F¨®rmula abierta
Cada vez m¨¢s familias de diferentes pa¨ªses optan por intercambiar sus casas durante las vacaciones
Si tiene un techo que le acoge cada noche, usted es un firme candidato para pasar unas espl¨¦ndidas vacaciones en un ¨¢tico en Roma. O en una casa en Cape Cod. O en un pueblecito pescador dan¨¦s. En casi cualquier parte, y sin rascarse apenas los bolsillos. S¨®lo debe ofrecer su casa o piso para intercambiar con otro interesado, y ya est¨¢. Esta iniciativa, que funciona con ¨¦xito desde hace m¨¢s de 50 a?os, es una opci¨®n tan elemental que son muchos los que a¨²n desconf¨ªan. Pero est¨¢n equivocados. Seg¨²n testimonios de quienes se han acogido a esta iniciativa, los sucesos m¨¢s alarmantes que surgen al ceder tu casa a alguien mientras t¨² est¨¢s en la suya se refieren a encontrarte todo un poquito m¨¢s sucio a la vuelta. Eso en el peor de los casos. En el mejor, ganas amigos extranjeros, conoces el ritmo cotidiano de un pa¨ªs sin hacer el turista y tu casa no est¨¢ vac¨ªa mientras est¨¢s de vacaciones. Desde el punto de vista estrictamente pecuniario, te ahorras gastos de hotel, de restaurantes o incluso de transporte, puesto que muchas familias incluyen el coche en el intercambio. Y desde una perspectiva viajera, tu inmersi¨®n en el nuevo destino es total, porque te trasladas a vivir all¨ª, no a turistear. Estos intercambios, una opci¨®n de lo m¨¢s com¨²n en el norte de Europa, refuerza adem¨¢s la confianza en nuestra denostada especie y a?ade el irresistible atractivo de rozar el espejismo de vivir, aunque sea por una semana, otra vida: otra casa, otro barrio y otro paisaje desde la ventana.
Intervac es una de las empresas m¨¢s experimentadas en esta iniciativa. La idea surgi¨® hace 50 a?os en Suiza, cuando unos profesores pensaron que la forma m¨¢s econ¨®mica y c¨®moda de pasar sus largas vacaciones era ponerse en contacto con hom¨®logos de otros pa¨ªses y ofrecerles sus casas a cambio de las suyas. En la actualidad, Intervac ofrece un cat¨¢logo con m¨¢s de 10.000 viviendas, sean de propiedad o alquiler, en m¨¢s de 30 pa¨ªses diferentes al que se tiene acceso con el pago de una cuota anual de 130 euros. El proceso es f¨¢cil: se selecciona la zona que quiere visitarse y las fechas adecuadas, y se inicia el contacto con las familias de la ubicaci¨®n escogida que a su vez est¨¦n interesados en conocer el lugar de procedencia del solicitante. M¨¢s de 200 familias catalanas han utilizado esta opci¨®n para pasar sus vacaciones, "una forma m¨¢s humana de hacer turismo sin sentirte turista", explica Mar¨ªa ?ngeles Sas, directora de esta asociaci¨®n en Espa?a, cuyo cat¨¢logo cubre el 78% de Europa y el 20% de Norteam¨¦rica. La iniciativa del intercambio es una f¨®rmula abierta -algunas familias tienen muy claro d¨®nde van a ir, mientras que otros est¨¢n abiertos a cualquier oferta o destino- que cada d¨ªa gana m¨¢s adeptos. El campo, la playa, la ciudad o la alta monta?a: todos los destinos encuentran interesados que quieren vivir unos d¨ªas diferentes, sea en verano, Navidad o durante un puente largo. Txerra Cirbian lo sabe: ha estado en un superchalet en Alsacia, en un torre¨®n medieval en Brujas y en un precioso palacete veneciano a cuatro pasos del puente de Rialto. Todo a cambio de ofrecer un piso en el Eixample. "La verdad es que por unos d¨ªas vives como si fueras de all¨ª, y encima te ahorras mucho dinero", explica Cirbian.
En una actividad donde la comunicaci¨®n es la parte m¨¢s esencial de todo el proceso, Internet ha proporcionado una inusitada fluidez a la relaci¨®n entre las familias, que pueden negociar sus vacaciones de forma mucho m¨¢s inmediata. Homelink es otra empresa que lleva tambi¨¦n m¨¢s de 50 a?os en el ramo. Funciona en m¨¢s de 20 pa¨ªses y hace 7 a?os se instal¨® en Espa?a, donde empez¨® con 78 familias y pas¨® a llamarse Spainlink. En la actualidad, m¨¢s de 300 han probado la f¨®rmula de intercambio, "sobre todo gracias al boca a oreja y a las recomendaciones entre unos y otros", explica Gerald G¨®mez, representante de Homelink por estos lares. Agust¨ª Villanueva y su familia volvieron a principios de agosto de Bayona, en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, y el a?o pasado estuvieron en Cambridge. "Las vacaciones as¨ª son m¨¢s de verdad porque vives en la realidad del barrio, no en un fr¨ªo hotel, y la gente te acoge como uno m¨¢s", explica Villanueva, que ofrece como intercambio un apartamento de 50 metros cuadrados en El Port de la Selva (Alt Empord¨¤). Y ya est¨¢n haciendo planes para la pr¨®xima escapada: "El a?o que viene creo que iremos a Holanda, pero hemos recibido ofertas de intercambios hasta desde las Antillas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.