La incre¨ªble historia de un preso iraqu¨ª
Nayib Abb¨¢s fue detenido hace cuatro meses por las tropas de EE UU. Una organizaci¨®n denuncia su situaci¨®n como preso pol¨ªtico
La habitaci¨®n de Nayib Abb¨¢s al Shami est¨¢ vac¨ªa. "Hace un cuarto de hora vinieron unos soldados americanos y se lo llevaron", asegura un enfermero. Al Shami, detenido hace cuatro meses por las tropas estadounidenses, hab¨ªa ingresado en el hospital cl¨ªnico de Diwaniya el 25 de agosto por dificultades respiratorias y llevaba seis d¨ªas en huelga de hambre. "Es un prisionero pol¨ªtico", denuncia Hasan al Waely, director de la oficina local de la Organizaci¨®n Iraqu¨ª de Defensa de los Derechos Humanos, que se ocupa del caso.
"Paciente estable. Historia de CAD. Trasladar¨¦ a Bagdad para proseguir tratamiento y asumo toda la responsabilidad. Dr. Ruttinger", reza la nota, en ingl¨¦s, que el militar que se ha presentado como m¨¦dico ha escrito en la ficha de Al Shami. CAD son las siglas inglesas para "enfermedad obstructiva de las v¨ªas respiratorias cr¨®nica", seg¨²n explica una doctora ante la ausencia del jefe de planta. Ella desconoce el estado del paciente porque no le atend¨ªa, pero sabe que el comit¨¦ m¨¦dico se neg¨® a darle el alta.
"Lo sacaron cogido por los hombros porque no se ten¨ªa en pie", describe el enfermero que ha facilitado la ficha. "Fue a las once y media, subieron dos soldados y otros cuatro les esperaban abajo". El subdirector del hospital, Abderrahm¨¢n Jatab, se muestra sorprendido. "?Qu¨¦ podemos hacer ante los americanos? Nos informan. Eso es todo", declara impotente. Pero en esta ocasi¨®n ni siquiera se hab¨ªa enterado. Hace llamar al oficial al cargo del ret¨¦n de polic¨ªa del hospital. Un agente vigilaba la puerta de Al Shami y anotaba qui¨¦n le visitaba. "Como no estaba en la habitaci¨®n-celda, no le ten¨ªamos registrado y tampoco nos han dado explicaciones cuando se lo han llevado", declara el teniente Alaa Fadel Aziz.
"Al Shami era el responsable de seguridad del consejo municipal que tom¨® el control de Kerbala ante el vac¨ªo de poder que caus¨® la guerra", explica Al Waely. De acuerdo con su relato, los estadounidenses quedaron impresionados por la ausencia de incidentes durante las marchas religiosas que se celebraron entre el 23 y el 25 de abril. "Le pidieron el plan de seguridad y cuando les dijo que no lo ten¨ªa, que s¨®lo hab¨ªa contado con voluntarios, no le creyeron y le acusaron de tener lazos con el Baaz", a?ade.
"?l asegura que no es cierto y en cualquier caso debe tener derecho a que le vea un juez", defiende Al Waely, convencido de que los estadounidenses carecen de pruebas. En su destartalada oficina de Diwaniya, su organizaci¨®n ha recibido ya cinco denuncias por detenciones de las fuerzas de ocupaci¨®n. "Tal vez sean m¨¢s, pero Estados Unidos no facilita datos y nosotros no podemos investigar si la familia no nos pide ayuda", explica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.