Los pa¨ªses pobres presionan a los ricos para que eliminen sus subsidios al algod¨®n y al ma¨ªz

Las negociaciones en el primero de los cinco d¨ªas de la cumbre de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) en Canc¨²n empezaron con los reproches m¨¢s agrios y las palabras m¨¢s duras. La discusi¨®n se centr¨® ayer en los subsidios que la UE y EE UU dan a sus agricultores y c¨®mo ¨¦stos distorsionan el comercio y los precios. El tema se ha visto agravado por el desplome de los precios de las materias primas, por lo que si ya antes perjudicaba a los campesinos de los pa¨ªses pobres, la situaci¨®n ha empeorado notablemente desde la anterior cumbre de Doha, en 2001.

El flagrante caso de las ayudas de EE UU a sus productores de algod¨®n, que hunden a productores de varios pa¨ªses africanos, se convirti¨® en el centro de las discusiones. Desde la UE, Espa?a se opone f¨¦rreamente a que se respalde una reducci¨®n de las ayudas a ese producto agr¨ªcola.

Los discursos inaugurales del director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, y del presidente mexicano, Vicente Fox, distaban bastante de lo que se estaba cocinando en las salas de negociaci¨®n de la OMC. All¨ª, el tema m¨¢s pol¨¦mico de la cumbre, el de la liberalizaci¨®n del sector agr¨ªcola, comenzaba a debatirse en¨¦rgicamente por dos asuntos que en un principio estaban perdidos dentro de la declaraci¨®n de Doha, el texto base del que parten las conversaciones, y que en esta reuni¨®n de Canc¨²n se han convertido en una especie de caballo de batalla, de term¨®metro de la voluntad de negociaci¨®n de EE UU y la UE, para los pa¨ªses menos desarrollados.

En los ¨²ltimos dos a?os los precios de las materias primas se desplomaron a m¨ªnimos hist¨®ricos. La cotizaci¨®n del caf¨¦, por ejemplo, cay¨® a un m¨ªnimo de 30 a?os, y lo mismo sucedi¨® con los precios de otros cultivos como el ma¨ªz y el algod¨®n. Ello acentu¨® los perjuicios que ya sufr¨ªan muchos pa¨ªses de ?frica, el sureste de Asia y el Caribe por el sistema de subvenciones que la UE, EE UU y Jap¨®n daban a sus productores y exportadores. En el caso del ma¨ªz, por ejemplo, la oposici¨®n y los productores mexicanos han solicitado una revisi¨®n del tratado de libre comercio con EE UU y Canad¨¢ para evitar que los subsidios estadounidenses hundan la producci¨®n mexicana.

Pero si hay problemas con el ma¨ªz, por las ayudas estadounidenses, o del caf¨¦, porque est¨¢ en manos de unas pocas multinacionales, el caso del algod¨®n es el paradigma de las distorsiones que las ayudas a un sector pueden provocar en el comercio internacional. Cuatro pa¨ªses africanos (Burkina Faso, Mal¨ª, Ben¨ªn y Chad), concientes del caso que ten¨ªan entre manos y de que iban a ser apoyados por las ONG y la opini¨®n p¨²blica, presentaron ayer un p¨¢rrafo para ser incluido en la declaraci¨®n final en el que solicitaban el desmantelamiento total de las ayudas al algod¨®n. "El algod¨®n es vital para la supervivencia de los pa¨ªses de ?frica Occidental", explicaba ayer Ibrahim Coulibaly, representante de los algodoneros de Mal¨ª. "Por eso estamos decididos a pelear por la eliminaci¨®n de las ayudas". Los cuatro pa¨ªses africanos piden que se reduzcan las ayudas al algod¨®n en un plazo de tres a?os con vistas a su eliminaci¨®n posterior. Para darse una idea, s¨®lo una plantaci¨®n algodonera de Arkansas, la US Tyler Faros, recibi¨® en 2001 seis millones de d¨®lares en subsidios, seg¨²n datos de la ONG Oxfam. La cifra equivale a la media de ingresos de 25.000 agricultores de Mal¨ª.

Washington se resiste

EE UU estaba dispuesto ayer a ceder terreno en su sistema de ayudas al algod¨®n a cambio de que se retrasara un a?o, hasta 2005, una mayor liberalizaci¨®n del acceso de productos textiles a su mercado. Para negociar en una mejor posici¨®n, Washington intentaba ayer que la UE respaldara su propuesta. En Europa, s¨®lo Grecia y Espa?a producen algod¨®n. En el primer pa¨ªs hay 80.000 peque?os productores, y en el segundo, 10.000, concentrados en Andaluc¨ªa.

El pasado 20 de agosto, los comisarios europeos de Comercio, Pascal Lamy, y de Agricultura, Franz Fischler, recibieron una carta del ministro espa?ol de Agricultura, Miguel Arias-Ca?ete, por la que les dec¨ªa que las ayudas eran la "garant¨ªa de la supervivencia" del algod¨®n en Espa?a, "dado los altos costes de producci¨®n y medioambientales que conlleva". Ayer, Bruselas se escudaba en esta petici¨®n espa?ola para decantarse a favor de EE UU y resistir las presiones de Alemania, Holanda, Francia y el Reino Unido para apoyar a los pa¨ªses africanos. Los representantes africanos esperaban ayer que Espa?a encontrase un modo de ayudar a sus 10.000 productores de algod¨®n sin perjudicar a los 10 millones de ?frica.