Reinicio
El desenlace de la operaci¨®n sucesoria que ha designado a Rajoy como nuevo candidato a presidente del Gobierno por parte del Partido Popular ha significado un punto de inflexi¨®n en el proceso pol¨ªtico espa?ol, cuya continuidad se ha roto para iniciarse a partir de aqu¨ª una nueva secuencia cualitativamente distinta de la anterior. Este efecto de puntuaci¨®n, corte o d¨¦coupage, que impone la necesidad de cambiar el paso, estaba sin duda previsto por el guionista que dise?¨® la estrategia sucesoria, cuyo famoso cuaderno azul se parece cada vez m¨¢s al story board de una trucada pel¨ªcula de suspense cargada de sorpresas, que s¨®lo buscan cambiar las expectativas del espectador. De ah¨ª que tanto la cr¨ªtica especializada como el p¨²blico aficionado hayan respondido aplaudiendo con rara unanimidad el ¨¦xito de la operaci¨®n.
Es verdad que por un obligado tributo a la moral democr¨¢tica se han formulado protestas verbales por la metodolog¨ªa dictatorial con que se ha producido la designaci¨®n del elegido. Pero esas cr¨ªticas al procedimiento han parecido m¨¢s hip¨®critas que otra cosa, pues ley¨¦ndolas entre l¨ªneas se adivina una mal disimulada envidia por el inesperado ¨¦xito y la indudable eficacia con que se ha completado el experimento sucesorio. Lo cual revelar¨ªa un cierto cinismo por parte de los comentaristas, que se rinden ante la evidencia de que en pol¨ªtica el fin justifica los medios. Pero tambi¨¦n podr¨ªa manifestar una clara sensaci¨®n de alivio, al librarse por fin de un liderazgo tan odioso y antip¨¢tico como ha sido el de Aznar. Aunque en esto quiz¨¢ se equivoquen como espectadores, pues el flem¨¢tico Mariano parece un personaje menos interesante que el excesivo Josemari. Por eso puede que alg¨²n d¨ªa llegue la hora de pensar que tambi¨¦n contra Aznar se viv¨ªa mejor.
Y si la cr¨ªtica se ha mostrado ambigua con la pel¨ªcula sucesoria, lo mismo ha hecho el p¨²blico espectador, cuya ambivalencia moral est¨¢ llamando poderosamente la atenci¨®n. En efecto, las encuestas de opini¨®n que se han publicado estos d¨ªas han demostrado una duplicidad sorprendente. De un lado, la mayor¨ªa de los encuestados (60%) cree que Aznar enga?¨® a los ciudadanos sobre la guerra contra Irak, y rechaza abrumadoramente (70%) la participaci¨®n espa?ola en las tropas ocupantes. Pero al mismo tiempo, una mayor¨ªa de encuestados (50%) aprueba la gesti¨®n de Aznar como presidente del Gobierno, confirmando abrumadoramente su acierto al elegir a Rajoy como sucesor (pues el 60% espera que venza a Zapatero). ?C¨®mo se puede entender tan flagrante contradicci¨®n del p¨²blico espa?ol?
Algunos int¨¦rpretes lo explican como una prueba adicional del cinismo pol¨ªtico que manifiesta la cultura pol¨ªtica espa?ola de origen latino, bien dispuesta a tolerar la impunidad de los gobernantes a cambio de panem et circenses, cuyo peor ejemplo es el caso Berlusconi. Pero tambi¨¦n cabe interpretarlo como un efecto ¨®ptico debido al cambio de perspectiva que ha supuesto la pel¨ªcula sucesoria, tal como se?al¨¦ al comienzo. Y este efecto Rajoy residir¨ªa no tanto en el factor sorpresa como en el inicio de una nueva secuencia que s¨®lo se abre ahora, reparti¨¦ndose entre agente y principal el doble papel del polic¨ªa bueno y el polic¨ªa malo. As¨ª se cultivar¨ªa la ambivalencia moral del p¨²blico, facilitando que se vote al nuevo candidato amable para que contin¨²e aplicando la odiosa pol¨ªtica del gobernante antip¨¢tico. Una vez m¨¢s, es preciso que todo cambie para que todo siga igual.
Parece probable que a medio plazo -a tiempo de las pr¨®ximas elecciones generales- este cambio de candidato gubernamental tenga ¨¦xito si logra convencer al espectador desprevenido, aunque no s¨¦ si alcanzar¨¢ la mayor¨ªa absoluta a la que le ha emplazado el despechado Mayor Oreja. Pero a m¨¢s largo plazo cabe ser esc¨¦pticos, pues cuando el bueno de Rajoy ocupe La Moncloa podr¨ªa ser incapaz de mantener la exc¨¦ntrica pol¨ªtica de su patr¨®n Aznar, que necesitar¨¢ intervenir para corregirle y defenderle de quien se lo reproche. Y entonces los espectadores quiz¨¢ dejen de creerse la pel¨ªcula que ahora se les ha contado.
![Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Mariano Rajoy, con sus respectivas esposas, ayer, en el mitin del PP en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WGK5TEMR7SWTF7B7LUAILE7DFE.jpg?auth=b80bfd23f7cd53d62624bf09618537341934e52f48cd79d46009c4d6efb8872b&width=414)
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