Cuando el criminal gana
"Mi indignaci¨®n se acrecienta ante las pol¨ªticas del Gobierno estadounidense y la nueva belicosidad oficial de Estados Unidos. ?ste es un pa¨ªs en el que, a diferencia de Europa del Este, la guerra parece ser...", y se detiene para encontrar el t¨¦rmino preciso, "... algo bueno", dice Susan Sontag a Kevin Jackson en The Independent. Pobre: la llaman est¨²pida, tonta ¨²til, terrorista: y Osama bin Sontag. Le dir¨ªa: "?Ya te acostumbrar¨¢s!". Y a los cr¨ªmenes de guerra: ella los vio en Bosnia, y todav¨ªa va all¨ª cuando puede. Y entiende que hay una "guerra permanente". Como en ?frica: Taylor huye de Liberia, y es un criminal de guerra; se queda el vicepresidente, otro criminal de guerra, hasta que la ocupen los rebeldes, criminales de guerra. Toda ?frica est¨¢ en manos de criminales de guerra. La guerra permanente: los de Liberia fueron llevados a Estados Unidos como esclavos, y all¨ª el presidente Monroe los devolvi¨® con dinero y "educaci¨®n" a la libertad en ?frica. Ya se ve lo que pasa: se matan entre s¨ª, y los descendientes de los que quedan en Estados Unidos matan iraqu¨ªes, despu¨¦s de afganos, antes de iran¨ªes. Quiz¨¢ dejen lo de Corea porque resultar¨ªa demasiado caro, como aclara Chencho Arias, embajador ante la ONU, r¨¢pidamente castigado a abandonar sus vacaciones y volver a Nueva York. Los autores de las tropel¨ªas en Irak, incluyendo los prisioneros maniatados, ojos vendados, tirados al suelo, desaparecidos, son inmunes: Estados Unidos no se sum¨® al tribunal de cr¨ªmenes de guerra previendo que alguien volar¨ªa un trozo de Nueva York y que los soldados tendr¨ªan que hacer un buen escarmiento en otros pa¨ªses. Tienen raz¨®n Bush y su cuarteto, y sus fil¨®sofos: no se pueden castigar los cr¨ªmenes de guerra, porque toda guerra es crimen, y todo c¨®mplice es un criminal. Me lo parecen los que ordenan la guerra en su despacho. Todav¨ªa los viejos himnos los incitan a "matar o morir". Todav¨ªa en las calles de La Habana se lee "Patria o Muerte": qu¨¦ dislate.
Los cr¨ªmenes de guerra no cesan: Argentina acaba de decretar que no prescriban los delitos de sus dictadores. Los juzgar¨¢, o los mandar¨¢ aqu¨ª para que el fiscal general los ponga en libertad. Aqu¨ª cada d¨ªa se destapan fosas de republicanos asesinados; punto final. Nadie pide venganza, claro. S¨®lo reconocimiento, ayuda a los que sobreviven. Pero no la dan: los que ganaron, los que perdieron, a¨²n ganan y pierden.
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