Las memorias calculadas de Hillary Clinton llegan a Espa?a

En la p¨¢gina 94 de Historia viva -el libro contiene casi 600-, Hillary Clinton procura deshacer la curiosidad con la que probablemente la mayor¨ªa de los lectores se acercan a esta autobiograf¨ªa por la que su autora ha cobrado ocho millones de d¨®lares y que ya ha batido r¨¦cords de ventas en EE UU y en el Reino Unido. "A menudo me preguntan por qu¨¦ Bill y yo seguimos juntos", escribe la esposa del ex presidente en uno de los pocos pasajes en los que el libro deja de ser el relato cronol¨®gico de hechos y parece abrir un espacio para la reflexi¨®n. "Todo lo que s¨¦ es que nadie me comprende mejor y que nadie puede hacerme re¨ªr como Bill (...). ?l es la persona m¨¢s interesante, en¨¦rgica y m¨¢s absolutamente vital que he conocido (...). Empezamos a hablar en la primavera de 1971, y m¨¢s de treinta a?os despu¨¦s seguimos hablando".

Esta conversaci¨®n c¨®mplice y en la que apenas se desvelan intimidades recorre las p¨¢ginas de un libro en el que su autora se recrea en los detalles m¨¢s nimios de su vida en la Casa Blanca y obvia entrar a analizar los cap¨ªtulos m¨¢s pol¨¦micos de su vida junto a Bill Clinton. Historia viva sale hoy a la venta en Espa?a, publicado por Planeta.

Nadie espera encontrar en las memorias de la senadora por Nueva York confesiones que puedan da?ar la carrera profesional de una mujer que tuvo la virtud e inteligencia de preservar su imagen p¨²blica relativamente indemne tras el caso

Lewinsky. Sin embargo, el descaro con que Hillary sortea los detalles m¨¢s espinosos de su vida y el empe?o que pone en presentarse como la bandera del "cambio social" auspiciado por su marido y un "s¨ªmbolo para las mujeres de generaci¨®n" le dan a Historia viva un aire de panfleto electoral en el que tanto los silencios como las confidencias est¨¢n milim¨¦tricamente calculados.

?Qu¨¦ cuenta y qu¨¦ calla Hillary? Los primeros cap¨ªtulos del libro dan poco de s¨ª. Cuentan la infancia de una joven nacida en Chicago en 1947, de padre republicano y madre de coraz¨®n "dem¨®crata", que ya en sus primeros a?os mostraba un esp¨ªritu independiente poco com¨²n."En esta casa no hay sitio para cobardes", le dijo su madre cuando ten¨ªa 4 a?os. "Tienes que aprender a valerte por ti misma".

Tras graduarse en Weslley College, en 1969, Hillary ingresa en la escuela de Derecho de la Universidad de Yale, donde conoce al que ser¨ªa su esposo. Su vida da entonces un vuelco. Decide compaginar una prometedora carrera como abogada con el "trabajo" de ser comparsa del que entonces aspiraba a gobernador de Arkansas.

En su relato de la escalada pol¨ªtica de los Clinton, Hillary logra esquivar algunos de los baches que estuvieron a punto de truncar la carrera de su marido. El primero: Gennifer Flowers, una mujer que en 1991, cuando Clinton aspiraba a ser el candidato dem¨®crata a las presidenciales del a?o siguiente, declar¨® haber mantenido una relaci¨®n sentimental con el entonces gobernador de Arkansas. Hillary despacha el caso Flowers en unos cuantos p¨¢rrafos que introduce con la frase "Bill me asegur¨® que eso era mentira". Algo parecido ocurre con Paula Jones, quien tambi¨¦n asegur¨® p¨²blicamente haber tenido relaciones con Bill Clinton durante una convenci¨®n en Little Rock. Su cr¨®nica de este esc¨¢ndalo y del caso Whitewater se resume en un compendio de acusaciones a la prensa y a un sector ultraconservador de la oposici¨®n. Estos mismos fueron los culpables de que el caso Lewinsky tomara la dimensi¨®n de crisis nacional a?os m¨¢s tarde. Hillary relata el dolor que le caus¨® la infidelidad de su marido con la becaria, pero considera que debe ser "Bill, a su manera" quien cuente el porqu¨¦ del enga?o. Y Bill Clinton lo har¨¢, el a?o que viene, por 10 millones de d¨®lares y tras haber medido el coste pol¨ªtico de las memorias de su esposa.