El Congreso investigar¨¢ las causas del apag¨®n
Estados Unidos y Canad¨¢ investigar¨¢n de forma conjunta las causas del gran apag¨®n y las medidas necesarias para evitar que se repita. Despu¨¦s de dos d¨ªas en que los Gobiernos de Washington y Ottawa se acusaron mutuamente de albergar el punto de origen del colapso, George W. Bush telefone¨® ayer al primer ministro Jean Chr¨¦tien para proponerle la creaci¨®n de una comisi¨®n conjunta. "El grupo se formar¨¢ y presentar¨¢ propuestas de la forma m¨¢s r¨¢pida posible", dijo Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca.
La conversaci¨®n, que dur¨® unos diez minutos, fue, sin duda, un mal trago para Bush. El primer ministro de Canad¨¢ nunca ha ocultado que considera a Bush un inepto y las relaciones entre ambos dirigentes son extremadamente fr¨ªas. Estadounidenses y canadienses, hist¨®ricamente bien avenidos, tambi¨¦n se miran de otra forma desde el acceso de Bush a la presidencia y, sobre todo, desde la invasi¨®n de Irak, rechazada mayoritariamente por la poblaci¨®n de Canad¨¢.
22 centrales paradas
El Congreso de Estados Unidos anunci¨® el viernes la apertura de una investigaci¨®n parlamentaria. Por el momento, el Consejo Norteamericano de Fiabilidad El¨¦ctrica, encargado de tutelar el funcionamiento de las empresas del sector, intenta localizar el origen de una sobrecarga que paraliz¨® 11 centrales nucleares en Estados Unidos y otras 11 en Canad¨¢, as¨ª como 80 plantas de gas y gas¨®leo.
Los t¨¦cnicos del Consejo han detectado que el jueves, a las 15.06, una supuesta sobrecarga dej¨® fuera de funcionamiento una l¨ªnea de 345.000 voltios en Cleveland (Ohio), y que en los 60 minutos siguientes cayeron otras cuatro l¨ªneas parecidas en la misma zona. A las 16.08 se detectaron fuertes oscilaciones en l¨ªneas de alta tensi¨®n de Toronto, Ohio y Nueva York. Tres minutos m¨¢s tarde cay¨® gran parte de la red nororiental.
Las causas del primer fallo a¨²n no han sido determinadas. El sistema donde arranc¨® el gigantesco colapso fue, casi con total seguridad, el circuito del lago Eire, cuyas centrales hidroel¨¦ctricas se conectan con las de Ni¨¢gara a trav¨¦s de tendidos muy antiguos. "Ah¨ª hemos tenido problemas durante a?os", declar¨® Michael Gent, presidente del Consejo Norteamericano de Fiabilidad El¨¦ctrica. "Se han redactado muchos planes para mejorar ese circuito; por ejemplo, tendiendo cables bajo el lago, pero nunca se ha llegado a hacer nada concreto", explic¨®.
Las redes el¨¦ctricas estadounidenses sufren una cr¨®nica falta de inversi¨®n, pero tambi¨¦n se ven afectadas por razones electorales. Los ciudadanos no quieren cables de alta tensi¨®n cerca de sus propiedades, y los pol¨ªticos locales tienen capacidad para bloquear los proyectos de tendido, estableciendo normas ecol¨®gicas y de seguridad que, en ocasiones, se redactan con el fin exclusivo de paralizar una l¨ªnea el¨¦ctrica determinada.
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