"Esperar con los brazos cruzados a que muera Fidel Castro ser¨ªa irresponsable"
Eloy Guti¨¦rrez Menoyo naci¨® en Madrid hace 68 a?os. Hijo de padres republicanos, emigr¨® a Cuba siendo un ni?o y tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista se alz¨® en armas contra la dictadura. Cre¨® un frente guerrillero y baj¨® de la sierra con grado de comandante, pero pronto se desencant¨® del rumbo que tom¨® la revoluci¨®n de Fidel Castro. Se march¨® a EE UU (1961) y en 1965 regres¨® a la isla armado hasta los dientes, pero fue capturado. Tras pasar 22 a?os en una c¨¢rcel cubana, fue liberado gracias a las gestiones de Felipe Gonz¨¢lez y se instal¨® en Miami. Se cas¨®, tuvo tres hijos y fund¨® una organizaci¨®n, Cambio Cubano, que aboga por el di¨¢logo para conseguir la democratizaci¨®n de Cuba. En el exilio lo consideraron un traidor, m¨¢s cuando en 1995 regres¨® a la isla y se entrevist¨® con Castro, a quien pidi¨® que le permitiese residir en el pa¨ªs y abrir oficinas de su organizaci¨®n opositora. Nunca recibi¨® respuesta. Casi ciego, el verano pasado viaj¨® a la isla de vacaciones con su familia y, en un hecho sin precedentes, anunci¨® que se quedaba en Cuba para luchar por un espacio pol¨ªtico. En La Habana y en Miami todav¨ªa no se lo creen.
"No soy disidente, no me he apartado de la revoluci¨®n por la que luch¨¦. Aquella revoluci¨®n no se hizo para que hubiera un partido ¨²nico"
"La v¨ªa de la confrontaci¨®n no conduce a nada. 40 a?os de embargo de EE UU han demostrado que no llevan a la democratizaci¨®n de Cuba"
"Una extrema derecha llena de resentimientos y de odio ser¨ªa desestabilizadora para un proceso democr¨¢tico. Al primero que no le interesa es a EE UU"
"Los disidentes fueron acusados de trabajar para una potencia extranjera, pero no hay que olvidar que el Gobierno cubano hizo eso al aliarse con la URSS"
"Si el Gobierno cubano fuera inteligente aprovechar¨ªa mi presencia. Ser¨ªa incluso bueno para cambiar su imagen ante la Uni¨®n Europea y el mundo"
Pregunta. ?Cu¨¢l es el objetivo de este paso?
Respuesta. Mi intenci¨®n es obtener lo que vengo reclamando desde hace a?os: mi derecho a residir en Cuba -y con ello no estoy violando ninguna ley, como cubano tengo derecho a vivir en mi pa¨ªs, creo yo-; en segundo lugar, lograr un espacio legal para una oposici¨®n independiente. Hago hincapi¨¦ en lo de oposici¨®n independiente porque estoy en contra de que haya intervenci¨®n y manipulaci¨®n por parte de intereses o Gobiernos extranjeros.
P. ?Desde cu¨¢ndo ten¨ªa el plan de quedarse en Cuba de esta forma?
R. Desde hace tres a?os. Pero entonces me tuvieron que operar de la vista y no pudo ser. Lo iba a hacer el pasado mes de abril, cuando el Gobierno ten¨ªa previsto celebrar aqu¨ª una reuni¨®n con exiliados moderados, pero se cancel¨® tras el encarcelamiento de los disidentes.
P. Cuando se entrevist¨® con Fidel Castro en 1995, ya le pidi¨® residir en Cuba y que le permitiese abrir oficinas de su grupo. ?Cree que despu¨¦s de ocho a?os de espera es realista pensar que lo va a conseguir ahora?
R. Todas las cosas dependen del momento. Entiendo que si se pudiera lograr ese espacio legal para la oposici¨®n independiente, ser¨ªa el principio para resolver los problemas de Cuba. Si el Gobierno fuera inteligente, aprovechar¨ªa mi presencia aqu¨ª. Ser¨ªa incluso hasta bueno para cambiar su imagen ante la Uni¨®n Europea y el mundo, en estos momentos de aislamiento. Hasta Estados Unidos podr¨ªa respaldar una soluci¨®n de esa ¨ªndole, pues una extrema derecha llena de resentimientos y de odio ser¨ªa totalmente desestabilizadora para un proceso democr¨¢tico. Y eso, al primero que no le debiera interesar, es al propio Estados Unidos.
