La conjura de los necios
Qu¨¦ risa, Mar¨ªa Luisa, digo Idoia. ?Pues no va nuestra viceconsejera Idoia Z. y suelta que se han publicado los papeles de la Conjura de Ibarretxe s¨®lo para tergiversarla? Con otro talante -hay que ver qu¨¦ ce?o gasta la Zenarruzabeitia-, el propio inductor de la cosa ha dicho exhibiendo esa cara de ¨¢ngel espacial o Spock que tiene y ese ¨¢nimo de di¨¢logo que le constituye -?hasta el amanecer!- que no hay que desasosegarse ni ponerse nervioso y nos ha invitado, pero como si nos lo ordenase, a no hablar del tema o, como ha dicho textualmente, a no meter ruido. Tal vez para apuntarse a lo de poco ruido y muchas nueces pero seguramente para despreciar a quien no comulga con sus ruedas de molino, pues no ha podido exponer m¨¢s claramente a qu¨¦ le suenan las opiniones de sus contradictores.
Aunque les suenen a rebuznos, el lehendakari y la Z. tendr¨¢n que o¨ªr que aqu¨ª no tergiversan m¨¢s que ellos y de tres maneras. La Conjura de Ibarretxe nace, en primer lugar, con la entra?a propia de ese PNV que rehuye llamar a las cosas por su nombre. As¨ª, tilda de nuevo Estatuto a lo que no es m¨¢s que un acto de secesi¨®n cuid¨¢ndose, eso s¨ª, de evitar el empleo de t¨¦rminos como independencia, soberan¨ªa o nuevo Estado. Luego, envuelve el caramelo en mucho ciudadano y ciudadana, en mucha menci¨®n a la pluralidad y al di¨¢logo pero instalando de facto el no di¨¢logo, porque impondr¨¢n el proyecto caiga quien caiga aqu¨ª o en Lima (informar¨¢n a Madrid pero lo llevar¨¢n a cabo aunque Madrid se oponga), la no pluralidad -hay que ser nacionalista obligatoriamente, aunque eviten el extremo arzalluzista de los alemanes en Mallorca- y la no ciudadan¨ªa, puesto que la identidad dejar¨¢ de ser individual para subsumirse en la del Pueblo Vasco, ¨²nica fuente y sujeto de derechos.
La mentira adopta, en segundo lugar, la forma del abuso. As¨ª, sacan de quicio la doctrina que la ONU adopt¨® s¨®lo para las colonias, y eso con muchas cautelas, y escriben tranquilamente que la Conjura nace "de conformidad con el derecho de autodeterminaci¨®n reconocido internacionalmente". La misma demas¨ªa se comete cuando se intenta justificar el engendro apelando a la adicional primera de la Constituci¨®n, por no mencionar esa cosa igual de abstracta, porque en ninguno de los tres casos se asienta la doctrina con pruebas, de los derechos hist¨®ricos de cierto ente que pintaba ya en las cuevas pese a que nunca pint¨® nada. Qu¨¦ importa, la cosa es que el ciudadano piense que la locura de Ibarretxe tiene detr¨¢s muchas leyes y mucha historia tantas al menos como ese Pueblo del que forma parte sin haberlo agradecido bastante.
En tercer lugar, est¨¢ el exceso. Una vez sentado (?) que hay un Pueblo que no es un Estado pero que decide incluso unilateralmente disgregarse, sin parecerlo, del Estado del que forma parte, s¨®lo para volver a unirse con quien es su igual, por m¨¢s que esto s¨®lo se haga para que Europa no le mande a fre¨ªr esp¨¢rragos, el Pueblo que no es Estado se permite, para que no le penalicen, abrogar determinados puntos de la Constituci¨®n del pa¨ªs del que dice no formar parte -as¨ª, el 155- o para aspirar a la territorialidad plena, es el caso del 145 que le impedir¨ªa anexionarse Navarra. Todo para que, cuando est¨¦n las nueces maduras, territorializadas e inscritas en Europa, puedan proceder a la segregaci¨®n completa del Espa?a gracias a la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas debidamente canalizada por el Pueblo. La conjura de Ibarretxe se convierte de esta manera en la conjura de los necios porque cree que los dem¨¢s lo son tanto como para no percatarse de que se la est¨¢n dando con queso. Articular una aut¨¦ntica Constituci¨®n con los mecanismos y los plazos de la secesi¨®n que la har¨¢ posible y pretender que no se trata de una secesi¨®n sino de la puntita nada m¨¢s s¨®lo es apto para mentes que no piensan por su cuenta si no por la del Pueblo (Vasco) y se dejan acunar por las nanas de Ibarretxe con estribillos de crispaci¨®n, respeto a las ideas y derecho de vascos (as) a decidir su futuro. ?Como para no reivindicar el insomnio! ?O ser¨¢ la lucidez?
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