El 'efecto mariposa'
No hace falta ser maripos¨®logo ni lepidopter¨®filo para saber en qu¨¦ consiste el efecto mariposa. Bate uno de esos bichitos las alas en Asteasu y, con el permiso de Atxaga, se produce un hurac¨¢n en Obaba, digo, en Macondo. Se trata de la din¨¢mica propia del caos: una leve variaci¨®n de las condiciones iniciales puede conseguir que el sistema adopte un estado ca¨®tico o, como m¨ªnimo, descomunal. Dicho esto, ?conocen aqu¨ª mayor mariposa que Otegi? Sus ¨ªnfimas convocatorias consiguen un efecto ca¨®tico que para s¨ª quisiera la pitometrina, que es una mariposa de all¨¢, o sea del cielo. ?Acaso hay algo m¨¢s ca¨®tico para el Estado de derecho que la burla constante de sus prohibiciones judiciales? Por no mencionar el efecto multiplicador: van diez, gritan a favor de la ikurri?a y parece que han ido millones. Claro que ah¨ª tendr¨ªa la culpa el sistema, el sistema nacionalista vasco con su Gobierno a la cabeza, que estar¨ªa persiguiendo la plaza de la UEFA de la antigua Batasuna y a quien no le importa que no sean millones sino decenas de mil quienes la detentan, raz¨®n por la que no querr¨ªa saber que exista ninguna filiaci¨®n entre el Otegi de ahora con su combo SA y el Otegi de antes con su banquillo batasuno. Y eso pese a que PNV y EA son grandes expertos en pedigr¨ª y tienen a gala saberse un mont¨®n de ancestros.
Hay m¨¢s. Gracias al incontinente de Arzalluz hemos sabido que no s¨®lo aspirar¨ªan a la UEFA sino a la Champions. Vamos, que los entusiastas del efecto mariposa de Azkoitia se dar¨ªan con un canto en los morros si Otegi y los suyos les votaran el Plan. Eso explicar¨ªa el guante blanco en el Parlamento y tanta contradicci¨®n: ?por qu¨¦ Balza argumenta que se deben prohibir las manifestaciones que huelan a Batasuna y no hay quien convenza a Atutxa de que los que se manifiestan prohibidamente guardan un parecido m¨¢s que razonable con el grupo parlamentario de SA, es decir con Batasuna y por lo tanto con ETA, raz¨®n por la que se ilegaliz¨® a Batasuna y a su heredera SA? M¨¢s vale que Arzalluz ha dado por fin un argumento: si PP y PSE han ganado cosas apoy¨¢ndose en Batasuna, ?por qu¨¦ habr¨ªan de privarse ellos de hacer lo mismo? Ah¨ª se le ve a Arzalluz la mariposa jesu¨ªtica que le habita, pues confunde ex c¨¢tedra -o sea, para que se lo traguen los parroquianos- la simple coincidencia en el voto con la b¨²squeda incesante, interesada ?y negociada? del apoyo.
Bate, pues, alas Arzalluz y se crea un hurac¨¢n en todos los frentes sobre todo en el llamado Ibarretxe. Nuestro lehendakari, dejando atr¨¢s aquello del ruido -pero sin disculparse por haber tratado a sus contradictores de horr¨ªsonos o cencerros- y volviendo a sus maneras frailunas, se ha sacado del h¨¢bito dos mariposas con efecto que valen su peso en oro. La primera es que su plan cada vez tiene m¨¢s apoyo social. Como no reciba el de los de Otegi... Desde luego, nadie de quienes lo rechazaron ha rectificado y en ninguna parte se ha o¨ªdo un clamor en pro de su txapapote cosoberanista. ?Se habr¨¢ le¨ªdo el ¨²ltimo Euskobar¨®metro o lo considerar¨¢ una despreciable lectura de verano? La segunda es que estar¨ªa dispuesto a hallar puntos intermedios entre su plan y las alternativas de PSE e IU. Dejemos a un lado lo que dice Madrazo, del que no sabemos si mariposea con Llamazares o consigo mismo, con ese consigo suyo que rechaz¨® el plan sin paliativos.
Dejemos pues, los mariposeos de Madrazo, y deteng¨¢monos en las evoluciones de L¨®pez. Parece razonablemente seguro que la propuesta de revisar el Estatuto no es en este momento oportuna y que resulta tan poco independiente como decir no con el PP, pues equivaldr¨ªa a decir s¨ª al PNV por lo menos en sus envites, pero una cosa est¨¢ clara, si lo de L¨®pez se queda dentro del Estatuto, ?qu¨¦ media quiere hacer el lehendakari con algo que est¨¢ fuera no s¨®lo del Estatuo sino de la Constituci¨®n? ?Qu¨¦ puede existir entre el adentro y el afuera? Claro que si, como siempre, trata de engatusarnos, ser¨¢ mintiendo; porque si quiere hacernos creer que se queda dentro, enga?a a los suyos, y si omite que se queda fuera, enga?a a L¨®pez. Bate las pesta?as Ibarretxe y le sale un hurac¨¢n llamado mariposa o por lo menos lengua de trapo.
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