Schr?der viaja a Praga para cerrar las heridas de la II Guerra Mundial
El canciller federal alem¨¢n, el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der (SPD), apel¨® ayer en Praga a mirar al futuro y cesar en la disputa sobre los decretos de Benes que llevaron al destierro a cientos de miles de alemanes de la regi¨®n de los Sudetes al final de la II Guerra Mundial.
La visita de Schr?der de ayer a Praga lleg¨® con a?o y medio de retraso. En marzo de 2002 Schr?der se vio obligado a anular su viaje a la Rep¨²blica Checa ante la declaraci¨®n del primer ministro, Milos Zeman, de que los sudetes alemanes hab¨ªan sido "la quinta columna de Hitler" en Checoslovaquia. Era el 2002, un a?o electoral, y Schr?der respondi¨® a la declaraci¨®n de Zeman con la anulaci¨®n del viaje en un gesto hacia los miles de alemanes que todav¨ªa hoy d¨ªa, m¨¢s de medio siglo despu¨¦s, se sienten herederos de sus ancestros expulsados y deportados al final de la II Guerra Mundial.
Los atroces sufrimientos padecidos por millones de alemanes en la deportaci¨®n se consideraron durante mucho tiempo como castigo justo al terror nazi. Hoy d¨ªa en Alemania ha empezado a tratarse el tema desde la perspectiva del sufrimiento de los afectados y ha pasado a segundo plano la culpabilidad colectiva por el nazismo.
En este contexto, el viaje de Schr?der a Praga ha ofrecido al canciller la oportunidad de lanzar un llamamiento para cerrar las heridas del pasado y superar las disputas sobre los llamados decretos de Benes: 150 textos legales que consagraron la deportaci¨®n y expropiaci¨®n a Alemania, Austria y Hungr¨ªa de 3,5 millones de alemanes de los Sudetes. Estos pa¨ªses exigen a la Rep¨²blica Checa que anule los decretos de Benes ahora que el pa¨ªs se encuentra a punto de ingresar en la Uni¨®n Europea. Los Gobiernos checos se han resistido a esta anulaci¨®n ante el temor de que pudiera desencadenarse una ola de reclamaciones de propiedades por los herederos de los deportados de los a?os cuarenta.
Schr?der aprovech¨® la oportunidad de su viaje a Praga para declarar en tono solemne: "El pasado no debe dominar el futuro". No se trata, seg¨²n el canciller, de reprimir el pasado, sino de aprender de ¨¦l.
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