M¨²sica, mujer y posmodernidad

Antes cre¨ªa tener talento creativo, pero he abandonado esa idea; una mujer no debe desear componer...". Esta estremecedora frase de Clara Schumann, escrita en su diario a los veinte a?os, expresa el estado de ¨¢nimo de una muchacha cuyo talento pian¨ªstico y musical fue uno de los m¨¢s grandes del siglo XIX, pero tambi¨¦n resume un problema cuya gigantesca gravedad empezamos a considerar cuando hemos empezado a resolverlo: el de la situaci¨®n de la mujer en la historia de la m¨²sica. Si, por ce?irnos a las artes, la exclusi¨®n de la mujer parece similar en todos los ¨¢mbitos, la m¨²sica plantea matices. En el arte de los sonidos la mujer siempre ha tenido presencia, como int¨¦rprete, como cantante, incluso compositora; por ello la negaci¨®n de su talento precisaba jerarqu¨ªas que, en cierto modo, han contaminado nuestra visi¨®n hist¨®rica. Por ejemplo, la composici¨®n se situaba en un ¨¢mbito superior. Incluso, dentro de la composici¨®n, ciertos g¨¦neros llamados grandes (la ¨®pera, la sonata, la m¨²sica sinf¨®nica...) ten¨ªan una caracter¨ªstica de nobleza que deber¨ªa, consecuentemente, ser practicada s¨®lo por varones. Pero lo m¨¢s grave es que si desde hace tres d¨¦cadas ya no se cuestiona el acceso de la mujer a cualquier funci¨®n musical, el peso de la historia se revela como un fardo de dif¨ªcil manejo.

Ante esta realidad naci¨®

uno de los fen¨®menos m¨¢s fascinantes del final del siglo pasado: la musicolog¨ªa feminista, una de las ramas m¨¢s poderosas de un frondoso ¨¢rbol en el que se encuentran la musicolog¨ªa gay y lesbiana, llamadas tambi¨¦n musicolog¨ªas de g¨¦nero. La importancia de este fen¨®meno ha sobrepasado con mucho el debate musical y se ha convertido en una de las corrientes m¨¢s fuertes del posmodernismo, especialmente en su versi¨®n anglosajona. La musicolog¨ªa de g¨¦nero comparte con la visi¨®n posmoderna la revisi¨®n de conceptos como el de "obra art¨ªstica", "autonom¨ªa del arte", "progreso", "objetividad", "estabilidad identitaria" y "canon hist¨®rico". Ciertos cr¨ªticos masculinos hab¨ªan abonado el terreno (algunas music¨®logas feministas citan antecedentes en Adorno, o Dahlhaus), y m¨¢s cerca de nosotros, autores como Nicholas Cook han defendido una forma de relativismo que hoy nos es familiar: "M¨¢s que del concepto de m¨²sica tendremos que hablar de los conceptos de m¨²sicas...". Pero el grueso de esta reformulaci¨®n le ata?e, como es l¨®gico, a nombres femeninos como Susan McClary, Catherine Cl¨¦ment, Suzanne Cusick, Paula Higgins, Rose Subotnik, Marcia Citron y una muy larga n¨®mina de un fen¨®meno que ha conmocionado los estudios sobre m¨²sica, especialmente en pa¨ªses de influencia inglesa, hasta el punto de que en menos de 25 a?os el porcentaje de tesis doctorales en departamentos de m¨²sica americanos y canadienses con inter¨¦s en la musicolog¨ªa feminista ha sobrepasado un cuarto del total.

?Y qu¨¦ se sabe de este fen¨®meno en Espa?a? ?sa ser¨ªa otra de las grandes sorpresas. Y en medio de este panorama, de pronto aparece un libro que nos revela la magnitud de esta corriente: Feminismo y m¨²sica. Introducci¨®n cr¨ªtica (Narcea), escrito por la profesora de musicolog¨ªa de la Universidad de Girona, Pilar Ramos L¨®pez, que constituye toda una sorpresa. Y lo es por partida doble si consideramos la modestia de su publicaci¨®n, la ausencia de precedentes y una presentaci¨®n un tanto penosa a la que no es ajena una l¨²gubre portada.

Feminismo y m¨²sica es fundamentalmente una magn¨ªfica gu¨ªa para conocer este fen¨®meno, escrita con el rigor que delata a la buena profesora y la pasi¨®n de quien se implica en ambos t¨¦rminos, mujer y m¨²sica. Si en Espa?a abundara la traducci¨®n de los trabajos que han conmocionado la visi¨®n de la m¨²sica y la musicolog¨ªa en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, este libro se recomendar¨ªa a estudiantes y aficionados/as porque les ser¨ªa de utilidad como introducci¨®n. Pero en el actual estado de cosas, este libro es un terremoto. Con una musicolog¨ªa a la que le cuesta desprenderse de su olor a cirio y facistol, un ambiente musical que a¨²n se debate en el desbrozamiento de los cl¨¢sicos y una intelectualidad que ha desechado apresuradamente el debate posmoderno sin esperar a enterarse de que, bajo sus alas, se incubaban movimientos de pensamiento de un potencial liberador extraordinario; en este ambiente, la publicaci¨®n de Pilar Ramos es una violenta bocanada de aire fresco en medio de una asfixiante calima. Nos describe las estrategias de desmontaje de mentiras tan eficaces como necias, seg¨²n las cuales una mujer pod¨ªa ser una formidable pianista pero no deb¨ªa interesarse por la composici¨®n; nos dibuja el escenario oper¨ªstico como un terreno en el que la mujer era sujeto de todas las violencias convirti¨¦ndose, parad¨®jicamente, en el cuerpo sonoro principal; o para decirlo con palabras de Poizat: "La l¨®gica dram¨¢tica del libreto no es la raz¨®n que lleva a morir al personaje femenino en el momento en que grita; es la l¨®gica del gozo vocal la que lleva al grito y por ella se crean las condiciones dram¨¢ticas necesarias para su aparici¨®n, exigiendo, por ejemplo, una muerte"; tambi¨¦n nos hace expl¨ªcita la pulsi¨®n sexual de ciertas m¨²sicas populares urbanas: "La construcci¨®n de la sexualidad es, para Angela McRobbie y Simon Fritz, la principal funci¨®n ideol¨®gica del rock". En fin, el libro de Ramos sit¨²a certeramente el contexto intelectual de la nueva musicolog¨ªa hasta el punto de mostr¨¢rnosla como una de las ramas m¨¢s robustas de la filosof¨ªa cr¨ªtica. Con ella no s¨®lo se reivindica una lectura justa de la historia de la m¨²sica, se abren expectativas nuevas para la m¨²sica como pr¨¢ctica liberadora.

Feminismo y m¨²sica. Introducci¨®n cr¨ªtica. Pilar Ramos L¨®pez. Narcea. Madrid, 2003. 176 p¨¢ginas. 15 euros.