Base Espa?a echa a andar
Las tropas espa?olas, que ya est¨¢n completamente desplegadas y operativas, se preparan para iniciar ma?ana su misi¨®n en Irak
Los soldados espa?oles se muestran mucho m¨¢s relajados que sus colegas estadounidenses en la entrada de la Base Espa?a, a las afueras de Diwaniya. Ni el calor, ni la precariedad de las instalaciones, ni la mala calidad de la comida norteamericana, parecen desanimar a los hombres y mujeres del contingente espa?ol en Irak. Todos, desde el ¨²ltimo soldado hasta el general Alfredo Cardona, est¨¢n convencidos de que su trabajo va a ayudar a los iraqu¨ªes. Con todos los efectivos sobre el terreno, el m¨¢ximo responsable de la Brigada Plus Ultra espera alcanzar la plena operatividad ma?ana.
"Falta a¨²n la parte centroamericana de la brigada, que va a desplegarse en Nayaf en las pr¨®ximas semanas", precisa Cardona en la tienda que le sirve de despacho. "Pero la fase de proyecci¨®n se ha realizado en el plazo previsto". Tanto es as¨ª que ya ha solicitado a Madrid el permiso para la transferencia de autoridad. Si no hay ning¨²n contratiempo, los marines estadounidenses podr¨¢n volver a casa a partir del pr¨®ximo d¨ªa 28.
Mientras llega esa fecha, los legionarios espa?oles ya han iniciado las primeras patrullas conjuntas con las tropas a las que van a relevar. Ayer, sus veh¨ªculos blindados eran visibles en la carretera que une Diwaniya con Nayaf. Pero donde m¨¢s se not¨® su presencia fue ante el edificio donde se pagan las pensiones a los ex militares del Ej¨¦rcito de Sadam y a otros ex funcionarios baazistas. "Nuestra misi¨®n es simplemente salvaguardar la seguridad", explica el teniente coronel Valent¨ªn Gamazo, responsable de Informaci¨®n, "se ha tra¨ªdo mucho dinero y hay que garantizar que no estallen disturbios". Hace dos semanas, el pago a unos trabajadores acab¨® en un tiroteo que dej¨® un herido grave.
Juan Manuel Su¨¢rez Rodr¨ªguez, de 28 a?os, es uno de los legionarios que ya ha salido en dos patrullas mixtas. "No hemos tenido mucho contacto con la gente, pero hay algunos que nos preguntan qu¨¦ hacemos aqu¨ª; otros sin embargo corean ?Espa?a, Espa?a!, como si se alegraran de vernos", explica. "Con los americanos nos entendemos medio en espa?ol medio en ingl¨¦s, y si no, con el lenguaje internacional de los signos", a?ade. Originario de Las Palmas de Gran Canaria, ¨¦sta es su primera misi¨®n, pero no dud¨® en apuntarse. "Donde va mi compa?¨ªa, voy yo; considero que es un servicio a mi pa¨ªs y ayudar a esta gente me parece una tarea bonita", concluye.
"Los principales problemas han sido el calor y la falta de infraestructuras", admite el general Cardona que a estas alturas ya dispone de aire acondicionado y puede leer EL PA?S en su port¨¢til cada ma?ana. El cabo Miguel Mangas, de la Unidad de Apoyo al Despliegue, est¨¢ de acuerdo. Maneja maquinaria pesada con temperaturas que muchos d¨ªas han superado los 50?.
"Es lo m¨¢s duro", admite el joven salmantino. A¨²n as¨ª, duerme sin problemas. "Acabo doblado y caigo rendido", asegura sin esconder la satisfacci¨®n por su trabajo. Fue uno de los primeros en llegar a Base Espa?a. "Estoy aqu¨ª desde el 3 de agosto, pero sal¨ª de casa el 6 de julio", recuerda. "Me voy a quedar con ganas de conocer Babilonia y Nayaf", confiesa ante su pr¨®ximo regreso a casa una vez que su tarea est¨¢ casi acabada. De momento, a¨²n le queda lomo de Guijuelo.
El colmo del entusiasmo es la cabo Sonia Mart¨ªnez Sahuquillo, de 24 a?os. "No pude ir a Afganist¨¢n y no quer¨ªa perderme esta oportunidad", declara. Olvidados ya los pesados d¨ªas de convoy, el polvo que ha tragado y la inicial precariedad de las duchas, celebra haber perdido dos o tres kilos desde su llegada hace un mes. A la vista de la experiencia, estar¨ªa dispuesta a quedarse seis. Pero su misi¨®n concluye en los pr¨®ximos d¨ªas cuando su unidad termine de instalar la infraestructura de comunicaciones.
"La gente se est¨¢ adaptando bien", confirma el comandante Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Mart¨ªnez-Falero. Gamazo subraya que no han tenido "ni un accidente". Ahora hace falta que la recepci¨®n sea buena entre la poblaci¨®n local. En eso trabaja Cardona. Y la actitud m¨¢s relajada de sus soldados es parte de la estrategia. "Esperemos que el tiempo no nos quite la raz¨®n", pide Gamazo.
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