Las tropas espa?olas reciben de los 'marines' el control de la seguridad en Diwaniya

"No podemos actuar como fuerzas de orden p¨²blico, pero vamos a potenciar al m¨¢ximo a la polic¨ªa local", explic¨® ayer el general espa?ol Alfredo Cardona. Acaba de concluir la ceremonia de relevo al ¨²ltimo batall¨®n de marines estadounidenses destacados en la ciudad de Diwaniya, en el sur de Irak. Desde unas horas antes, la Brigada Internacional Plus Ultra se hab¨ªa hecho cargo de todas las misiones de vigilancia y patrullaje en la provincia de Al Qadisiya. En los pr¨®ximos d¨ªas tomar¨¢ tambi¨¦n el mando en la vecina Nayaf.

Trescientos soldados dominicanos se ocupan, junto a los 1.300 espa?oles, de Al Qadisiya. Nicaragua aporta un equipo m¨¦dico integrado por un centenar de militares que van a dedicarse a tareas humanitarias. Los contingentes de El Salvador, Honduras y Guatemala, con unas 800 personas en total, est¨¢n terminando su despliegue en Nayaf, una provincia bastante m¨¢s peque?a en extensi¨®n y "en principio m¨¢s tranquila", seg¨²n Cardona. "A¨²n tienen que recibir el material de EE UU", justific¨® el responsable de la brigada. A diferencia de los espa?oles, los soldados de esos pa¨ªses s¨®lo vienen con sus armas personales y reciben sus equipos, medios de transporte y armamento necesario del Ej¨¦rcito de Estados Unidos. Ahora toca adiestrar a la polic¨ªa local para evitar incidentes como los que hace d¨ªas provoc¨® la disoluci¨®n a tiros de dos manifestaciones.

"Hasta ahora s¨®lo ten¨ªan sus manos o los Kal¨¢shnikov", explic¨® el general, "as¨ª que hemos iniciado hoy mismo una experiencia piloto para dotar de material antidisturbios a la unidad que ayuda a la Legi¨®n en la oficina de pago de pensiones". El lugar es a diario objeto de aglomeraciones y los polic¨ªas han llegado a confesar a los periodistas que les duelen las manos de empujar a quienes no respetan las filas establecidas.

"Aqu¨ª ten¨¦is que tener siempre una docena de botellas de agua", recomendaba el marine G¨®mez al responsable del ret¨¦n dominicano que acababa de llegar a relevar a sus hombres en el control de acceso. G¨®mez, estadounidense originario de Jalisco (M¨¦xico), contaba las horas para volver a California con su familia, a la que no ve desde hace siete meses. Con diferentes acentos hispanos, todos bromeaban, mientras unos periodistas locales que llegaron para presenciar la transferencia de autoridad esperaban que revisaran su coche. Los dominicanos vest¨ªan a¨²n de verde. "Llegaron ayer y todav¨ªa no han recibido el uniforme de ¨¢rido", justific¨® el comandante espa?ol De la Guardia mientras trataba que los invitados llegaran a tiempo a la ceremonia. Entre los asistentes se encontraban Raja Habib Juzai, miembro del Consejo de Gobierno y natural de Diwaniya, y el pol¨¦mico gobernador provincial, Hazim al Chal¨¢n. Pasaban unos minutos de las diez de la ma?ana y los soldados ya estaban formados.

"La mayor¨ªa del batall¨®n ya est¨¢ en Kuwait; quedamos unos doscientos para la entrega del mando", explic¨® el teniente Andrew Smith, oficial del espionaje que ayer actuaba de portavoz. Smith estaba al tanto de la contestaci¨®n popular al gobernador nombrado por EE UU. En la calle, la gente acusa a Al Chal¨¢n de haber cooperado con la CIA. Tal vez s¨®lo sea un rumor, pero que llegara a la ciudad subido en un blindado estadounidense y con ropa militar no ayuda.

Tras un assalam aleikum (la paz est¨¦ con vosotros), el teniente coronel Pat Malay, comandante del batall¨®n de marines que se desped¨ªa, dio las gracias a las autoridades presentes "por su cooperaci¨®n y confianza". Recibi¨® el testigo de la misi¨®n el teniente coronel Gonzalo S¨¢nchez Gamboa, jefe de operaciones de la brigada hispano-centroamericana. "Los Ej¨¦rcitos son la fuerza fundamental sobre la que se asientan las naciones", dijo el espa?ol antes de precisar que su intenci¨®n es "garantizar la seguridad y la integridad de Irak para que, tras largos a?os de terror y penalidades, el pueblo vuelva a ver la luz".