Regreso a puerto
El pescador liberado en Portugal descansa ya en Isla Cristina
La familia de Agust¨ªn Garc¨ªa, el pescador que el jueves fue puesto en libertad bajo fianza por el Tribunal de ?vora tras permanecer recluido en c¨¢rceles portuguesas desde el 8 de mayo por la presunta agresi¨®n a militares portugueses mientras faenaba sin licencia en aguas lusas, a¨²n no ha tenido tiempo para disfrutar de su libertad.
Desde su regreso a Isla Cristina en la madrugada de ayer no han cesado las visitas de vecinos y amigos. Garc¨ªa se hospeda ahora en casa de sus padres, en una calle hermosa y muy transitada que desemboca en la playa. "Mi hijo estar¨¢ con nosotros hasta que se reponga psicol¨®gicamente. Ha sido un duro golpe para ¨¦l", razonaba ayer el infatigable padre y hom¨®nimo del pescador.
La esposa del reci¨¦n liberado patr¨®n de El Ladrillo, Mar¨ªa del Carmen Acosta, dec¨ªa feliz que a pesar del "ajetreo", ella y su marido encontraron un hueco para hablar del futuro junto a sus dos hijos: Agust¨ªn y Jes¨²s, de 10 y 8 a?os, respectivamente. "Vamos a salir de ¨¦sta. En cuanto Agust¨ªn se reponga, comenzaremos a construir el apartamento donde vamos a vivir. Est¨¢bamos trabajando en ello, empaquetando nuestras cosas el mismo d¨ªa en que fue apresado".
La madre del patr¨®n, Josefa Cazorla, sale y entra de la casa orgullosa, pero al mismo tiempo no puede ocultar el cansancio acumulado: "Agust¨ªn es una persona a la que no se le puede mentir y en los ¨²ltimos d¨ªas, mi marido y yo temimos flaquear. Nos hab¨ªamos puesto el plazo del 15 de agosto para su liberaci¨®n, pero no quiero ni pensar qu¨¦ hubiese ocurrido si ese d¨ªa hubiese llegado y mi hijo hubiera seguido en prisi¨®n".
El patr¨®n resum¨ªa con rabia su estancia en las c¨¢rceles portuguesas: "Ahora me siento muy relajado y muy feliz. Es injusto lo que me ha pasado. Me han encarcelado por ganarme el pan. Todos los d¨ªas pensaba lo mismo: ni he robado ni he matado, por qu¨¦ estoy aqu¨ª".
Y es que Garc¨ªa sufri¨® hasta el final. En su salida de la c¨¢rcel de Lisboa -a donde fue trasladado hace un mes desde Faro para recibir atenci¨®n psiqui¨¢trica- la distancia entre los portones, camino ya de la calle, le pareci¨® enorme: "Pensaba a¨²n no estoy libre, me queda aquella puerta. Cuando ya ve¨ªa a mi familia que me esperaba, un guardia me par¨® para que firmara un papel y llegu¨¦ a pensar que en el ¨²ltimo momento tendr¨ªa que regresar a la celda". Pero no fue as¨ª, y poco despu¨¦s comenz¨® la siempre grata traves¨ªa a casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.