Nadie en las cunetas
El pelot¨®n asume que los aficionados ni se enganchan a la Vuelta ni ven pasi¨®n por ninguna parte y culpan principalmente a las caracter¨ªsticas del recorrido
El enviado especial a la Vuelta de un diario deportivo franc¨¦s encabez¨® su cr¨®nica de la etapa reina de la Vuelta, la que acab¨® en el Envalira, con el sugestivo titular: "Gana el aburrimiento". Antes de abandonar la ronda espa?ola, que sigui¨® durante unos d¨ªas, la responsable de la secci¨®n de ciclismo del mismo diario confes¨® a un director deportivo espa?ol: "?Ah!, Pero si me lo he pasado bomba. La Vuelta es muy divertida, est¨¢n muy bien los restaurantes espa?oles, que cierran bien tarde, y los bares, y las fiestas hasta la madrugada". Cuenta la an¨¦cdota el mismo director mientras saborea unas tapas de jam¨®n de jabugo. "Esto, en efecto, no lo tiene el Tour", dice. ?Ah, la Vuelta!
"Pero no tiene sentido seguir comparando la Vuelta con el Tour", dice Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, director del iBanesto.com. "La Vuelta nunca podr¨¢ ser el Tour, es una carrera totalmente diferente, con sus atractivos propios. No tenemos que sufrir porque perdemos en la comparaci¨®n, sino disfrutar de lo que tenemos". Las sensatas palabras del director navarro, que, ausente de la Vuelta, trabaja 25 horas al d¨ªa en la b¨²squeda de un patrocinador que asuma la estructura que deja en el aire la retirada de Banesto, no explican, sin embargo, un hecho que este a?o se ha hecho verdad insoportable: la Vuelta 2003 apenas despierta el inter¨¦s de los aficionados.
"Ah, pero eso es una apreciaci¨®n subjetiva", responden desde Unipublic, la empresa publicitaria que organiza la Vuelta desde que en 1979 la abandonara el anterior organizador, el diario El Correo de Bilbao. "Tenemos cifras de audiencia que demuestran que el inter¨¦s no ha bajado, que como poco se ha mantenido". Seg¨²n los datos de Unipublic, la etapa m¨¢s vista de la Vuelta, que se transmite por La 2 hasta las 16.00 y hasta las 17.30 por la Primera de TVE, tuvo una audiencia m¨¢xima de poco m¨¢s de tres millones de espectadores. Fue el viernes 12, cuando Cauterets. La media de las 11 primeras etapas, medida en TVE 1, ronda los dos millones, con un share del 19,7%, lo que seg¨²n la gente de Unipublic es m¨¢s o menos lo mismo de los ¨²ltimos a?os. "Y eso que este a?o hemos tenido que competir con el Europeo de baloncesto, y ya est¨¢ la Liga de Campeones y la Copa Davis".
"Pero no", dice otro director espa?ol. "La Vuelta interesa menos este a?o entre otras cosas porque el recorrido no propicia la heroicidad, la gesta. Parece un recorrido dise?ado por Manolo Saiz para que lo pueda ganar alguno de sus corredores, que sufren en la monta?a. Es un regalo que comenz¨® con una contrarreloj por equipos que permiti¨® al ONCE-Eroski dar la sensaci¨®n de dominio abrumador, que continu¨® con una contrarreloj individual que acrecent¨® esa sensaci¨®n, que solap¨® los grandes puertos y que contin¨²a con otra contrarreloj. Y todos sabemos que los corredores que enganchan son los escaladores, los Heras y compa?¨ªa, precisamente los m¨¢s perjudicados por este trazado que mata la lucha". Y en las cunetas no hay nadie.
La contrarreloj de Zaragoza se disput¨® en una ronda de circunvalaci¨®n inaccesible a los aficionados. La etapa del domingo, la Del esperado final en La Pandera, transcurre por la N-IV, por la autov¨ªa de Andaluc¨ªa, hasta el pie del puerto. Una etapa de monta?a en autopista, a espaldas del p¨²blico, y de los pueblos. La Vuelta es una burbuja que no impregna el territorio que recorre. "Este tipo de recorridos matan el espect¨¢culo", dice Pablo Ant¨®n, manager del ONCE-Eroski. "Por la televisi¨®n s¨®lo se ve asfalto y vallas". "Pero es que nosotros no somos el Tour, que puede tener cortadas las carreteras 24 horas", responde un responsable de Unipublic. "Nosotros dependemos de Tr¨¢fico, que no nos deja ir por otra carretera, y, un trazado alternativo, aparte de que est¨¢ en obras, nos habr¨ªa supuesto muchos kil¨®metros m¨¢s, por lo que no habr¨ªamos podido respetar el tope de 3.000 kil¨®metros totales, que es un objetivo de Unipublic".
Txema del Olmo se cay¨® subiendo el puerto de Envalira. Fue una ca¨ªda similar a la que sufrieron Armstrong y Mayo en Luz Ardiden durante el pasado Tour. Con una diferencia: el americano tropez¨® con la gorra de un espectador, Txema del Olmo, con una valla publicitaria azotada por el viento en medio del desierto que le rodeaba. "Despu¨¦s del Tour, correr la Vuelta te da una gran sensaci¨®n de soledad", dice David Ca?ada, del Quick Step. "Es una situaci¨®n curiosa. Parece que no corres para nadie, que tu esfuerzo, tu sacrificio, no emociona a nadie, que no haces disfrutar. Nos faltan los espectadores".
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