"No me veo como profeta en la traves¨ªa del desierto de CiU"
Felip Puig (Barcelona, 1958) tiene las bases de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de su parte. Por eso Artur Mas le ha situado en el n¨²mero tres de la lista de CiU al Parlament. Con el tiempo, este ingeniero de caminos se ha convertido, desde su cargo de portavoz del Gobierno, en el ariete de los socialistas.
Pregunta. Usted ocupa el tercer puesto en la lista, por detr¨¢s de Duran Lleida, que dimitir¨¢ para concurrir al Congreso. ?Significa que es el n¨²mero dos de facto?
Respuesta. No, el n¨²mero dos de CiU es Duran, con independencia de que despu¨¦s sea un n¨²mero dos con responsabilidades en pol¨ªtica espa?ola.
P. ?Mas ha tenido que hacer malabarismos para contentar a todas las familias en los 10 primeros puestos de la lista?
"Si el PSC y el PSOE lideran el Estatut, Catalu?a no obtendr¨¢ nada innovador"
"Duran seguir¨¢ siendo el 'n¨²mero dos' pero con responsabilidades en pol¨ªtica espa?ola"
R. Mas ha encontrado el punto de equilibrio. Pero yo no lo llamar¨ªa familia, pues CiU es una gran familia nacionalista. Existen incrustaciones notables de otras sensibilidades, pero la gran base electoral tiene una sensibilidad nacionalista elevada.
P. ?Tambi¨¦n el consejero de Industria, Antoni Fern¨¢ndez Teixid¨®, que hace s¨®lo cinco a?os demonizaba del nacionalismo?
R. El catalanismo pol¨ªtico siempre ha tenido diferentes intensidades y ritmos, pero todos compartimos la misma ambici¨®n, que es llevar a Catalu?a hacia un horizonte sin dependencias pol¨ªticas, situado m¨¢s all¨¢ de la subordinaci¨®n de Madrid y poder instalar nuestro chip en Europa.
P. Si pierden las elecciones, la traves¨ªa del desierto ser¨¢ dura y s¨®lo los m¨¢s capacitados podr¨¢n resistirla. ?Se ve como profeta en esta traves¨ªa?
R. Si CiU debe asumir la traves¨ªa, ya nos prepararemos en su momento, pero quedan muchos a?os para hacer esta transici¨®n. S¨®lo me he visto como profeta en mi etapa de secretario de organizaci¨®n, anunciando la llegada del futuro candidato: Artur Mas.
P. ?Tan mal va el PSC?
R. Est¨¢ en ca¨ªda libre. La tendencia de los ¨²ltimos meses consolida la visi¨®n de que Maragall es un pol¨ªtico del pasado y que no puede liderar, interpretar y conducir las corrientes de cambio y la adaptaci¨®n de nuestro pa¨ªs a nuevos escenarios en los ¨¢mbitos internacional, social y econ¨®mico. Maragall y toda una clase dirigente del PSC est¨¢n protagonizando la ¨²ltima escena de lo que acabar¨¢ siendo la absorci¨®n del PSC por el PSOE.
P. ?No ha sido ya absorbido seg¨²n ustedes?
R. Esta clase dirigente lo ha intentado disimular y maquillar: Pasqual Maragall, Joaquim Nadal, Higini Clotas... toda una estructura del PSC que cada vez se ve m¨¢s desplazada por el aut¨¦ntico PSOE en Catalu?a, que son Montilla, Corbacho, Bustos, De Madre y que leg¨ªtimamente tienen una visi¨®n diferente de lo que es Catalu?a. Y Maragall no ha podido desligarse de esta subordinaci¨®n de la pol¨ªtica de Madrid.
P. ?Qu¨¦ le parece el desembarco de los barones socialistas en la campa?a de Maragall?
R. Estoy convencido de que los asesores de Maragall, que le controlan de una forma muy r¨ªgida y espartana la campa?a, le desaconsejar¨¢n que el puente a¨¦reo se convierta en el cord¨®n umbilical de la subsistencia pol¨ªtica de Maragall.
P. ?Usted no cree en el documento del PSOE sobre reforma de los estatutos?
R. El PSOE est¨¢ dispuesto a revisar los estatutos, pero no tanto como ambiciona el pueblo catal¨¢n, sino que su pieza fundamental es la reforma del Senado. En su reforma no tienen cabida las ambiciones de tipo econ¨®mico, fiscal, de inmigraci¨®n, proyecci¨®n exterior, de reconocimiento de la personalidad nacional de Catalu?a y del car¨¢cter plurinacional del Estado. Otra cosa es que el PSOE, que continuar¨¢ en la oposici¨®n en Catalu?a, deber¨¢ aproximarse a los planteamientos de la mayor¨ªa nacionalista y, entonces, ser¨¢n necesarias su complicidad y adhesi¨®n. Pero si el PSC y el PSOE deben liderar la reforma del Estatut, Catalu?a no obtendr¨¢ nada innovador.
