Con orejas de burro

Me cost¨® acordarme, pero al final me sali¨®: orejas de burro. Y no hablo de castigos escolares en mi infancia, sino de que hace unos a?os hice un peque?o curso de navegaci¨®n a vela, y me ha venido al recuerdo aquello de los rumbos. Me explico. Si no me enga?a la memoria, eran cuatro los rumbos posibles en funci¨®n de c¨®mo soplase el viento con respecto a tu marcha: largo, trav¨¦s, popa y proa.

En cada uno el viento ven¨ªa de una direcci¨®n diferente, y eso hac¨ªa que la navegaci¨®n fuese m¨¢s o menos r¨¢pida, y lo que a m¨ª m¨¢s me interesaba, m¨¢s o menos divertida. Y claro, -ignorante como soy en materia n¨¢utica, aunque de ciclismo creo que en estos a?os algo he acertado a comprender- cre¨ªa que, sin duda, lo m¨¢s divertido y m¨¢s r¨¢pido, todo a la vez, era el viento de popa, de culo como decimos los ciclistas. Un viento como el que por fortuna nos ha acompa?ado ayer y anteayer, de ese que te hace volar sobre la bicicleta por el asfalto. Pues no, me dijo el monitor, la navegaci¨®n en popa es tranquila, lenta y pausada pero segura.

Tu abres las velas a orejas de burro, y el catamar¨¢n va solito. Pues ayer me fui acordando toda la etapa de aquello, aunque tuve el nombre en la punta de la lengua un buen rato hasta que lo record¨¦. Luego, miraba sin desviar mucho mi atenci¨®n -no estaba el horno para bollos con la tensi¨®n que reinaba en el paquete- los ap¨¦ndices auditivos de mis compa?eros, y si bien ve¨ªa diferencias significativas entre unos y otros, en apariencia no me parec¨ªa que les proporcionasen ventaja apreciable.

Trataba de abrir tambi¨¦n mis orejas, pero no s¨¦ si por el cansancio muscular o quiz¨¢ por ser algo para lo que nunca antes me hab¨ªa entrenado, lo cierto es que no aumentaba mi sensaci¨®n de velocidad. Decid¨ª dejarlo para otro d¨ªa y centrarme en darle r¨¢pido a los pedales, que resultaba m¨¢s rentable dadas las circunstancias, pero creo que trabajar¨¦ ese camino en el futuro.

Pedro Horrillo corre la Vuelta con el Quick Step.