Ciclos suaves y cortos
Las m¨¢s optimistas de las presunciones derivadas de la extensi¨®n de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n aventuraban el final de los ciclos econ¨®micos. Les falt¨® tiempo a los mas esc¨¦pticos para que, tras el pinchazo de la burbuja burs¨¢til de marzo de 2000, celebraran la aparente confirmaci¨®n de sus resistencias a considerar que lo ocurrido durante la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX en algunas econom¨ªas (la estadounidense, de forma particular) fuera de suficiente entidad para modificar el an¨¢lisis macroecon¨®mico al uso y, en concreto, las concepciones sobre el crecimiento. La realidad est¨¢ demostrando que, sin el alcance previsto por los primeros durante esos finales noventa, se aceleraron algunos de los cambios que pueden explicar las variaciones significativas observadas en los ciclos que caracterizan el comportamiento de las principales econom¨ªas.
El cada d¨ªa m¨¢s expl¨ªcito proceso de integraci¨®n nos advierte de la tendencia a una mayor sincronizaci¨®n de las fluctuaciones c¨ªclicas
Un reciente estudio realizado por economistas de la OCDE para la Soci¨¦t¨¦ Universitaire Europ¨¦enne de Recherches Financi¨¨res (Ongoing changes in the business cycle. Evidence and causes) refuerza la evidencia de que los ciclos se han acortado de forma significativa en la mayor¨ªa de los pa¨ªses avanzados durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, al tiempo que anticipa una m¨¢s acusada sincronizaci¨®n de los mismos.
La m¨¢s importante de las transformaciones en las que se basan esos nuevos perfiles c¨ªclicos de las principales econom¨ªas es la operada en la composici¨®n de sus PIB y, de forma muy destacada, en la gesti¨®n de los inventarios por parte de las empresas. En el pasado, las alteraciones en los inventarios han dispuesto de una muy importante capacidad explicativa en las discontinuidades c¨ªclicas. Su menor importancia actual tiene que ver, en primer lugar, con el ascenso de la importancia de los servicios (tanto p¨²blicos como privados) en las econom¨ªas m¨¢s avanzadas. Pero tambi¨¦n con la mejora de la gesti¨®n de esos inventarios y de los procesos de producci¨®n a trav¨¦s de nuevas t¨¦cnicas amparadas en las posibilidades ofrecidas por las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Posibilidades que influyen igualmente sobre otras ¨¢reas de la gesti¨®n empresarial susceptibles de generar ganancias de eficiencia y fortalecer la competencia internacional, con los consiguientes efectos favorables sobre el control de la inflaci¨®n.
Otros factores que est¨¢n contribuyendo a la suavizaci¨®n de las fluctuaciones c¨ªclicas, aunque con una proyecci¨®n menos generalizada que los anteriores, ser¨ªan los vinculados a la creciente integraci¨®n internacional: la extensi¨®n del comercio o el aumento en el grado de profundizaci¨®n financiera. La creciente y casi generalizada desregulaci¨®n y liberalizaci¨®n de los mercados financieros ha facilitado y abaratado el acceso al cr¨¦dito, debilitando las restricciones de renta y liquidez que operaban sobre las decisiones de consumo e inversi¨®n, contribuyendo a la estabilizaci¨®n de las mismas y, con ello, a un comportamiento m¨¢s homog¨¦neo a lo largo del tiempo. Efectos que han podido sobreponerse a la inestabilidad y volatilidad observada en los primeros a?os de vigencia de esos procesos desregulatorios, especialmente en aquellos pa¨ªses en los que el proceso de liberalizaci¨®n no estuvo acompa?ado de mecanismos de supervisi¨®n suficientemente eficaces.
Las pol¨ªticas econ¨®micas, por su parte, tambi¨¦n han contribuido a esa mayor suavizaci¨®n y acortamiento de los ciclos a trav¨¦s de la consecuci¨®n de tasas de inflaci¨®n m¨¢s reducidas y estables, y de la consiguiente credibilidad de la pol¨ªtica monetaria.
A la pol¨ªtica fiscal tambi¨¦n hay que reconocerle su contribuci¨®n estabilizadora manifestada en el protagonismo de los estabilizadores autom¨¢ticos y, no menos importante, en decisiones discrecionales con esa finalidad de neutralizaci¨®n de las fluctuaciones c¨ªclicas.
Todo ello, en definitiva, permitir¨ªa concluir con cierto optimismo en un mayor control de esa suerte de maldiciones recurrentes si no fuera porque, al mismo tiempo, el cada d¨ªa m¨¢s expl¨ªcito proceso de integraci¨®n econ¨®mica y, muy especialmente, financiera nos advierte de la tendencia a una mayor sincronizaci¨®n de los mismos. De la necesidad, en definitiva, de reforzar la cooperaci¨®n y coordinaci¨®n en la formulaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas, algo que, por desgracia, todav¨ªa no forma parte de las prioridades de los grandes.
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