Asunci¨®n Balaguer pone el acento en el mestizaje del Cante de las Minas
A Paco Rabal, murciano de ?guilas, le gustaba un cante bien dicho si la situaci¨®n encartaba, que encartaba con frecuencia sin que fueran precisos grandes pretextos. Su viuda, Asunci¨®n Balaguer -78 a?os llevados con singular donaire-, fue pregonera el jueves del Festival del Cante de las Minas. Calific¨® estos cantes de "libres, rebeldes, sinceros", y puso el acento en el mestizaje que siempre estuvo aqu¨ª presente, como reconociera en su d¨ªa Salvador Jim¨¦nez: "Cristianos, jud¨ªos y mahometanos, / fenicios, romanos, tambi¨¦n gitanos, / son nuestros bisabuelos, viejos murcianos".
Despu¨¦s de la pregonera actuaron los flamencos. Como va siendo costumbre, los ganadores de los concursos del a?o anterior. Nos pareci¨® entonces que esos premios no van a hacer mucha historia, y ahora casi no nos queda otro remedio que ratificarlo. Salvo la bailaora sevillana Mar¨ªa ?ngeles Gabald¨®n, que confirma una personalidad interesante, conciencia de que lo importante es transmitir sentimientos y jondura, decir desde el mismo baile lo que quiera decir con su arte sin perderse en lo accesorio. Gabald¨®n interpret¨® taranto y siguiriya, acompa?ada por el buen cante de Manuel Lombo y, sobre todo, del maestro Juan Jos¨¦ Amador, y nos dej¨® la sensaci¨®n de una bailaora en r¨¢pido progreso, con mucho futuro.
El guitarrista malague?o Antonio Soto, como concertista, me parece un tanto convencional. Las dificultades de la taranta y la sole¨¢ fueron evidentes, mientras se desenvolvi¨® con mayor soltura en los temas r¨ªtmicos. En cuanto al cantaor ganador de la L¨¢mpara Minera 2002, el sevillano Manuel Cuevas, nos produjo sensaciones nada convincentes, aunque su gran poder para mantener la voz arriba a ultranza resulta eficaz ante un p¨²blico que gusta de esos alardes. Pero una cosa es pegar voces y otra muy distinta cantar flamenco.
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