Todo es (im)posible

Esp¨ªdico cruce entre una pel¨ªcula de esp¨ªas y las evoluciones (im)posibles del filme de kung-fu, Enemigos es un artefacto posmoderno en el que sus guionistas, su director y hasta sus int¨¦rpretes pasan ol¨ªmpicamente de cualquier relaci¨®n causa-efecto, de toda l¨®gica narrativa convencional. Y todo para dedicarse a lo que m¨¢s interesa en estos casos: los mamporros, las explosiones, los t¨ªos que saltan por el aire, los omnipresentes efectos especiales digitales: la espectacular, abusiva y a la larga canalla l¨®gica de lo m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa.

Como si se tratara de eliminar del camino cualquier atisbo de sentido, todo el filme se orienta en la direcci¨®n del m¨¢s puro artificio (v¨¦ase la interminable, aunque efectiva, secuencia de la trampa-tiroteo hecha para que Lucy Liu luzca sus progresos en las artes marciales: no se act¨²a en vano en Los ¨¢ngeles de Charlie), del combate sin fin. Cierto, el imposible Kaosayananda (que firma s¨®lo Kao, por razones harto comprensibles) demuestra competencia profesional para dirigir las secuencias de acci¨®n. Pero es bien sabido que un guiso no se hace s¨®lo con condimentos y aderezos..., algo que las pel¨ªculas contempor¨¢neas de acci¨®n han olvidado hace tiempo.

En el caso que nos ocupa, lo que han olvidado incorporar a la cazuela es sencillamente la construcci¨®n de unos personajes plausibles, que vayan un poco, s¨®lo un poquito, m¨¢s all¨¢ del clich¨¦ m¨¢s desaforado (agente secreto de vuelta de todo, luchadora invencible, malo hipermal¨ªsimo, esas cosas). No contentos con eso, el gui¨®n hace aguas con una inveros¨ªmil historia de muertas reaparecidas, engendros diab¨®licos de tecnobiolog¨ªa y alguna cosilla m¨¢s. Y en cuanto a Banderas, bien, gracias: pone una ¨²nica cara, a medio camino entre el sufrimiento y la sabidur¨ªa, que le dura toda la pel¨ªcula y a cobrar, que para eso se hacen estas tonter¨ªas.