La 'preguerra' de EE UU y Reino Unido
Tony Blair y George W. Bush prepararon minuciosamente el camino para la guerra contra Irak
Los interrogatorios y documentos que re¨²ne el juez Hutton y que ofrece puntualmente a todo el mundo desde su web en el Reino Unido supera con creces los hechos que condujeron a la muerte del cient¨ªfico brit¨¢nico David Kelly para proyectarse, de facto, como una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la guerra contra Irak. Uno de esos documentos -una sencilla carta- aporta algunas pistas sobre la mec¨¢nica con la que el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, y el presidente norteamericano, George W. Bush, desencadenaron la guerra.
Seg¨²n un documento aportado a la investigaci¨®n por el Comit¨¦ Selecto de Asuntos Exteriores, el mariscal del aire retirado Sir John Walker, ex jefe de inteligencia militar, expresa sus cr¨ªticas, quiz¨¢ las m¨¢s duras de un militar de su rango y prestigio a quienes justificaron la guerra. Walter, que fue vicepresidente del Comit¨¦ de Inteligencia Conjunto del Reino Unido, sostiene en una carta a los parlamentarios que las armas de destrucci¨®n masiva presuntamente en poder del regimen iraqu¨ª "no fueron la raz¨®n para ir a la guerra sino la excusa para ello".
Antes del inicio del conflicto, EE UU y Reino Unido atacaron 349 objetivos en Irak
Walker, que ataca la decisi¨®n de incluir el argumentos de que Irak pod¨ªa desencadenar un ataque con armas de destrucci¨®n masiva en 45 minutos a¨²n cuando proven¨ªa de una sola fuente informativa, sostiene en la carta, fechada el pasado 2 de julio de 2003: "Fue la inmediatez de la amenaza de las armas de destrucci¨®n masiva lo que persuadi¨® a algunos miembros del Parlamento para votar con el Gobierno en la divisi¨®n que tuvo lugar al ir a la guerra". Walter agrega que "como ex vicepresidente de la inteligencia militar, no puedo dar cr¨¦dito al hecho de que tan pavorosa decisi¨®n estuvo sustentada en una ¨²nica fuente. Considero esto inconcebible. Tambi¨¦n creo que es inaceptable".
Pero Walter a?ade otros detalles, que procedentes de una fuente de pericia militar con la suya, no carecen de inter¨¦s. Seg¨²n se?ala, el cambio en las operaciones que la aviaci¨®n estadounidense y brit¨¢nica llevaron adelante en las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea en el oto?o pasado (septiembre-diciembre de 2002), que pasaron de tener un car¨¢cter defensivo a ser claramente devastadoras, obedecieron a un simple objetivo: "preparar", dice, "el campo de batalla". En roman paladino: eliminar ciertas amenazas iraqu¨ªes como algunos m¨ªsiles.
"Esto", se?ala Walter, "lleva a una pregunta que debe ser planteada. ?Cu¨¢ndo se adopt¨® la decisi¨®n de ir a la guerra?". Sir John Walter tiene una respuesta: "Si esta tesis merece ser examinada, entonces la naci¨®n fue comprometida para ir a la guerra a finales del verano, principios del oto?o de 2002".
Es m¨¢s que una hip¨®tesis de trabajo o una tesis, como dice Walter. A mediados de julio pasado, en un seminario organizado en la base a¨¦rea norteamericana Nellis, en Nevada, el teniente general Michael Moseley, el comandante aliado a cargo de las operaciones en la guerra de Irak, explic¨® que los ataques en las zonas de exclusi¨®n a¨¦rea, desde mediados de 2002 hasta los primeros meses de 2003, permitieron m¨¢s tarde alcanzar una victoria en tiempo r¨¦cord. Seg¨²n el informe, 606 bombas fueron lanzadas sobre 391 objetivos selectivos. "Si bien hubo informaci¨®n en aquella ¨¦poca de que Estados Unidos intentaba debilitar las defensas a¨¦reas iraqu¨ªes anticip¨¢ndose a una posible guerra, la amplitud y la planificaci¨®n precisa que hubo entonces no ha sido conocida hasta ahora", se?ala el periodista Michael Gordon, corresponsal de defensa de The New York Times. "Incluso fue una de las razones por las que los aliados pudieron comenzar la campa?a terrestre para derrocar a Sadam Husein sin lanzar antes una amplia actividad de bombardeos", a?ade.
Uno de los grandes objetivos de Estados Unidos, seg¨²n el informe proporcionado por Moseley en Nevada, el 17 de julio pasado, fue la red de cables de fibra ¨®ptica que transmit¨ªan las comunicaciones militares entre Bagdad y Basora y entre Bagdad y Nasiriya. Seg¨²n Moseley, los comandantes de la fuerza a¨¦rea atacaron las estaciones repetidoras por cable. Entre junio de 2002 -la fecha que tambi¨¦n el mariscal del aire brit¨¢nico Walker cita en su carta al parlamento- hasta el inicio de la guerra, a mediados de marzo de 2003, Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron 21.736 vuelos sobre el sur de Irak y atacaron 349 objetivos. Entre ellos, hab¨ªa muchas estaciones de cable.
Al margen de estas informaciones, hay algunos indicios pol¨ªticos fidedignos de que algunos de los que en su momento se convertir¨ªan en miembros de la llamada "coalici¨®n de los voluntarios" ten¨ªan datos sobre el desenlace inevitable del 19 de marzo de 2003. Entre ellos Espa?a.
Una fuente diplom¨¢tica argentina digna de cr¨¦dito ha se?alado a EL PA?S que durante el viaje del entonces canciller argentino Carlos Ruckauf en febrero pasado a Madrid se habl¨® de la pr¨®xima guerra contra el regimen iraqu¨ª. Ruckauf visit¨® Espa?a el 31 de enero de 2003, como parte de una gira que comenz¨® en Estados Unidos y sigui¨® en Italia. El objetivo: conseguir el apoyo del Gobierno espa?ol en las negociaciones del Gobierno del presidente Eduardo Duhalde con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En los contactos, seg¨²n la fuente diplom¨¢tica argentina, que ha solicitado reserva, se insinu¨® que Argentina deb¨ªa apoyar la posici¨®n de los aliados ante la inevitable guerra contra el regimen de Sadam Husein. "Nos sorprendi¨® mucho c¨®mo daban por hecho los funcionarios del Gobierno espa?ol la guerra en aquellos d¨ªas. Y, sobre todo, entendimos que el apoyo espa?ol en las negociaciones con el FMI deb¨ªa ser respondido con una posici¨®n favorable a la guerra", dijo la fuente.
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