Tiempos
El futuro de los trabajadores est¨¢ cada vez m¨¢s crudo. Al incremento de la siniestralidad, como se ve a diario tanto en el Estado como en esta comunidad, se le suma ahora el mobbing, el acoso laboral dicho en castellano. As¨ª se dice en el informe que, ante el Parlamento andaluz, ha presentado el Defensor del Pueblo. Y lo que es peor es que el informe destaca que este sicoterror laboral ha llegado a la Administraci¨®n p¨²blica. Tambi¨¦n que va en aumento cada a?o.
Es normal, pues, que con estos datos el Defensor exija una regulaci¨®n espec¨ªfica que corrija esta nueva forma de delincuencia laboral. Una exigencia a la que nunca han sido insensibles ni el grupo socialista ni Izquierda Unida, como se vio en el Congreso de los Diputados a comienzos del pasado a?o, cuando ambos grupos solicitaron una regulaci¨®n penal y laboral concreta. Petici¨®n que fue rechazada por el PP que, en esas fechas, posiblemente estaba mirando a Ponferrada y a su alcalde, que dimiti¨® despu¨¦s de una condena por actuaciones como las que denuncia el Defensor del Pueblo.
Claro que no es tiempo para mirar al pasado cuando el futuro m¨¢s cercano nos anuncia la proximidad de las elecciones auton¨®micas. Un tiempo que pod¨ªa permitir que los partidos que concurran a las elecciones muestren su sensibilidad frente a estos delincuentes laborales que trabajan en la Administraci¨®n p¨²blica. Por ello no estar¨ªa mal, tal como ha pedido el Defensor del Pueblo, que se apruebe una legislaci¨®n espec¨ªfica que regule las consecuencias laborales para las personas de la Administraci¨®n y empresas en las que participe que practiquen estas agresiones. As¨ª, las condenas que puedan alcanzarles no quedar¨ªan en aguas de borrajas. Sus efectos, sus consecuencias, depender¨ªan de lo previsto en la nueva ley y del hecho mismo de la condena. No de la fuerza que ostente en su partido, ni de la dimisi¨®n voluntaria del condenado.
Es posible, pues, que los programas electorales est¨¦n deseosos de recoger este tipo de compromisos. Hay que conocer hasta qu¨¦ punto los grupos pol¨ªticos quieren obligarse con los ciudadanos ante estos comportamientos que exigen, cada vez con m¨¢s fuerza, que se les ponga coto sin vacilaciones. Sin duda empieza a ser el tiempo en el que vamos a saber d¨®nde est¨¢ cada uno.
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