Aparcamiento pol¨¦mico
Hace ya meses que fueron las elecciones y que Alcorc¨®n, de una forma democr¨¢tica y legal, cambi¨® de alcalde. Pero ¨¦se no fue el ¨²nico cambio; con el nuevo equipo vino un nuevo partido, una nueva mentalidad y unos nuevos proyectos, y al parecer esto es algo que algunos vecinos no quieren admitir, ya que se aferran a antiguas decisiones, que ya deber¨ªan haberse olvidado, poni¨¦ndose en contra de otras que, seg¨²n los datos, son las que quiere la mayor¨ªa.
Desde hace semanas, los vecinos de la plaza de los Pr¨ªncipes de Espa?a hemos tenido, y seguimos teniendo, que aguantar que unos pocos, reducidos en n¨²mero pero muy ruidosos, nos llenen los buzones con panfletos, nos asalten por la calle e, incluso, que vengan puerta por puerta pidiendo firmas para acabar con el futuro aparcamiento.
Entre sus argumentos encontramos la falta de ¨¢rboles, ya que, seg¨²n ellos, las ra¨ªces no caben encima del aparcamiento, pero ?alguno ha paseado por encima del Parque de la Paz? Pues deber¨ªan saber que debajo de los ¨¢rboles, del parque, de las fuentes, de las pistas de deporte, etc¨¦tera, ?hay un aparcamiento! Tambi¨¦n aluden a la falta de seguridad; en su opini¨®n, se pueden caer las casas de alrededor. Entonces, ?qu¨¦ pasa con las casas que hay encima de los otros aparcamientos subterr¨¢neos? ?Y con los ni?os del colegio Virgen de los Remedios? ?Ellos no se pueden caer? ?No corren peligro? Entonces, ?por qu¨¦ nosotros s¨ª?
Otra de sus razones es el aumento de contaminaci¨®n. En mi opini¨®n, como conductora y persona que ha llegado a dar hasta cinco vueltas al barrio para acabar aparcando a seis manzanas de distancia y de mal humor, eso contamina m¨¢s que llegar, meter el coche en el aparcamiento y apagar el motor.
Pase lo que pase, espero que los contrarios a este proyecto, que deber¨ªa convertirse en una realidad, no les compren coche a sus hijos, ni les digan a sus familiares o amigos, con coche, que vengan a visitarles ya que, entonces, nos vamos a tener que subir los veh¨ªculos a casa, pese a todo ese sitio que ellos dicen que hay.
Eso s¨ª, la pr¨®xima vez que un gamberro me rompa un espejo, o los limpiaparabrisas, o me arranquen el escudo, o un largo etc¨¦tera, voy a recoger firmas y a hacer unos panfletos, a ver si recaudo para pagarlo.
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