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Decidido. En las elecciones catalanas votar¨¦ al candidato que cometa m¨¢s faltas de ortograf¨ªa. Las faltas son modernas, mestizas e integradoras. Por eso, casi todos los pol¨ªticos tienen expertos de campa?a que se las aconsejan. Es la explicaci¨®n que se me ocurre. No puede ser que todos ellos, junto con sus asesores ling¨¹¨ªsticos, redacten mal, si no es a prop¨®sito. Y tampoco puede ser que el corrector de Word se les haya estropeado a todos. As¨ª, tenemos que en su p¨¢gina web, Piqu¨¦ escribe traballar en lugar de treballar, lo que le hace ganar puntos a mis ojos. Pero no nos precipitemos. Artur Mas acaba de estrenar p¨¢gina web.
Me preparo un gin-tonic y me dispongo a visitarla para, si se tercia, agregarme la foto del l¨ªder a la carpeta de favoritos, junto con la de Maragall, la de Alberto Fern¨¢ndez-D¨ªaz y la de Portabella. En mis fantas¨ªas sexuales con los pol¨ªticos soy muy ecu¨¢nime, y Mas, para m¨ª, tiene un gran atractivo. Me recuerda a uno de esos modelos vestidos de granjero que salen fotografiados en los cat¨¢logos de semillas con el brazo hundido en el saco. La p¨¢gina tiene de todo: juegos interactivos, la carta de la semana y, como esperaba, esas tradicionales faltas de ortograf¨ªa. La p¨¢gina se inaugur¨® la semana pasada, y por aquel entonces hab¨ªa unos cuantos errores de los buenos. El problema es que alg¨²n insensible se debi¨® de dar cuenta y los corrigi¨® a las dos horas. Pero no todos. Se dej¨® un aconsseguir-ho en lugar de aconseguir-ho). Posteriormente, esta falta tambi¨¦n fue corregida. Sin embargo, Artur es consciente de que si en su web no hubiese faltas se estar¨ªa jugando un voto -el m¨ªo-; por tanto, ha diseminado las incorrecciones por aqu¨ª y por all¨¢. As¨ª, tenemos que en lugar escribir voltants escribe voltans o que en lugar de escribir l'urna escribe la urna. De momento, mi voto ser¨¢ para ¨¦l, y s¨®lo espero que sea tan cuidadoso en los otros aspectos de su pol¨ªtica. Bueno, tambi¨¦n espero que, si gana, el nuevo Estatuto recoja la obligaci¨®n de los ciudadanos a escribir mestizamente.
Paseo por las 'webs' electorales. Hay abundantes faltas de ortograf¨ªa y un Maragall virtual sometido al detector de mentiras
Pero ya que estoy, visito los diferentes apartados para saber algo m¨¢s de mi candidato. A primera vista, se ve que es un hombre ecl¨¦ctico. A veces nos habla a "todos y a todas" y a veces no. En este asunto, Mayol, Portabella, Iceta y sobre todo Clos, le llevan una ventaja espectacular. Clos, hasta cuando tiene que referirse a los cactus, habla de "todos y todas los y las cactus". Pero Mas no. Mas te habla, por ejemplo, de la educaci¨®n de "els nostres fills i filles" y, en cambio, se muestra convencido de que podremos hacer un pa¨ªs de primera "entre tots" (no "entre tots i totes"). Luego, en el apartado interactivo, hay unos cuantos juegos a cu¨¢l m¨¢s ingenioso. Est¨¢ el de meter votos en la urna (la urna, no l'urna), o el de confeccionar parejas, que consiste en destapar cartas para unir a los l¨ªderes. Tiene la ventaja de que, como hay s¨®lo ocho cartas, te sientes como Einstein porque lo resuelves en pocos segundos. Pero el tercer juego es otra cosa. Es una m¨¢quina de la verdad a la que se somete a Maragall. Lleva unos electrodos conectados a la cabeza y, si miente, se le aplica una descarga que, por lo que se ve, le duele bastante. Las preguntas de la m¨¢quina de la verdad son incisivas, no s¨¦ si me explico. "?Conoce Maragall los pueblos de Catalu?a?", por ejemplo. Entonces sale Montilla de detr¨¢s de la silla (perd¨®n por la rima: es inevitable, como Rania de Jordania), y le chiva la respuesta. Maragall contesta que s¨ª, que hace mucho que pasea por los alrededores (voltans) de Barcelona. Y a continuaci¨®n se produce la descarga, que hace un ruido el¨¦ctrico no demasiado tranquilizador. Dios m¨ªo. Cuando se enteren los de la oposici¨®n dir¨¢n que esto es apolog¨ªa de los malos tratos. Y no me interpreten mal. Soy una amante de la violencia gratuita, qu¨¦ les voy a contar. Uno de mis pasatiempos preferidos es el modelo GTA3 de la Play Station II. Mi juego de cabecera es City vice, donde el protagonista asesina a gente del hampa, roba taxis, atropella humanos y hace de todo excepto trabajar legalmente. (Espero que salga pronto la versi¨®n femenina del juego). Pero sufro por los ni?os/as convergentes/as que entrar¨¢n en esa web y aprender¨¢n lo que es la tortura. ?Y si las descargas el¨¦ctricas les ponen mal cuerpo? Igual ya no voto a Mas, a pesar de sus faltas de ortograf¨ªa.
Entonces leo la noticia de que el socialista Miquel Iceta acaba de crear un weblog (un diario personal colgado en la Red). Iceta es una persona moderna y estoy segura de que en su weblog tambi¨¦n habr¨¢ alguna falta de ortograf¨ªa que llevarme a la boca. Entro y me alegra comprobar que estaba en lo cierto. Mirando por encima, me encuento un var¨¨m en lugar de v¨¤rem. En estos momentos, pues, ya me inclino por votar al PSC. Pero empiezo a leer el "diario de campa?a" de Iceta y me conmociona la anotaci¨®n del mi¨¦rcoles: "Hoy he tenido que tomar la dolorosa decisi¨®n de autorizar la eutanasia de uno de mis gatos. Una fatal enfermedad de h¨ªgado anunciaba un sufrimiento que hab¨ªa que acortar". Madre m¨ªa. Entre uno, que le pone electrodos a Maragall, y el otro, que sufre porque toma la dolorosa decisi¨®n de hacerle la eutanasia al gato, no s¨¦ con qui¨¦n me quedo. ?Hay alguien m¨¢s?
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