China marca el paso a Corea del Norte
El r¨¦gimen de Pyongyang acepta negociar con EE UU, Rusia, Jap¨®n y el Gobierno de Se¨²l la paralizaci¨®n de su programa nuclear
Cuentan los especialistas en Corea del Norte que en los a?os cincuenta, en el curso de unas negociaciones mantenidas entre estadounidenses y norcoreanos, ¨¦stos serraron las patas de las sillas de sus oponentes para hacerles parecer m¨¢s peque?os durante las largas horas de conversaci¨®n.
Esta pr¨¢ctica queda ya lejos de aquellos a?os de la guerra fr¨ªa, pero la incomunicaci¨®n y la desconfianza entre los dos pa¨ªses parecen no haber mermado un ¨¢pice en este medio siglo. Ma?ana, ambos enemigos iniciar¨¢n en Pek¨ªn una reuni¨®n a seis bandas para intentar desbloquear el enfrentamiento sobre el programa nuclear norcoreano. Ser¨¢n tres d¨ªas de intensos intercambios, en los que participar¨¢n tambi¨¦n Corea del Sur, Jap¨®n, Rusia y China.
Pyongyang exige un tratado de no agresi¨®n con EE UU para ceder en sus planes nucleares
"La situaci¨®n actual entre las dos Coreas es muy tensa, la peor desde 1994"
Kim Jong Il ha visto pelar las barbas de Sadam y no quiere seguir el mismo camino
Sin embargo, las perspectivas sobre su desenlace son pesimistas. La ¨²ltima declaraci¨®n en este sentido la protagoniz¨® ayer el representante ruso, el viceministro de Asuntos Exteriores, Alexander Losyukov, tras llegar a Pek¨ªn. "Las posibilidades de alcanzar un acuerdo en esta ronda de negociaciones son, desgraciadamente, muy peque?as", dijo a la agencia Interfax. Una opini¨®n que refrenda las realizadas la semana pasada por EE UU, Corea del Sur y Jap¨®n.
Las protestas que han tenido lugar este fin de semana en Corea del Sur y Jap¨®n contra el r¨¦gimen de Kim Jong Il son una muestra de las ramificaciones de un conflicto cuya tensi¨®n ha ido en ascenso desde que el pasado octubre Washington asegur¨® que durante el viaje que realiz¨® al pa¨ªs estalinista el asistente al secretario de Estado estadounidense para Asia oriental, James Kelly, Pyongyang reconoci¨® que hab¨ªa mantenido un programa nuclear secreto, en contra de lo acordado en 1994 a cambio de ayuda energ¨¦tica.
A partir de ah¨ª, la bola de nieve inici¨® el descenso. EE UU y sus socios suspendieron los env¨ªos de combustible, y, en represalia, Corea del Norte expuls¨® a los inspectores de la ONU, puso en marcha la central nuclear de Yongbyon, abandon¨® el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear y asegur¨® que ha reprocesado barras usadas de combustible nuclear, que seg¨²n los cient¨ªficos le pueden permitir fabricar varias bombas at¨®micas en pocos meses. Se sumar¨ªan a las una o dos que se supone que ya tiene. "La situaci¨®n actual entre los dos pa¨ªses es muy tensa, la peor desde 1994", asegura Steve Linton, profesor del Instituto de Corea de la Universidad de Harvard.
Pyongyang ha aceptado que la reuni¨®n -calificada tanto por los norteamericanos como por los anfitriones chinos de "importante oportunidad"- sea multilateral, pese a que durante meses se neg¨® argumentando que s¨®lo concern¨ªa a Washington. La presi¨®n diplom¨¢tica de Pek¨ªn, el principal valedor de su vecino comunista, acab¨® funcionando.