P. Pero alguna complicidad tendr¨¢n que buscar en el Congreso y el PP no est¨¢ por ninguna reforma.
R. Sobre todo necesitamos un apoyo mayoritario en Catalu?a. Y luego ya veremos con qui¨¦n nos corresponder¨¢ negociarlo, si el PP o el PSOE, que hoy representan la misma concepci¨®n de Espa?a. Y cada vez m¨¢s se puede constatar que Catalu?a y Espa?a son pa¨ªses diferentes, lo que requiere una actualizaci¨®n del pacto suscrito a finales de la d¨¦cada de 1970 y que, bajo el liderazgo del PP, con el seguidismo del PSOE, est¨¢n enterrando. El PP y el PSOE con la complicidad de sectores intelectuales, financieros, medi¨¢ticos y eclesi¨¢sticos est¨¢n quebrando y vulnerando los principios de la transici¨®n. Y esto provoca inquietud en la sociedad catalana.
P. Para articular esta mayor¨ªa necesitar¨ªan el concurso de Esquerra Republicana y esto, seg¨²n ha demostrado la presente legislatura, es un poco ni contigo ni sin ti.
R. Es cierto. Buena parte de las debilidades que el Gobierno de CiU ha tenido en los ¨²ltimos cuatro a?os han venido dadas por la nula respuesta de ERC a cuestiones de Estado, de pa¨ªs, que requer¨ªan de mayor fortaleza ante la presi¨®n y la involuci¨®n del PP. CiU necesitaba alcanzar un buen acuerdo de financiaci¨®n, pero despu¨¦s habr¨ªa sido preferible articular una mayor¨ªa alternativa.
P. Hubiesen podido pactar con Esquerra.
R. Se les ofreci¨®. Pero ERC utiliz¨® sus intereses electorales m¨¢s que defender lo que tanto proclaman. Y espero que asuman las contradicciones de lo que significa asumir m¨¢s responsabilidades de las que estrictamente est¨¢n desarrollando, de una voz independentista muy ret¨®rica pero muy poco efectiva.
P. ?En qu¨¦ se diferencia el plan Ibarretexe del Estatut que reclama CiU?
R. Ante todo, quiero huir de similitudes. El plan Ibarretxe intenta ser una respuesta a una problem¨¢tica que es la del Pa¨ªs Vasco, que es muy diferente a la de Catalu?a. CiU plantea una revisi¨®n de nuestro pacto de integraci¨®n, de adhesi¨®n y de estabilidad con el Estado espa?ol. Y cada uno tiene sus ritmos, propuestas y necesidades. El Pa¨ªs Vasco tiene una situaci¨®n econ¨®mica muy bien encarrilada, pero padece una situaci¨®n de fractura social que seguramente ning¨²n ciudadano de Catalu?a cambia por un concierto econ¨®mico. Y, adem¨¢s, el escenario pol¨ªtico es diferente. All¨ª el PP es el segundo partido, aqu¨ª probablemente ocupar¨¢ la cuarta posici¨®n tras las elecciones al Parlament.
P. Hay quien dice que se puede pactar en Catalu?a con los socialistas y en Madrid, con el PP.
R. Si no existe una situaci¨®n muy cr¨ªtica, un pacto entre CiU y PSC lo veo muy dif¨ªcil. No tendr¨ªa ni explicaci¨®n ni l¨®gica. Y con el actual PP y el Gobierno de Aznar tampoco, ni en Catalu?a ni en Espa?a.
P. En las ¨²ltimas semanas se han multiplicado las visiones cr¨ªticas sobre el empuje econ¨®mico y empresarial de Catalu?a.
R. Aunque los indicadores evidencian una situaci¨®n bastante positiva, existe una inquietud creciente, sobre todo de la gente m¨¢s emprendedora. Y entiendo esta inquietud ante la hipoteca socialista por un lado y el neocentralismo popular por otro. Todav¨ªa arrastramos la falta de inversiones del PSOE. Y el PP, con su presi¨®n para situar todos los centros de decisi¨®n econ¨®mico, financiero y empresarial en Madrid, provoca una percepci¨®n de clara amenaza al progreso y al desarrollo de nuestro pa¨ªs. Ante todo lo cual, creo que CiU es la que puede dar soluci¨®n a estas amenazas. Y no una cierta radicalizaci¨®n del catalanismo pol¨ªtico que puede significar ERC.
P. Algunos informes tambi¨¦n reparten responsabilidades hacia ustedes.
R. Celebro que la C¨¢mara de Comercio, el Colegio de Ingenierios Industriales o el C¨ªrculo de Econom¨ªa se hayan incorporado al discurso de CiU sobre el d¨¦ficit fiscal y de infraestucturas. Quiero recordar que hace poco tiempo se nos tildaba de ser permanentemente reivindicativos, de estar m¨¢s preocupados de exigir que de gestionar. Desde la Generalitat a medida que mejora la financiaci¨®n podemos invertir m¨¢s en infraestructuras.
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