La gran manipuladora
Gerardo Vera dirige 'Por amor al arte', obra en la que Neil LaBute invierte el mito de Pigmali¨®n y su protagonista (Maribel Verd¨²) modela a un hombre a su antojo.
El ¨¦xito internacional de En compa?¨ªa de hombres, ¨®pera prima que cuenta c¨®mo dos compa?eros de trabajo enamoran a una joven sorda por divertirse y despu¨¦s la destrozan emocionalmente, coloc¨® hace seis a?os en torno a Neil LaBute esa aureola de director cinematogr¨¢fico brutal y provocador de la que sigue gozando hoy. Extra?a fama, si se tiene en cuenta que la pel¨ªcula est¨¢ basada punto por punto en In the Company of Men, obra teatral por la que LaBute, feligr¨¦s de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ?ltimos D¨ªas, obtuvo en 1993 el premio de literatura dram¨¢tica de la Association for Mormon Letters, que suele otorgarse a obras con mensaje moral. Ocho a?os m¨¢s tarde escribi¨® The Shape of Things, comedia dram¨¢tica que viene a ser el negativo de aqu¨¦lla y que, a apenas tres meses del estreno de su versi¨®n cinematogr¨¢fica en Estados Unidos, llega a Espa?a con otro t¨ªtulo: Por amor al arte.
En esta obra teatral, versi¨®n invertida y cruel del mito de Pigmali¨®n, Marta, joven y guap¨ªsima escultora que est¨¢ preparando su doctorado en Bellas Artes (Maribel Verd¨²), desempe?a el papel que hace el profesor Higgins en la obra de Bernard Shaw; y a Adam (Juanjo Artero), fil¨®logo que se gana la vida trabajando como segurata en un museo de una peque?a ciudad de provincias, le toca hacer el que encarnara Audrey Hepburn en My Fair Lady. Marta es una mujer directa, manipuladora, decidida a todo y absolutamente reservada. ?l, un alma c¨¢ndida con mala imagen de s¨ª mismo. Por medio andan Sarah y Tony (Beatriz Santana y Crist¨®bal Su¨¢rez), dos amigos de Adam que est¨¢n a punto de celebrar una boda muy a la estadounidense: ellos, los invitados y el cura, todos en el fondo de una piscina.
"Es ¨¦sta una pieza en la l¨ªnea corrosiva de la narrativa de Ben Hecht y de ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?, de Edward Albee", opina Gerardo Vera, su director y escen¨®grafo. "Lo que me interesa de ella no es tanto el tema de la manipulaci¨®n como el de la inversi¨®n y subversi¨®n de los roles. LaBute (Detroit, 1964) hace de Marta un personaje masculino, y de Adam, uno femenino: es un perdedor ganador, un hombre feliz y enormemente fr¨¢gil, que cree en el amor y en los sentimientos y al que los tiburones destrozan a dentelladas. Le pasa lo que le acaba pasando porque no mira a Marta al fondo de los ojos. Hay una frase en la que ella resume el sentido metaf¨®rico de la obra: 'Ahora este hombre es m¨¢s alto, m¨¢s guapo, m¨¢s deseable, m¨¢s atractivo. En una palabra: mejor. Es el vivo ejemplo de nuestra obsesi¨®n por la apariencia'. Es la traducci¨®n exacta de una filosof¨ªa absolutamente contempor¨¢nea".
Gerardo Vera, que, cuando puede elegir, trabaja con int¨¦rpretes maduros porque, considera, "s¨®lo a partir de cierta edad se entienden de verdad sentimientos como el amor o la venganza", habla de c¨®mo han sido los ensayos con su joven cuarteto actoral: "No he ido con las cosas atadas, prefiero salirme de la plana cuantas veces sea necesario. Por ejemplo, he intentado que los actores entiendan sus personajes en clave dram¨¢tica, pero, cuando tuvieron absolutamente claro cu¨¢les eran sus objetivos, cu¨¢les sus conflictos y lo que pasaba en cada escena, es decir, cuando ya estaba todo el trabajo hecho, les puse a ver pel¨ªculas de Ernest Lubitsch y de Howard Hawks: para que quitaran trascendencia a su interpretaci¨®n, para evitar que cayeran en el melodrama. Y s¨®lo una vez que estaba tejido ese tapiz nuevo en clave de comedia, intent¨¦ que aflorara de modo natural todo lo que bulle por debajo del texto".
Por amor al arte comienza con la sutileza de una prometedora sesi¨®n de magia de cerca y concluye como un n¨²mero aparatoso, a lo David Copperfield: LaBute desarrolla nueve de sus diez escenas en torno al laberinto afectivo por el que, cada vez m¨¢s extraviados, circulan Tony, Sarah y Adam, y se reserva para la ¨²ltima un golpe de efecto que Marta ejecuta con la misma frialdad con la que el artista cirujano G¨¹nther von Hagens disecciona cad¨¢veres humanos -obtenidos dios sabe c¨®mo- en p¨²blico y ante las c¨¢maras de televisi¨®n: el autor hace todo lo posible para que nos acabe resultando tan simp¨¢tica como ¨¦l.
Por amor al arte. Bilbao, Palacio Euskalduna, del 19 al 31 de agosto. Palencia, Teatro Ortega, 4 y 5 de septiembre. Marbella, 11 y 12 de septiembre. Madrid, Teatro Alb¨¦niz, del 18 de septiembre al 12 de octubre.
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