Supervisor ineficaz
Otro banco intervenido, y miles de clientes a punto de perder sus ahorros. La dimensi¨®n relativamente reducida de Eurobank del Mediterr¨¢neo, el banco con domicilio en Barcelona cuyos responsables pidieron la intervenci¨®n del Banco de Espa?a el pasado julio, limita el n¨²mero de perjudicados (ten¨ªa 68.000 clientes) y la magnitud de las p¨¦rdidas, pero no elimina la sensaci¨®n de vulnerabilidad del sistema financiero espa?ol y las dudas sobre la calidad del sistema de supervisi¨®n en vigor.
Las anomal¨ªas en el funcionamiento de este banco no derivan exclusivamente de la agresiva oferta de productos financieros de elevada remuneraci¨®n, sino igualmente de una extra?a estructura de propiedad, en la que mutuas de seguros, emisoras de algunos productos comercializados por el banco, manten¨ªan parte de la propiedad del mismo. Junto a ellas, ha aparecido un veh¨ªculo en Luxemburgo participado por el propio banco, y, sobre todas ellas, un personaje destacado, Eduardo Pascual Arx¨¦, presidente y controlador de la mara?a que ahora empieza a emerger en toda su extensi¨®n, asesorado por consejeros de conocida raigambre bancaria como Luis Coronel de Palma. Demasiados elementos comunes con alg¨²n otro episodio reciente, como el caso Gescartera.
El primero es el analfabetismo financiero de algunos consumidores y la insuficiente actuaci¨®n de los servicios p¨²blicos encargados de velar por la calidad de la publicidad y m¨¦todos de comercializaci¨®n de algunas empresas financieras. La avidez por las elevadas remuneraciones, en un contexto de reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s, acaba propiciando situaciones pr¨®ximas al timo.
El segundo elemento, que alimenta la inquietud acerca de la eficacia del sistema de supervisi¨®n, es la tardanza en reaccionar. El Banco de Espa?a recibi¨® denuncias de algunos accionistas hace cuatro a?os, y existe constancia de anomal¨ªas desde, por lo menos, 1998, cuando la Direcci¨®n General de Seguros prohibi¨® en ese a?o a una de las mutuas promovidas por Eduardo Pascual Arx¨¦, actuar en el mercado espa?ol, pese a lo cual la Generalitat permiti¨® que otras mutuas del mismo grupo bancario operasen en Catalu?a. Pero es ahora cuando, a iniciativa del propio banco, no de ninguno de los supervisores, se lleva a cabo la intervenci¨®n. El tercer elemento com¨²n con Gescartera es la falta de coordinaci¨®n de las instituciones encargadas del control de las actividades o empresas financieras cuyas actividades concurr¨ªan en ese banco: el Banco de Espa?a, en primer lugar, la Direcci¨®n General de Seguros y la Generalitat, bajo cuyo control estaban algunas mutualidades.
No hace falta decir que en el inter¨¦s de la estabilidad y confianza que merece el conjunto del sistema financiero espa?ol y el que ha de granjearse el sistema de supervisi¨®n, est¨¢ que todas las entidades p¨²blicas implicadas, empezando por el Banco de Espa?a, bajo cuya supervisi¨®n espec¨ªfica estaba el banco en cuesti¨®n, clarifiquen no s¨®lo sus actuaciones pasadas, sino las que adoptar¨¢n para evitar nuevos episodios de esta naturaleza.
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