨¦ candidez, la del uso indebido de documento secreto, comparado con todo lo que ha rodeado esta guerra montada sobre varias mentiras! El caso es que J??tteenm?ki no convenci¨® y, como ella misma dijo al presentar su dimisi¨®n, "si la confianza se pierde, simplemente se pierde".
La confianza es un valor superior en pol¨ªtica, incluida la internacional. Con las trampas y mentiras de la Administraci¨®n de Bush, el ex asesor de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski opina que la superpotencia est¨¢ perdiendo su bien m¨¢s preciado: confianza y capacidad de liderazgo. A esta p¨¦rdida de confianza est¨¢n contribuyendo las acusaciones cruzadas sobre las informaciones de los servicios secretos, en concreto sobre la afirmaci¨®n de Blair de que Sadam Husein pod¨ªa lanzar un ataque qu¨ªmico o bacteriol¨®gico 45 minutos despu¨¦s de haber dado la orden, y de Bush, de que Bagdad trat¨® de hacerse con uranio enriquecido en N¨ªger. La famosa relaci¨®n especial entre Washington y Londres tiene una base fundamental en las relaciones de sus servicios secretos, y ¨¦stas han quedado da?adas.
Volviendo al arte de dimitir, o de despedirse, uno se encuentra con comentarios de legaciones extranjeras en Madrid sobre la falta de dimisiones en Espa?a. El Prestige, el accidente del Yak-42, el AVE o lo ocurrido en la Comunidad de Madrid, comentan diplom¨¢ticos europeos, hubieran sido, cada uno, en sus pa¨ªses suficientes para provocar dimisiones de importancia. Pero aqu¨ª, la cultura de la responsabilidad pol¨ªtica no ha prendido suficientemente, desviada hacia la judicializaci¨®n de la pol¨ªtica. El que no se hayan producido dimisiones pol¨ªticas, en un lado y otro, con todo lo que ha acaecido afecta tambi¨¦n a la imagen internacional de la democracia espa?ola. Esta resistencia a las despedidas no contribuye a que nos tomen por un pa¨ªs serio. Y eso tambi¨¦n cuenta para nuestro peso en el mundo. ?Ay si todo esto hubiera ocurrido en la Finlandia de J??tteenm?ki!
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