El Jazzaldia donostiarra logra la 'complicidad' de 67.000 personas
El Festival Internacional de Jazz de San Sebasti¨¢n no lo tiene f¨¢cil para superarse a s¨ª mismo en el futuro, porque dif¨ªcilmente volver¨¢ a tener todos los astros a su favor, como ha ocurrido en la 38 edici¨®n, clausurada el martes con un emotivo homenaje a Tito Puente. Es cierto que los organizadores hab¨ªan dise?ado un programa musical de calidad, interesante de por s¨ª. Pero tampoco se puede negar que el escrupuloso respeto de la lluvia durante las actuaciones y la consecuente respuesta del p¨²blico -67.000 personas- ha hecho de ¨¦sta una entrega "antol¨®gica", como reconoci¨® ayer el propio director del certamen, Miguel Mart¨ªn, antes de anunciar que ya se trabaja en la preparaci¨®n de dos posibles ciclos para el a?o que viene: uno, dedicado al guitarrista John Scofield y el otro, al pianista Kenny Barron.
"Ha sido la edici¨®n m¨¢s brillante que pueda recordar en todos los sentidos", dijo el director con rostro de satisfacci¨®n y cansancio. Antes de que comenzara el Jazzaldia el 24 de julio, Mart¨ªn, apoyado en los resultados del a?o anterior -53.000 espectadores-, lanz¨® sus propias previsiones. Esperaba lograr la complicidad de 55.000 personas. Pero se qued¨® corto, porque han sido 67.000 los asistentes a los conciertos celebrados en los distintos escenarios. Entre otras cosas, porque "en 8 de los 10 espect¨¢culos de pago -que congregaron a 17.700 personas- se colg¨® el cartel de completo", seg¨²n explic¨® Mart¨ªn. Entre ellos, el concierto que Van Morrison ofreci¨® en el Kursaal; la doble sesi¨®n de reencuentro de los pianistas Bebo Vald¨¦s y su hijo, Chucho, en la plaza de la Trinidad; las actuacion de Cassandra Wilson y Herbie Hancock y la de Medeski, Martin&Wood Acoustic Trio, grandes amantes de la gastronom¨ªa que regaron su comida en Arzak con un Vega Sicilia valorado en 600 euros.
Escasas incidencias
"La cr¨®nica de incidencias ha sido pr¨¢cticamente nula", se?al¨® Mart¨ªn. Los aviones, ironiz¨®, "han llegado tarde pero han llegado", "no ha habido instrumentos perdidos no se sabe d¨®nde" y la lluvia, peor enemiga del festival, apenas se ha dejado sentir. S¨®lo en la noche del 26 al 27 hubo que cancelar una actuaci¨®n en las terrazas del Kursaal, que se pospuso al d¨ªa siguiente. "Como no tengo abuela", dijo con sorna el director del festival, comentar¨¦ dos hechos, uno subjetivo y el otro objetivo. El primero, que entre los periodistas extranjeros y organizadores de otros cert¨¢menes corr¨ªa el run run de que este es el mejor festival del mundo". Y a?adi¨®: "El objetivo es que nunca antes hab¨ªamos o¨ªdo esto. (...) Ha llegado un punto en que el Jazzaldia ha definido lo que tiene, lo que quiere y sabe lo que le gusta al p¨²blico. Entre todos hemos perge?ado un festival ¨²nico". Entre otras cuestiones, por cantidad de conciertos gratuitos que ofrece y por la peculiaridad de sus escenarios, seg¨²n Mart¨ªn. El de la playa ha encandilado a los artistas.
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