La ONU no cuenta
El Consejo de Seguridad acaba de aprobar, a propuesta de EE UU, una resoluci¨®n de tr¨¢mite sobre Irak que relega definitivamente a la ONU a un papel segund¨®n. El acuerdo -14 votos afirmativos y la abstenci¨®n siria- abre la puerta a la presencia de 300 funcionarios de Naciones Unidas en misiones humanitarias y burocr¨¢ticas y da la "bienvenida", en lugar de "aprobar", al Gobierno provisional nombrado por Washington en el pa¨ªs ¨¢rabe ocupado. Es la primera vez que el ¨®rgano ejecutivo de la ONU reconoce formalmente la existencia del seudogobierno iraqu¨ª.
EE UU ha abandonado la idea de dar mayor protagonismo a Naciones Unidas y aceptar la participaci¨®n de pa¨ªses punteros -Francia, Alemania, India- en la pacificaci¨®n y la reconstrucci¨®n iraqu¨ª, como prefer¨ªa el Departamento de Estado. En su lugar, Bush ha abrazado las tesis del Pent¨¢gono para buscar gobiernos aliados de segundo o tercer orden dispuestos a contribuir con sus tropas a aliviar el esfuerzo, y los astron¨®micos gastos, de los alrededor de 140.000 militares estadounidenses desplegados en Irak. La decisi¨®n har¨¢ por ahora imposible devolver a casa a una parte de estas fuerzas hostigadas y progresivamente desmoralizadas, a las que apoyan 21.000 soldados no estadounidenses, entre ellos m¨¢s de mil espa?oles.
La Casa Blanca entiende que pedir a estas alturas al Consejo de Seguridad que convierta su ocupaci¨®n de Irak en una operaci¨®n internacional, y con ella dar entrada a los cascos azules, ser¨ªa certificar su fracaso. Pero el fiasco est¨¢ ah¨ª, por m¨¢s que Washington pretenda transmitir una versi¨®n oficial, como la contenida en su reciente informe sobre los primeros 100 d¨ªas, que se asemeja m¨¢s a una fabulaci¨®n que a la realidad. Casi la totalidad de los planteamientos previos que sustentaron la guerra se han revelado falsos o ilusorios. Sadam Husein ha desaparecido de la escena, pero Irak es hoy, casi cuatro meses despu¨¦s de finalizada la batalla, un lugar inseguro y violento, con sus infraestructuras y servicios b¨¢sicos descoyuntados, sin asomo de reconstrucci¨®n pol¨ªtica o econ¨®mica dignas de ese nombre y donde el malestar popular parece imparable. Y ¨¦se no fue el gui¨®n de la invasi¨®n.
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