Ir¨¢n, ansias de reforma
La civilizaci¨®n persa convirti¨® Ir¨¢n en una obsesi¨®n para este amante del arte, director del centro cultural La Casa Encendida, de Madrid, y ex director del Museo Reina Sof¨ªa. Un viaje que el azar le regal¨® hace tres a?os.
So?aba con Ir¨¢n desde los 12 a?os. Qu¨¦ precoz.
Desde que tengo uso de raz¨®n es uno de esos lugares m¨ªticos que quer¨ªa conocer movido por la belleza de los nombres de las ciudades -Shiraz, Isfah¨¢n, Pers¨¦polis- y por la historia del Imperio Persa. As¨ª que cuando surgi¨® un viaje de trabajo a Teher¨¢n al que nadie quer¨ªa ir, me ofrec¨ª voluntario.Y regres¨® lleno de munici¨®n antiprejuicios.
S¨ª. Se trata de una cultura muy refinada y con notas de modernidad. Hay mucha gente joven din¨¢mica que habla idiomas y tiene ansia de reforma y conocimiento de lo que pasa fuera. Y si vas al Museo de Arte Contempor¨¢neo de Teher¨¢n, encontrar¨¢s un lugar vivo, de estructura occidental.
Su viaje incluy¨® Pers¨¦polis.
S¨ª, all¨ª visit¨¦ las ruinas de la ciudad que destruy¨® Alejandro Magno. Se conserva parte de la plataforma construida sobre un valle, restos de escalinatas, bajorrelieves y columnas que dan idea de la magnificencia que tuvo.
?Y qu¨¦ dice de Shiraz, su siguiente objetivo?
Shiraz, que fue la capital de Persia en una ¨¦poca, es bell¨ªsima, con mezquitas impresionantes y un mercado precioso, abovedado. All¨ª encuentras alfombras, antig¨¹edades de los siglos XVIII y XIX, joyer¨ªa y buena bisuter¨ªa.
Sin embargo, le impresionaron m¨¢s las mezquitas de Isfah¨¢n.
S¨ª, en general su arquitectura. Esa mezcla de cultura ¨¢rabe con influencia hind¨² y china. Adem¨¢s tuve la suerte de entrar en una de las mezquitas a las siete y media de la ma?ana y contemplar completamente solo la entrada del sol por aquellas celos¨ªas.
?La gente le caus¨® tanta impresi¨®n como el arte?
Desde luego. Los iran¨ªes son gente con un porte y una dignidad fruto de su cultura milenaria. Un grupo de ellos me invit¨® a visitar su casa y tomamos t¨¦ con pasteles. Alrededor de la mesa se sentaban la madre con las hijas por un lado y los hombres por otro, pero la conversaci¨®n era fluida y participaban todos. Fue una gran despedida, porque mi avi¨®n de vuelta part¨ªa unas horas despu¨¦s.
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