"Los imitadores al final consiguen que te pongas las pilas"
El dise?ador catal¨¢n Custo Barcelona (?ngel Custodio Dalmau; Tremp, L¨¦rida, 1958) es el principal responsable de un importante fen¨®meno de la moda espa?ola. Con un estilo reverenciado por p¨²blico y especialistas es adorado en Norteam¨¦rica por estrellas de cine y editoras de moda. La firma de Custo produce ya m¨¢s de tres millones de camisetas anuales y ha creado una tendencia que une magistralmente el grafismo contempor¨¢neo con una bab¨¦lica y libre asociaci¨®n de los m¨¢s diversos tejidos, un collage representativo de la cultura urbana.
Cuando no est¨¢ en un avi¨®n va y viene entre los despachos, los talleres o la oficina promocional. Su imparable carrera con el reconocimiento internacional a su estilo le sit¨²an en una posici¨®n singular y comprometida. Rodeado de los coloristas muestrarios de sus prendas, Custo despliega un mapamundi donde est¨¢ se?alado Tokio, Par¨ªs Mil¨¢n, Roma y Nueva York: son las inauguraciones de las nuevas tiendas hasta 2004.
"Estados Unidos sigue siendo nuestro m¨¢s importante mercado, y nuestra idea es tener espacios propios en las grandes ciudades"
"Hace poco lo estaba calculando, y creo que en estos 21 a?os hemos dise?ado m¨¢s de 10.000 camisetas diferentes"
Pregunta. ?C¨®mo asume el vender m¨¢s de tres millones de camisetas al a?o?
Respuesta. Con gratitud. Es la verdad, que la gente te elija.
P. En su caso y con su ¨¦xito, se plantea el dise?o como arte o como negocio.
R. Somos conscientes de que dise?amos para la industria. Dise?amos para que nuestro producto no sea s¨®lo exhibido y admirado, sino para que alguien se meta la mano en el bolsillo y lo compre.
P. La tienda en Nueva York es poner una pica en Flandes. ?Qu¨¦ le decidi¨® por el Soho?
R. Estados Unidos sigue siendo nuestro mejor mercado y nuestra idea es tener espacios propios en todas las grandes ciudades, y el Soho es un punto de referencia en la moda neoyorquina. La tienda no estar¨¢ lista hasta septiembre por las medidas de conservaci¨®n de la ciudad. No podemos tocar ni el verde de la puerta de la fachada.
P. En su caso, ?el ¨¦xito de d¨®nde parte?
R. Mucha gente no sabe que llevamos 21 a?os en esto de la moda. Creen que hemos empezado hace cuatro a?os. En 1996, decidimos ir a Estados Unidos, en medio de una corriente minimalista, casi absoluta. Nuestra ropa no es nada minimalista por eso nos fuimos a Los ?ngeles y tuvimos la suerte de que la gente arriesg¨® por nuestro producto. All¨ª se concibe m¨¢s la cultura del color, y las prendas se colgaron en tiendas que son referencia para los estilistas de Hollywood. Fue muy sorprendente lo que pas¨®. Nadie pod¨ªa preverlo.
P. Y fueron los primeros sorprendidos.
R. Llegamos con una maletita con 17 camisetas para vender y al cabo de los seis meses hab¨ªan salido en pel¨ªculas de Tarantino, las llevaban Julia Roberts o Drew Barrimore, y en estaban en la serie Friends.
P. Pero eso signific¨® aumentar producci¨®n y creatividad.
R. Sin planearlo y sin buscarlo. De repente, nos encontramos con la mejor promoci¨®n que se puede tener en Estados Unidos: que las estrellas lleven tu ropa. Me preguntaban: ?cu¨¢nto le has pagado a Julia Roberts para que se ponga tus camisetas? Probablemente nunca tendr¨ªa suficiente para pagarle.
P. ?Cu¨¢l es la g¨¦nesis de sus dise?os, de su estilo de mestizaje de materiales y de gamas?
R. Esto lo hemos hecho desde nuestras primeras camisetas en 1981. Ya entonces mezcl¨¢bamos. Eso es parte de la personalidad de mi hermano y m¨ªa, fue una decisi¨®n propia, pues nos gustaba la cocteler¨ªa.
P. ?Conservan los dise?os o prendas antiguas?
R. Algunas s¨ª. Hace poco lo estaba calculando: hemos dise?ado en estos 21 a?os m¨¢s de 10.000 camisetas diferentes.
P. Al principio no fueron muy reconocidos ni apoyados en Espa?a.
R. Tenga en cuenta que nosotros seguimos exportando el 90% de nuestra producci¨®n. El 10% restante se vende en Espa?a, y curiosamente, son los extranjeros aqu¨ª los que m¨¢s consumen Custo. Es una caracter¨ªstica de la cultura espa?ola: no ser profeta en tu tierra. Eso es algo impensable en Francia o en Italia.
