El lenguaje de la bomba
Los m¨¢s recientes atentados de ETA no matan porque no quieren: avisan de d¨®nde han colocado su explosivo. Preparar minuciosamente un atentado con todos sus riesgos, no s¨®lo los ajenos sino los propios -hace un a?o muri¨® una de las suyas en Alicante porque la estall¨® la bomba-, significa preparar tambi¨¦n el aborto. Como acci¨®n de pol¨ªtica criminal es raro: como lenguaje tiene inter¨¦s. Significa que, si quisieran, Espa?a habr¨ªa vivido un a?o terriblemente mortal; est¨¢n diciendo que no est¨¢n exterminados, sino que prefieren un terror incruento. Hiri¨® de gravedad el del hotel Maisonave, y dice su comunicado que "toda la responsabilidad es de las autoridades espa?olas" porque no acudieron a tiempo. No es cierto: la culpa siempre es del que pone la bomba. Nunca del que huye, protege, evita. Ni del que est¨¢ por all¨ª, aunque ETA haya declarado que es "zona de guerra". Son palabras como de Bush, o como del eco pueblerino de Aznar. Su fuego es real. Su objetivo es privar a "Espa?a" (entre comillas porque es su lenguaje especial aunque act¨²en tambi¨¦n en su propio territorio, en Vasconia "ocupada") de sus principales ingresos del extranjero: el turismo. Ya lo han secado en su tierra.
Frente a ese lenguaje, el ministerial tampoco es real. Es el uso del "gracias a la eficacia..."; "si no hubiera sido por..."; "un instante antes hubiera causado...". Este lenguaje sirve para exaltar la eficacia de Interior y el arrojo de sus hombres, el cual es cierto, porque se exponen a todo y a veces lo sufren. Sirve para anular el lenguaje del bombardero, que ser¨ªa el contrario del oficial; que no se sepa que no mata porque no quiere, pero que en cualquier momento puede querer. Tambi¨¦n se anulan en este comunicado -que public¨® ayer Abc incompleto- sus frases m¨¢s duras para Ibarretxe: pondr¨ªan en contradicci¨®n la propaganda oficial y oficiosa de que Ibarretxe y los terroristas son la misma cosa, con objeto de combatir lo que les es posible. ?A qui¨¦n se dirige este lenguaje? La bomba que no mata habla quiz¨¢ al pueblo espa?ol que no se entera, ni quiere, ni le importa: con una raz¨®n b¨¢sica, detesta al que estalla sus artefactos donde ¨¦l est¨¢ veraneando, con sus hijos. No le da la gana de que sean "zonas de guerra". Habla, quiz¨¢, al Gobierno: pero ¨¦ste no va a aceptar ninguna clase de conversaci¨®n, aunque sea as¨ª -o menos si es as¨ª-, y algunos tendr¨¢n la temeridad de decir que las explosiones anunciadas son muestra de debilidad. Ojal¨¢ sea cierto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.