La rifa de las asignaturas
El caos preside el proceso para adjudicar las plazas vacantes de profesores de secundaria en v¨ªsperas del inicio del curso
Subir a la segunda planta del instituto Mendizabala de Vitoria en el d¨ªa D es impactante. Un tribunal compuesto por seis personas aparece al fondo, sobre un estrado, con una mesa que aguanta dos ordenadores e impresoras, un micr¨®fono que funciona y otro que s¨®lo sirve de decoraci¨®n. Enfrente, casi 300 profesores, o aspirantes a serlo, sujetan unos papeles en la mano con las claves de su futuro inmediato, o mejor dicho, inmediat¨ªsimo. Porque durante el mi¨¦rcoles y el jueves pasados se adjudicaron las vacantes de los centros p¨²blicos de educaci¨®n secundaria y los profesores agraciados con una plaza deb¨ªan presentarse en apenas 24 o 48 horas, el viernes, en los institutos que les hubieran correspondido. All¨ª, a muchos les esperar¨ªa otra odisea. Pero ¨¦sa es otra historia.
A la vez que en Mendizabala, otros sorteos id¨¦nticos se organizaban en la Escuela de Arquitectura de San Sebasti¨¢n y en la Delegaci¨®n de Educaci¨®n en Bilbao, s¨®lo que ¨¦stos con un n¨²mero mucho mayor de candidatos. En cualquier caso, con unos adjetivos m¨¢s o menos sonoros, todos los profesores que asisten al proceso, hayan salido afortunados o no con una plaza, censuran su desarrollo ca¨®tico y expresan con la misma conclusi¨®n: "Esto es la ley de la selva, una jungla".
En Vitoria, la adjudicaci¨®n se ordena seg¨²n la puntuaci¨®n de cada profesional (se tienen en cuenta los servicios prestados anteriormente, las calificaciones de la titulaci¨®n acad¨¦mica y tambi¨¦n la experiencia laboral). Los primeros en acceder a la sala son los profesores con m¨¢s puntos. Cada provincia funciona a su manera, a pesar de que el organizador es el mismo, el Departamento de Educaci¨®n del Gobierno vasco.
Empieza el espect¨¢culo: el tribunal recita las plazas vacantes. Hay un murmullo y apenas se puede o¨ªr (el micr¨®fono decorativo, ya se sabe). Alg¨²n profesor, a lo lejos, pide que le repitan la numeraci¨®n de la plaza. Dice si le interesa o no. Si es as¨ª, se identifica y es asignado. En dos d¨ªas tendr¨¢ que presentarse en el centro educativo. Pero no a todos resulta as¨ª de sencillo.
Hay un elemento imprescindible: el tel¨¦fono m¨®vil. ?Por qu¨¦? Porque cada profesor, para buscar el mejor empleo posible, se apunta a las listas de m¨¢s de una provincia. Educaci¨®n les obliga a estar presentes en el sorteo o, al menos, enviar a alguien con una firma de autorizaci¨®n. As¨ª, unos y otros se llaman para informarse de las vacantes, para ver cu¨¢l eligen de las que van quedando libres. Es toda una ingenier¨ªa.
La mayor¨ªa de los asistentes tiene experiencia de a?os anteriores, por lo que no se percibe perplejidad ante la ca¨®tica organizaci¨®n. A estos sorteos apenas acuden reci¨¦n licenciados. La mayor¨ªa han cumplido los 30 a?os, o los 35, o los 40. Ya se han acostumbrado y lo toman con resignaci¨®n. Pero por si hay alg¨²n novato o despistado, que no conoce el laber¨ªntico sistema de adjudicaci¨®n, existe en la entrada un taco de tr¨ªpticos distribuidos por el sindicato STEE-EILAS, con un lema muy apropiado: "Aterriza como puedas", se titula. "Manual de supervivencia para el personal sustituto en la CAV (comunidad aut¨®noma vasca)", se subtitula.
Como una pel¨ªcula
En la entrada del sal¨®n de actos se oye todo tipo de historias. Cada profesor tiene una: "Un a?o no o¨ª bien si dec¨ªan PC o PS y estuve a punto de quedarme sin plaza. Por un detalle as¨ª te puedes quedar fuera", explica una profesora de auxiliar de cl¨ªnica, que lleva nueve a?os pasando el mismo trago, y que no pudo presentarse a la ¨²ltima oposici¨®n por carecer de perfil ling¨¹¨ªstico, aunque ense?a en castellano.
Otras recitan su experiencia en los sorteos como quien cuenta una pel¨ªcula de aventuras. Una guipuzcoana de 30 a?os, que prefiere ocultar su nombre, recuerda un a?o en San Sebasti¨¢n. "All¨ª hay m¨¢s gente, y m¨¢s caos. Llegu¨¦ por la tarde y al tribunal se le hab¨ªa olvidado tachar las plazas que hab¨ªa adjudicado por la ma?ana. Luego no deb¨ªa funcionar la fotocopiadora... Al final nos entregaron unos papeles y aquello parec¨ªa una rifa". Y sigue: "En Bilbao, el orden de adjudicaci¨®n se hace seg¨²n la especialidad, no por puntuaci¨®n. Un a?o dur¨® hasta la madrugada del s¨¢bado al domingo".
?ste es su cuarto a?o en el sorteo. "Soy nueva, al lado de los dem¨¢s", dice. Su problema es que la plaza que ha elegido "no existe". "He ido al instituto donde me ha tocado. All¨ª me han dicho que ofertaban tres plazas, pero Educaci¨®n ha adjudicado cuatro". Una sobra. ?Ser¨¢ la suya? No lo sabe. Dos d¨ªas despu¨¦s, viernes, lleg¨® al instituto sin la seguridad de que podr¨ªa ocupar el puesto asignado.
En realidad, no es extra?o que suceda esto. Son muy frecuentes las disfunciones, y los casos en que un profesor acaba ense?ando una asignatura que no es la misma para la que le eligieron, ni mucho menos. "Yo hice Farmacia, pero un a?o me toc¨® dar Matem¨¢ticas", recuerda un joven. "Hay muchos tejemanejes. De repente, hay plazas que desaparecen", insisten los profesores apostados en la entrada. Y esto, coinciden, influye en el resultado final, repercute directamente en la calidad de la ense?anza.
Tambi¨¦n hay lugar para la picaresca. La explicaci¨®n es sencilla: "En FP, es frecuente no tener material. A veces no hay ni temario ni apuntes ni nada. Llegas el primer d¨ªa y te dicen que des clases lo mejor que puedas", explican algunos que han vivido la situaci¨®n. "As¨ª que un profesor que ha dado clases en un instituto el a?o anterior se guarda los apuntes, no vaya a ser que los tenga que utilizar m¨¢s adelante. Y tambi¨¦n para que el que est¨¢ a tu lado en el sorteo no te quite la plaza".
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