P. ?C¨®mo se llega al estilo Custo?
R. Es el ensamblaje de dos rotores: por una parte el dise?o de una colecci¨®n y por otro el dise?o gr¨¢fico. La gr¨¢fica supone tanto trabajo como dise?ar siluetas y estilismos. Hay un gran caos con cuatro grandes ingredientes: materia, colores, grafismos y siluetas. Estos par¨¢metros se mezclan en una olla y cuando los ordenas, debe salir la foto: la ordenaci¨®n del caos.
P. ?Sirve para algo la pretensi¨®n de singularizar la moda espa?ola?
R. La moda espa?ola tiene un gran problema. Hay mucho talento, much¨ªsimo, en cuanto a dise?o. Pero dise?ar un producto parte del hecho de darlo por terminado cuando se es capaz de venderlo. Aqu¨ª hay mucha obsesi¨®n por el dise?o de moda, pero poca por el marketing. No tenemos la figura del empresario de moda. Los italianos est¨¢n donde est¨¢n porque son grandes dise?adores, pero adem¨¢s son excelentes vendedores.
P. ?Y lo de desfilar en Espa?a, se lo han propuesto?
R. Me har¨ªa gracia. Alguna vez me han comentado que si estaba interesado en ello, pero la dualidad confunde. Y hemos optado por Nueva York, por su repercusi¨®n medi¨¢tica y por nuestro mercado.
P. Ahora que vuelve el negro con tanta fuerza, ?qu¨¦ va a hacer?
R. No nos preocupan las tendencias. Preferimos seguir fieles a nuestra identidad.
P. Lo de las copias ilegales le sit¨²a en ese parnaso donde est¨¢n las grandes marcas.
R. Hay much¨ªsimos custos falsos por ah¨ª. Hace poco estuve en Pek¨ªn, en el famoso Silk Market, el mercado de la calle, donde est¨¢n las copias de todas las marcas, de Rolex a Prada, de Gucci a Vuitton. Lamentablemente, estamos all¨ª.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n le produjo tener en las manos un custo falso?
R. No es una sensaci¨®n agradable. Al menos te consuela pensar que est¨¢s all¨ª, con los grandes a los que tambi¨¦n plagian. Pero eso crea una distorsi¨®n, una confusi¨®n en el mercado y un perjuicio econ¨®mico.
P. Pero esas copias se encuentran aqu¨ª en Europa tambi¨¦n.
R. Hace poco paramos en Oslo un contenedor enorme que ven¨ªa de China lleno de custos falsos.
P. Pero usted tiene tambi¨¦n un mont¨®n de imitadores legales.
R. ?sa es otra. La ley no ha llegado tan lejos. El ¨¦xito del producto conlleva aprender a vivir con estas cosas, y el imitador lo que hace es hacer que te pongas las pilas para hacerlo mejor en la pr¨®xima colecci¨®n.
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Camiseta-estilo
La implantaci¨®n en el mercado internacional de la moda espa?ola es casi una quimera m¨¢s que una inspiraci¨®n. La firma Custo Barcelona es con propiedad, hoy por hoy, la ¨²nica que puede ufanarse de ello. Y llegar ha sido un proceso largo, arduo y de elecci¨®n empresarial casi ejemplar.
Los hermanos Dalmau, como Ketama, no estaban locos y sab¨ªan lo que quer¨ªan, desde los tiempos en que llevaban por la calurosa California su muestrario en dos sospechosas y enormes maletas de puerta a puerta a las boutiques de moda m¨¢s punteras. Poco a poco lo que en principio puede denominarse como "divertimento de las camisetas" cristaliz¨® en un estilo que abarcaba formas, colores, tendencia y todo un sistema que part¨ªa de la cadena de producci¨®n hasta conseguir el perfil de un verdadero estilo propio.
Los Dalmau, ya etiquetados como Custo Barcelona, se han convertido en una clara referencia sin tinte localista alguno. Custo ha insistido siempre en que ese verdadero estilo no ha llegado por sus propios pies ni ha ca¨ªdo del cielo: se trata sobre todo de una b¨²squeda consciente de personalizaci¨®n del producto, y esto en la moda actual significa much¨ªsimo y es quiz¨¢ el principal valor que les acredita como lo que son. De las camisetas, las colecciones de Custo Barcelona han evolucionado a un abanico de productos que abarcan tambi¨¦n complementos, y eso es otro valor a?adido de lustre.
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