El veto y el roto
Dividido en torno a Arafat e Israel, el Consejo de Seguridad ha vuelto a convertirse en un foro de la confusi¨®n, y eso que todos estaban de acuerdo en que el Gobierno de Israel no debe deportar ni amenazar la seguridad o la vida del presidente electo de la Autoridad Palestina. Una resoluci¨®n expl¨ªcita hubiera sido posible sin el veto de EE UU, que ayer trat¨® de compensarlo amenazando con recortar los fondos de ayuda si prosigue la construcci¨®n del muro de separaci¨®n en territorios que corresponden a los palestinos. Con la ruta de la hoja cortada, la Administraci¨®n de Bush parece volver a su pol¨ªtica inicial de distanciarse del problema, y a la vez, no dejar que otros lo aborden.
De momento, la pol¨ªtica israel¨ª y el veto estadounidense s¨®lo sirven para reforzar la figura de Arafat entre los palestinos. Si, como dicen ambos gobiernos, el presidente electo es "parte del problema y no de la soluci¨®n", no parece la forma m¨¢s inteligente ni apropiada de proceder contra un presidente elegido. M¨¢s razonable es la postura de Aznar de considerar a Arafat como "una realidad" con la que hay que contar, lo que llev¨® a Espa?a a votar a favor de la resoluci¨®n.
No es EE UU el ¨²nico extra?o en este tr¨¢gico baile de m¨¢scaras. El proyecto de resoluci¨®n presentado por Siria, que condenaba los asesinatos suicidas, pero sin mencionar por su nombre a las organizaciones terroristas de Ham¨¢s, la Yihad Isl¨¢mica o los M¨¢rtires de Al Aqsa, dividi¨® de nuevo a los europeos. Result¨® insuficiente para el Reino Unido, que se abstuvo junto a Bulgaria -siempre a los pies de Bush- y Alemania, que por razones de culpa hist¨®rica nunca se pronuncia contra Israel. En cambio, Francia y Espa?a, mostrando esta ¨²ltima una bienvenida y l¨²cida autonom¨ªa respecto a Washington, votaron a favor junto a otros nueve pa¨ªses.
La votaci¨®n ha puesto de relieve la carga divisoria que tiene el conflicto en las relaciones transatl¨¢nticas y en el seno de la propia Uni¨®n Europea. Esta vez no ha habido una l¨ªnea de separaci¨®n entre la vieja y la nueva Europa, sino la pol¨ªtica de siempre de cada cual. Con lo que falta lo imprescindible para poder contemplar el fin de la violencia o una perspectiva de paz mediante la presi¨®n, o incluso intervenci¨®n, de la comunidad internacional. Y sin esa presi¨®n, es previsible que la situaci¨®n empeore a¨²n m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Resoluciones ONU
- Opini¨®n
- Yasir Arafat
- Consejo Seguridad ONU
- Pol¨ªtica exterior
- Estados Unidos
- Territorios palestinos
- Represi¨®n pol¨ªtica
- Israel
- ONU
- Geopol¨ªtica
- Conflicto ¨¢rabe-israel¨ª
- Oriente pr¨®ximo
- Organizaciones internacionales
- Asia
- Gobierno
- Conflictos
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica