Ser o no ser (guiri)
Antes de pronunciar cualquier palabra en espa?ol, el visitante for¨¢neo deber¨¢ decidir a qu¨¦ categor¨ªa de extranjero pertenece. Dentro de la privilegiada clase turista podr¨¢ optar por el grupo del turismo de calidad, que cuenta con el apoyo de nuestras solapadas administraciones, o por la condici¨®n, m¨¢s terrenal, de guiri mondo lirondo. Al primer grupo, maldita la falta que le hace saber espa?ol. No lo necesita: cualquier ind¨ªgena que se le acerque (taxista, camarero, ma?tre de restaurante, conductor de cochecito de campo de golf, ladr¨®n, mendigo, mamporrero o trabajador sexual) ya se cuidar¨¢ de hablarle en imperfecto ingl¨¦s para que de este modo el visitante pueda seguir gastando dinero a espuertas (no nos enga?emos: el instrumento de comunicaci¨®n m¨¢s eficaz del turista de calidad es la propina).
A los guiris a secas, en cambio, se les recomienda manejar algunas nociones de espa?ol para desenvolverse m¨ªnimamente, aunque s¨®lo sea para denunciar un robo, una propuesta de chantaje urban¨ªstico o intentar orientarse en cualquiera de los bulliciosos barrios de nuestra geograf¨ªa.
?Que por qu¨¦ llamamos guiris a estos b¨ªpedos cerveceros insensibles a las cremas de protecci¨®n solar? Se sabe que, all¨¢ por el siglo XIX, guiri era la abreviatura del apelativo vasco giristino (cristino) con la que los carlistas denominaban a los partidarios de la reina Cristina. Y que, asimismo, se us¨® como sin¨®nimo de liberal y, en otro ¨¢mbito, para referirse a individuos de la Guardia Civil. No consta que ning¨²n individuo cometiera la proeza de ser carlista, liberal y benem¨¦rito al mismo tiempo, ni tampoco qu¨¦ caprichos de la evoluci¨®n ling¨¹¨ªstica llevaron a que la denominaci¨®n pasara a referirse, casi en exclusiva, a estos seres que, a?o tras a?o, contribuyen a mantener el turismo a la cabeza de los sectores menos deficitarios de nuestra desconcertante econom¨ªa (que, seg¨²n el Gobierno, sigue viento en popa).
En caso de que el extranjero no pertenezca ni al grupo de turistas de calidad ni al de guiris a secas, cabe la posibilidad de que sea un inmigrante. Aviso: los inmigrantes se dividen en ilegales y con papeles. En caso de no ser hispanoparlantes, el trato idiom¨¢tico que reciben es similar. Por razones que se me escapan, muchos espa?oles no suelen dirigirse a los inmigrantes en ingl¨¦s y s¨ª, en cambio, en un castellano de sargento chusquero, como si, de repente, les entrara un furor autoritario destinado a marcar territorio, car¨¢cter y, sobre todo, distancias. Cuanto m¨¢s ilegal sea el inmigrante, m¨¢s contundente tiene que ser el castellano, parecen pensar algunos.
Con lo cual se produce la injusta paradoja de que quien menos posibilidades tiene de saber el idioma local es quien m¨¢s dificultades encuentra para comunicarse. Suponiendo que alguno desee comunicarse, claro, ya que se sospecha que la mayor¨ªa trabaja tanto que ni siquiera tiene tiempo ni ganas para eso.
Ejercicio del d¨ªa. ?Cu¨¢l es el significado de la palabra guirigay?: a) turista homosexual, b) lenguaje oscuro y dif¨ªcil de entender, c) peinado de improbable textura como, por ejemplo, el de Georgie Dann.
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