La noche que ardi¨® el para¨ªso
Los vecinos de Valencia de Alc¨¢ntara se duelen de la p¨¦rdida del paraje natural de Jola, su joya tur¨ªstica y ecol¨®gica
La m¨¢xima riqueza de los habitantes de la localidad cacere?a de Valencia de Alc¨¢ntara se esfum¨® en una mala noche. "La Jola es... era un para¨ªso irrepetible, indescriptible, era la joya de la corona, un valle cerrado, lleno de casta?os, de bosques de pino... qu¨¦ l¨¢stima que no lo haya conocido", se lamentaba ayer el alcalde del pueblo, Jos¨¦ Manuel Acu?a, del PSOE.
Miles de hect¨¢reas de bosques que hac¨ªan de esta zona un para¨ªso verde, ideal para el turismo rural, fueron abrasadas por un fuego demoledor que entr¨® la madrugada del pasado domingo desde Portugal. "Qui¨¦n iba a pensar que el fuego iba a brincarse dos r¨ªos", reflexiona un vecino. El d¨ªa despu¨¦s la pesadilla no hab¨ªa terminado, el fuego remit¨ªa pero en algunos municipios de la regi¨®n segu¨ªan luchando para que las llamas no destruyan m¨¢s ¨¢rboles.
"Lo ten¨ªamos casi dominado, faltaban 30 metros; pero no lleg¨® el agua"
"?Qui¨¦n iba a pensar que el fuego iba a brincarse dos r¨ªos?", reflexiona un residente
La regi¨®n de Valencia de Alc¨¢ntara permaneci¨® en vela la madrugada del lunes. Decenas de coches recorr¨ªan la carretera N-521 a las dos de la ma?ana. En el kil¨®metro 130 varios automovilistas miraban el inexorable avance del fuego. Una lengua de cuatro kil¨®metros avanzaba hacia Santiago de Alc¨¢ntara. "Si esto se salva es porque los de los pueblos y los de las fincas bajaron a apagarlo", afirmaba otro vecino.
A las cuatro de la madrugada un empresario de hosteler¨ªa y un empleado cierran el restaurante El Clavo en Valencia de Alc¨¢ntara y recorren los alrededores para comprobar los efectos del incendio. En la carretera a Portugal destellan en la penumbra los ¨¢rboles al rojo vivo a un lado de la v¨ªa. Un autom¨®vil yace junto a la carretera completamente quemado. "Es de uno de aqu¨ª, se par¨® para ayudar y se le quem¨® el coche", cuenta Alfonso, el camarero.
Contin¨²an el recorrido por la N-521 que lleva a C¨¢ceres, observan la lengua de fuego y a los autom¨®viles que permanecen a¨²n junto a la carretera. "Todo est¨¢ jodido".
La madrugada del domingo las llamas alcanzaron furiosas la cima del valle y desde tierras portuguesas entraron a territorio espa?ol. "Yo vi c¨®mo lleg¨® de all¨ª, nunca hab¨ªa pasado algo as¨ª, no lo hab¨ªa visto y ya tengo 69 a?os", comenta Manuel Belo, un jornalero pensionista que dej¨® su casa en el valle boscoso a la una de la madrugada del domingo. Se lo llevaron sus hijos y, cuando regres¨®, ayer a medio d¨ªa, encontr¨® su casita convertida en cenizas.
Fausto L¨®pez, ganadero, se queja de que "los de medio ambiente" no llegaron con el agua para cerrar el frente por donde avanzaban las llamas. "Lo ten¨ªamos casi dominado, nos faltaba cerrar un tramo de unos 30 metros y por all¨ª se nos pas¨® el fuego, no lleg¨® el agua y no pudimos hacer nada".
El alcalde recibe en su oficina la llamada de uno de sus colaboradores: dos casas se queman en la pedan¨ªa de Las Huertas, junto a la frontera con Portugal. No han llegado los bomberos, no tienen agua. "Dile a los vecinos que se tranquilicen... pero no es que no te hagan caso, tienen que tranquilizarse... ?el Ej¨¦rcito? S¨ª, s¨ª, ya est¨¢n aqu¨ª... ?est¨¢ ardiendo mucho? Se est¨¢ cayendo, claro... ya he llamado al 112 para que lleven agua, en un momento est¨¢n all¨ª". Son las ¨²ltimas emergencias, nada comparado con el d¨ªa anterior, afirma.
El fuego es el final de una apuesta de futuro en esta regi¨®n fronteriza. Ante la "depresi¨®n econ¨®mica" que tradicionalmente azota esta zona, la alternativa era el cada vez m¨¢s rentable turismo rural. La naturaleza, las construcciones antiguas, la amabilidad de la gente eran las armas con las que esta regi¨®n de la provincia de C¨¢ceres trataba de salir adelante.
Para hacer frente a la situaci¨®n, las autoridades municipales ya piensan en apoyos y subsidios que ayuden a sacar adelante a la poblaci¨®n. En principio se solicitar¨¢ ante la Junta de Extremadura que la zona se declare "catastr¨®fica" para activar un plan de recuperaci¨®n, y se solicitar¨¢ un plan complementario con actividades que ayuden a que la poblaci¨®n se recupere. "En esta zona no abunda el trabajo", afirma Acu?a.
?l lleg¨® ayer al Ayuntamiento a las 10 de la ma?ana con mirada cansada y las manos ocupadas por un tel¨¦fono m¨®vil y una radio. All¨ª le esperaba un hombre preocupado porque quer¨ªa comprar una casa en la regi¨®n. "?Qui¨¦n piensa en comprar una casa en esta situaci¨®n?", protesta molesto.
Muchos voluntarios, poco material
Algunos vecinos de Valencia de Alc¨¢ntara (C¨¢ceres) se mostraban molestos con los responsables del Ayuntamiento. "Vinieron a sacarnos pero no le hicieron frente al fuego, lo dejaron avanzar", se queja Quini, propietaria de un hotel rural evacuado el domingo por la tarde. "Ahora ya no s¨¦ qu¨¦ va a pasar, hemos perdido lo mejor que ten¨ªamos que era el verde y el paisaje".
La falta de coordinaci¨®n y de acci¨®n es el principal reproche. Hab¨ªa cientos de voluntarios, afirman, pero no hab¨ªa material con el que pudieran entrar a combatir el fuego, ni nadie que les dijera qu¨¦ pod¨ªan hacer.
Manuel Ca?ada, diputado de IU en la Asamblea extreme?a, consider¨® que hay responsabilidades en lo ocurrido por la falta de reacci¨®n, pero sobre todo por la falta de prevenci¨®n con cortafuegos.
El alcalde de Valencia de Alc¨¢ntara afirma que se hizo lo que se pudo ante un fuego "extremadamente virulento". Justifica que no se haya permitido a los voluntarios ayudar, porque haberles dejado entrar, sin la protecci¨®n ni la preparaci¨®n adecuada, hubiera entra?ado un riesgo mayor.
"Hemos sufrido una gran p¨¦rdida material, pero por lo menos no hemos tenido p¨¦rdidas humanas", a?adi¨®.
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