El mejor palco de Gredos
Esta cumbre de 2.385 metros ofrece una perspectiva insuperable del circo monta?oso que ci?e la laguna Grande
Cada d¨ªa de verano, cientos de personas suben como procesionarias por el camino de los Barrerones con la ilusi¨®n de poder admirar la laguna Grande de Gredos y el formidable circo monta?oso que la abraza, se?oreado ¨¦ste por el Almanzor (2.591 metros). Una vez en la orilla, comprueban que la laguna es, en efecto, muy grande -como 80 piscinas ol¨ªmpicas-, pero por m¨¢s que levantan la cabeza y pegan el occipucio a la espalda, no ven sino una ladera gris que cae a plomo desde la estratosfera. En suma: que de tanto acercarse a ellas, las cumbres m¨¢s altas y hermosas del Sistema Central les resultan propiamente invisibles. Inconvenientes de la primera fila.
Verdad es que, a mitad de camino, no m¨¢s pasar la cuerda de los Barrerones, hay un mirador algo m¨¢s distante y elevado, pero tambi¨¦n lo es que pilla tan esquinado como una butaca en el extremo izquierdo de la tercera fila, con el agravante de que todos los espectadores eligen este preciso lugar para hacer y hacerse fotos, dando un sentido nada cient¨ªfico a la expresi¨®n circo. (Por cierto, que alg¨²n ge¨®grafo deber¨ªa explicarnos por qu¨¦ le llaman circo a una cresta semicircular, m¨¢s similar a un teatro que a un circus romano, que como todo el mundo sabe -menos, al parecer, los ge¨®grafos- era un circuito alargado con dos curvas, tipo hip¨®dromo).
En el camino, las ruinas del refugio del Rey, lugar de descanso de de Alfonso XIII
Los que saben de Gredos -y el excursionista, a fuerza de leer en los mapas y en el libro abierto de la naturaleza, algo va aprendiendo- se?alan el Morez¨®n como la cima que depara la mejor vista del asunto. Por estar muy bien situada, a 2.385 metros de altura en el sector oriental del circo -el equivalente, apurando la comparaci¨®n, de un palco-, tiene la ventaja de hallarse a dos horitas y media de marcha -no m¨¢s que la laguna por el mentado camino de los Barrerones- y en medio de una soledad deleitosa, s¨®lo interrumpida por las elegantes cabras monteses que toman el t¨¦ silvestre en las vecinas plateas y que son, con diferencia, las que m¨¢s saben de Gredos.
Desde la plataforma de Gredos, que se halla a 1.770 metros de altura, al final de una carretera de 12 kil¨®metros procedente del pueblo abulense de Hoyos del Espino, sube el excursionista en busca del Morez¨®n por una senda empedrada cual calzada romana que sale de la parte alta del aparcamiento, zigzagueando por la garganta de las Escaleruelas. A los diez minutos, aparece se?alizado un desv¨ªo a la izquierda, hacia el puerto de Candeleda, y por ¨¦l tira el excursionista alej¨¢ndose de la muchedumbre que asciende a mano contraria. ?Adivinan hacia d¨®nde? Exacto: hacia la laguna Grande.
M¨¢s solo ya que la una, el excursionista sigue una vereda casi llana que serpentea por los infinitos pastizales del valle de Prao Puerto, entre negras vacas avile?as y enormes bolos gran¨ªticos arrastrados por remotos glaciares. A una hora de inicio, y a un paso del puerto de Candeleda, divisa a mano derecha las ruinas del refugio del Rey -construido en 1915 para descanso del escopetero Alfonso XIII e insomnio de los pobres cabrones-, las cuales alcanza en media hora m¨¢s, trepando por las mullidas m¨¢rgenes del arroyo que bordea el pe?ascal.
Rodeando por la derecha la cresta pelada que se alza a espaldas del refugio, el excursionista se planta, tras dos horas de marcha, en el rellano herboso de Navasomera. Otra media hora, manteniendo el rumbo oeste, y corona la cima a¨²n m¨¢s monda y pedregosa del Morez¨®n.
Blanco y tieso, como la cruz que remata el Morez¨®n, se queda el excursionista al ver desde su palco cinco kil¨®metros de picos que, s¨®lo nombrarlos, da miedo: el cuchillar de los Cerra¨ªllos, los Tres Hermanitos, el Casquerazo, el cuchillar de las Navajas, el Sagrao, el Esbirlaero, el Almanzor, el Ameal de Pablo y la Galana, que con sus 2.564 metros es la segunda mayor altura de Gredos. A los pies del majestuoso circo, 400 metros por debajo, los cientos de personas que hormiguean alrededor de la laguna Grande alzan sus cabecitas como de alfileres hacia unas cumbres que no pueden ver, as¨ª se disloquen sus microsc¨®picas cervicales.
Un hotel con vistas a la sierra
- D¨®nde. El municipio de Hoyos del Espino (?vila) dista 155 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera M-501 (de Alcorc¨®n a Plasencia por San Mart¨ªn de Valdeiglesias) hasta la localidad de Ramacasta?as y luego por la N-502 (direcci¨®n ?vila) hasta Venta de Rasquilla, donde hay que desviarse por la C-500.
No obstante, su acceso m¨¢s r¨¢pido es por la carretera de A Coru?a (A-6) hasta Villacast¨ªn, para seguir por A-51 hasta ?vila y por la N-502 hasta Venta de Rasquilla. Antes de entrar en Hoyos, aparece se?alizada la AV-931 hacia la plataforma de Gredos.
- Cu¨¢ndo. Verano es la ¨¦poca que ofrece m¨¢s garant¨ªas para acometer sin problemas esta marcha de 11 kil¨®metros y cuatro horas y media de duraci¨®n -dos y media de subida y el resto de bajada por el mismo camino-, con un desnivel de 600 metros y una dificultad media.
- Qui¨¦n. Paco Rico y Teresa Dorn son los propietarios de El Milano Real (Toleo s/n; Hoyos del Espino; tel.: 920 34 91 08), un hotelito estilo chal¨¦ suizo con vistas a la sierra, habitaciones tem¨¢ticas -bell¨ªsima, la japonesa- y cocina creativa. El precio de la habitaci¨®n doble es de 75 euros.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Consular la cartograf¨ªa: hoja 14-23 (Bohoyo) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, o bien la 577 del Instituto Geogr¨¢fico Nacional.
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