Evelio y Juan

Lo malo de este pueblo es que tiene mala cobertura. Yo creo que si tuviera buena cobertura vendr¨ªa m¨¢s gente a vernos, pero, claro, vienen las criaturas, como por ejemplo Juan Cruz, que vino hace dos a?os, se percatan de que hay mala cobertura y no vuelven. El sitio de la casa donde hay mejor cobertura es en el w¨¢ter del pasillo, como bien sab¨ªa Evelio, que se pas¨® all¨ª metido todo el verano, antes de hacerse magnate del ladrillo. Tanto es as¨ª que los ni?os le llamaban el w¨¢ter de Evelio, y as¨ª se ha quedado. Recuerdo como si fuera hoy que el d¨ªa que vino Juan Cruz le llamaron al m¨®vil y, vi¨¦ndole yo desesperado dando vueltas de un rinc¨®n a otro buscando cobertura como el perrillo que busca el ¨¢rbol donde evacuar, me lo llev¨¦ de la mano al w¨¢ter. Para que pudiera hablar, se sobreentiende. Abr¨ª la puerta y ah¨ª estaba Evelio sentado, porque al final no era ni para echar el pestillo, el t¨ªo marrano. Es lo que tiene la convivencia. Me tachar¨¢n ustedes de clasista, pero recordar a Evelio con los pantalones a media asta y con el m¨®vil me ha impedido volver a usar dicho inodoro. Evelio, ya con los pantalones subidos, volvi¨® a abrir la puerta, y, tapando un momento el m¨®vil, nos aclar¨®: "No estaba obrando; yo es que me bajo los pantalones en el w¨¢ter por inercia pura y dura". Y le hizo un gesto a Juan Cruz invit¨¢ndole a pasar y en aquel w¨¢ter diminuto se acoplaron como pudieron y hablaron un huevo de tiempo, tanto es as¨ª que le llev¨¦ a Juan all¨ª mismo una tapa de tortilla desestructurada (es un homenaje que le hago al Bulli cuando la tortilla me queda hecha un churro). Es como si los estuviera viendo ahora mismo: Juan sujetando el plato y hablando, y Evelio hablando y comi¨¦ndose la tapa. Es que no todo el mundo sabe hablar por el m¨®vil y comer al mismo tiempo. Evelio s¨ª. Otro sitio de esta casa que tiene superbuena cobertura es la piscina, pero el otro d¨ªa tuve a Bicoca dos horas cont¨¢ndome que est¨¢ montando una colecta solidaria para Romero de Tejada a ra¨ªz de que el hombre perdiera el curro de las fotocopias, y al d¨ªa siguiente me dio una cistitis de caballo no s¨®lo por el fr¨ªo, tambi¨¦n por la contenci¨®n, porque yo pis s¨®lo me he hecho en la piscina del polideportivo de Moratalaz. Cuando era ni?a, se sobreentiende. Bueno, y luego ya en el mar, como todo el mundo. A ra¨ªz de la cistitis he reducido las conversaciones en la piscina a veinte minutos a lo sumo. Como yo digo, lo primero es la salud. Mi santo, en cuanto que me ve salir a la calle con el Kit Manos Libres, me llama maricaprichos, dice que por qu¨¦ no me meto en el w¨¢ter de Evelio. Y eso sabiendo la claustrofobia que le he cogido yo a los w¨¢teres peque?os desde que mi amigo Manuel, que es sobrecargo de Iberia, me cont¨® que, en un vuelo de Dallas a Estocolmo, va una gorda americana y se sienta la t¨ªa con todo su cuajo en el inodoro y a la t¨ªa no se la ocurre otra cosa que tirar de la cadena estando todav¨ªa sentada. Y se la hizo el vac¨ªo a la gorda. No la pudieron levantar hasta Suecia, dado el efecto ventosa que hab¨ªa provocado su propio pan¨ªculo adiposo. Y encima de lo aprensiva que soy yo, va mi amigo el sobrecargo y me dice: "?sa es la t¨ªpica cosa que te pod¨ªa haber pasado a ti". Me dieron ganas de decirle: "Y a tu madre, no te jode".