L¨®gica difusa
Se le podr¨ªa tambi¨¦n llamar l¨®gica confusa o semifusa, pero la l¨®gica que se va a examinar aqu¨ª resulta tan vol¨¢til que se le puede considerar patidifusa. El primer ejemplo lo ha dado Plat¨®n Anasagasti que, recordando seguramente las veces que les han dicho a los de su partido que alguna responsabilidad pol¨ªtica tienen en los atentados de ETA, en la medida en que no hacen todo lo que debieran para acabar con ella, ha descubierto que el responsable de la muerte del militar espa?ol en Irak tiene nombre y apellidos: Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y eso porque no se cumplen ninguna de estas dos premisas: 1) la de no enviar soldados all¨ª, 2) la de que si hay que mandarlos se haga bajo mandato de las Naciones Unidas y con permiso de las Cortes. As¨ª como la premisa n¨²mero uno resulta inapelable -si no se mandan soldados no volver¨¢n f¨¦retros-, la segunda resulta superinapelable porque entonces los responsables de la muerte no s¨®lo tendr¨ªan nombres y apellidos sino que tendr¨ªan m¨¢s. Pero hay un fallo en el razonamiento: ?desde cuando la multiplicaci¨®n de responsables elimina la responsabilidad?
Aunque para lecci¨®n de l¨®gica la que nos ha dado Arist¨®teles Egibar: si el PP sigue con amenazas e impide el debate y votaci¨®n en la C¨¢mara vasca del Plan Ibarretxe, el Parlamento vasco tendr¨¢ toda la legitimidad para dar pasos adelante. Y lo ha soltado as¨ª, con un par. Con un par de sofismas. Porque de lo primero no se sigue lo segundo y, dos, porque la premisa inicial gira en el vac¨ªo, ya que el Gobierno no amenaza con otra cosa que hacer cumplir la ley vigente, esa que no permite que un Ejecutivo auton¨®mico pueda convocar refer¨¦ndums sin autorizaci¨®n y mucho menos alternativas que pretenden destruir el sistema que hace posible que existan sujetos como el Parlamento vasco susceptibles de legislar hasta determinado techo. Pero, ?qu¨¦ le importa la l¨®gica a nuestro Estagirita de Andoain? Lo que cuentan son los resultados. Una vez puesto a rodar su asombroso silogismo, es decir, una vez se meta y se meta el dedo en la llaga constitucionalista del PP, ?hala, venga legitimidad para el bote, digo para la menestra de Ibarretxe!
Y ah¨ª le duele, porque nuestro S¨®crates Ibarretxe es el menos socr¨¢tico de los fil¨®sofos, ya que cree conocer a los dem¨¢s sin haberse conocido a s¨ª mismo o de lo contrario sabr¨ªa que no es m¨¢s que un iluminado y no andar¨ªa proponiendo consultas para que los dem¨¢s se convenzan de lo que ¨¦l ya se ha convencido iluminadamente, a saber, que todo el Pa¨ªs Vasco se muere de ganas de apuntarse a su cotarro. Puede entenderse que no le haga caso a Rabanera cuando le avisa que los alaveses ya le han dado calabazas muchas veces, porque podr¨ªa tomarlo por las hojas y sacarle unos gramos de legitimidad adicional, pero desconocer el aviso de un mont¨®n de colectivos -todos a los que les ha consultado para consultar, no para o¨ªr lo que quiere-, despreciar los resultados de las urnas y deso¨ªr las encuestas m¨¢s cualificadas, que hablan de un sentimiento independentista m¨ªnimo as¨ª como de una satisfacci¨®n ampl¨ªsima y mayoritaria por el Estatuto, no parece ni l¨®gico ni siquiera presocr¨¢tico. Incluso quiere la foto con Zapatero para hacer creer que le da alguna clase de apoyo a su ensalada, y eso pese a que Zapatero le haya dicho no y a que sus colegas de Academia -los fil¨®sofos de ah¨ª arriba- hayan tildado las posibles alternativas socialistas de juegos florales y cuestiones de est¨¦tica. Como se ve, no falta cinismo en nuestra Atenas del Norte. Pero se trata de un cinismo de baja estofa, el mismo que hace que la misma cosa sea vista de distinta manera a tenor de la propia voluntad. Es lo que ocurre con ciertas manifestaciones que se celebran bajo las mismas consignas y tienen los mismos impulsores en la sombra. Lo que ocurra luego es lo de menos, siempre habr¨¢ un bien superior: que las fiestas se celebren sin los incidentes que podr¨ªa provocar intervenir contra los provocadores. Cuando le preguntaron a Di¨®genes por qu¨¦ la gente daba limosna a los menesterosos y no a los fil¨®sofos, respondi¨®: "Porque piensan que pueden quedarse cojos y ciegos pero saben que nunca llegar¨¢n a fil¨®sofos".
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