Las conversaciones siguen a las que tuvieron lugar el pasado abril a tres bandas, tambi¨¦n en la capital china, y que acabaron en fiasco despu¨¦s de que, seg¨²n los americanos, el representante de la delegaci¨®n norcoreana se acercara a Kelly antes de una cena y le soltara que poseen armas at¨®micas y que las ensayar¨ªan y exportar¨ªan, dependiendo de las acciones que tomara Washington en el futuro.
El Gobierno de George W. Bush insiste en que el r¨¦gimen de Kim Jong Il debe abandonar su programa nuclear. Pero ¨¦ste se niega a lanzarse a los brazos de su enemigo de la guerra de Corea (1950-1953) mientras no tenga a cambio un tratado de no agresi¨®n y garant¨ªas de ayuda econ¨®mica. EE UU ha rechazado tal tratado, aunque el secretario de Estado, Colin Powell, ha dejado entrever que habr¨ªa posibilidad de lograr que el Congreso apruebe un pacto menos formal.
Kim ha visto pelar las barbas de Sadam Husein y no est¨¢ dispuesto a seguir el mismo camino de su socio del denominado por Bush eje del mal. "La guerra de Irak ha probado que aceptar el desarme a trav¨¦s de las inspecciones no ayuda a prevenir un conflicto, sino que lo dispara. (...) Equivaldr¨ªa pr¨¢cticamente a abrir la caja de Pandora", ha proclamado la agencia oficial norcoreana, KCNA, despu¨¦s de que trascendiera que Washington quiere crear un equipo de inspectores integrado por miembros de los pa¨ªses participantes en la reuni¨®n. Esta iniciativa y la amenaza norteamericana de llevar la crisis al Consejo de Seguridad de la ONU si fracasa la cita de Pek¨ªn han provocado las iras del Gobierno norcoreano, que le ha acusado de querer boicotearla antes de que comience.
Entre las inc¨®gnitas del encuentro figuran si las delegaciones de ambos pa¨ªses mantendr¨¢n alg¨²n tipo de reuni¨®n bilateral y c¨®mo encaja en el puzzle la intenci¨®n de Tokio de que se trate tambi¨¦n la cuesti¨®n de los japoneses secuestrados en los a?os setenta y ochenta por esp¨ªas de Corea del Norte. El r¨¦gimen de Kim Jong Il ha rechazado mezclar ambos asuntos.
La vol¨¢til situaci¨®n no parece que vaya a encontrar soluci¨®n definitiva en Pek¨ªn, seg¨²n pol¨ªticos y analistas. Pese al inter¨¦s de China, que se ve rodeada de potencias nucleares (Pakist¨¢n, India y Rusia); de Corea del Sur, vecino de una de las naciones m¨¢s armadas del planeta, y de Jap¨®n, a tiro de misil, por resolver la crisis, el c¨®nclave se anuncia s¨®lo como un primer paso.
"No llegamos a las conversaciones sin cierto grado de esperanza y optimismo de que ser¨¢n un ¨¦xito, pero no creo que podamos esperar r¨¢pidos resultados", ha dicho Thomas Hubbard, embajador estadounidense en Se¨²l. "Podemos verlas tan s¨®lo como el inicio de un largo proceso", ha declarado Yoon Young Kwan, ministro de Asuntos Exteriores surcoreano.
Linton coincide: "Espero que sirvan para salir del punto muerto, pero no soy muy optimista. Ambas partes est¨¢n demasiado alejadas. China y los otros pa¨ªses asi¨¢ticos intentar¨¢n que los dos acepten una soluci¨®n que salve las caras, una soluci¨®n que no resuelva la disputa, pero que parezca que ha hecho avanzar hacia una resoluci¨®n. Las conversaciones, b¨¢sicamente, intentar¨¢n ganar tiempo. Pero no creo que Corea del Norte aclare nunca la sospecha de si puede tener varias armas at¨®micas".
La delegaci¨®n de EE UU estar¨¢ dirigida por el propio Kelly, mientras que la norcoreana llevar¨¢ al frente a Kim Yong Il, uno de los ocho viceministros de Asuntos Exteriores.
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