P. ?C¨®mo ha ca¨ªdo la decisi¨®n suya de quedarse en Cuba?
R. Imagino que al principio hubo una actitud de irritaci¨®n, de molestia, por m¨¢s que yo dije en mis primeras declaraciones a la prensa que no se deb¨ªa tomar mi actitud como un desaf¨ªo. No es ¨¦sa mi intenci¨®n. Por el contrario, quisiera que mi posici¨®n pudiera ser ¨²til a Cuba y ayudar al cambio necesario. Creo que despu¨¦s de la irritaci¨®n ha venido la reflexi¨®n: bueno, lo de Menoyo ya es un hecho consumado, ?qu¨¦ hacemos ahora? Aunque mi estatus no se ha legalizado y nadie ha dicho una palabra al respecto, la forma cautelosa en que est¨¢n actuando -no me han molestado para nada- me hace confiar en que primar¨¢ el an¨¢lisis y la inteligencia para resolver la situaci¨®n.
P. ?En el exilio aseguran que usted ha pactado con las autoridades, que tiene un apa?o con el Gobierno?
R. Mire, realmente, la posici¨®n que plantea Cambio Cubano, en favor del di¨¢logo y la reconciliaci¨®n, es como un s¨¢ndwich. Lo mismo quieren hacernos polvo en un lado que en otro. En 1995, cuando volv¨ª a Cuba y me entrevist¨¦ con Fidel Castro, al regresar a Miami me hicieron un acto de repudio. Recuerdo que en el mismo aeropuerto una mujer me grit¨®: "?Menoyo, ojal¨¢ te mueras de c¨¢ncer!". A?os despu¨¦s, en Cuba, se realiz¨® una reuni¨®n del Gobierno y sectores moderados del exilio, llamada la Naci¨®n y la Emigraci¨®n. Ante varios dirigentes cubanos, yo ped¨ª la palabra y me pronunci¨¦ firmemente en defensa de los derechos y libertades que se conculcan en Cuba. No gust¨® nada. Al salir, una se?ora muy comunista me grit¨® delante de todo el mundo: "?Menoyo, ojal¨¢ te mueras de un c¨¢ncer!". Yo le contest¨¦: "Se?ora, no se preocupe, que eso ya me lo han dicho antes; eso que usted quiere, tambi¨¦n lo desea la extrema derecha de Miami".
P. ?Niega que haya alg¨²n pacto con las autoridades?
R. Si hubiera habido un pacto para lograr un espacio legal para la oposici¨®n, ser¨ªa formidable. Ser¨ªa la primera vez que algo as¨ª sucediera. Comprender¨¢ que si ese pacto existiese, yo no me hubiera quedado de esta forma, creando una situaci¨®n embarazosa al Gobierno. Lo m¨¢s natural hubiera sido venir a Cuba, entrevistarme con Castro y despu¨¦s anunciar que se me ha concedido vivir en el pa¨ªs y abrir oficinas de Cambio Cubano. Yo he venido a contribuir con mi esfuerzo a un futuro mejor para este pa¨ªs, no a servir al Gobierno cubano, ni a EE UU, ni a nadie.
P. Usted est¨¢ ilegal en Cuba. Ma?ana mismo pueden ponerlo en un avi¨®n...
R. No es tan sencillo. Casualmente, he perdido mi pasaporte y todos mis documentos, y sin eso no se puede viajar. De todas formas, ya he dicho a quien quiera escuchar que no pienso coger una lancha para cruzar la bah¨ªa de La Habana ni tampoco me voy a montar en un avi¨®n para viajar al interior, por si me pongo fatal y lo secuestran. Aun as¨ª, si eso ocurriese, ser¨ªa el primer balsero que viene de Miami para ac¨¢. Mi decisi¨®n es firme. No hay vuelta atr¨¢s. Y estoy dispuesto a llevar esto a las ¨²ltimas consecuencias, aun a riesgo de mi vida.
P. ?Ha tenido alg¨²n contacto con las autoridades?
R. M¨¢s que contactos, yo dir¨ªa que ha habido tanteos extraoficiales. A t¨ªtulo personal, ha venido a verme un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Quer¨ªa saber cu¨¢l era mi posici¨®n, mis prop¨®sitos. Y he sido muy claro. Se han preocupado por cuestiones pr¨¢cticas; por ejemplo, me han expresado su preocupaci¨®n por qu¨¦ ocurrir¨ªa si un polic¨ªa me detiene en la calle por no llevar documentos. Me han dicho: "Si eso pasa alguna vez, por favor, llama a este tel¨¦fono". Yo he respondido que despu¨¦s de pasar 22 a?os en una c¨¢rcel, no voy a molestar a nadie por una bober¨ªa como pasar unos d¨ªas en un calabozo. Por otro lado, he preguntado si se iban a tomar represalias contra la familia que me ha abierto la puerta de su casa, los padres de un amigo m¨ªo que vive en Miami. En ese aspecto, se me ha garantizado que no va a haber ning¨²n tipo de represalia. Pero nada me han dicho de c¨®mo se va a arreglar mi situaci¨®n ni han dado respuesta a mis peticiones.
P. ?C¨®mo ha ca¨ªdo su decisi¨®n en Miami?
R. Por ejemplo, en el colegio de mis hijos, el respaldo ha sido sorprendente. Desde la directora del colegio, los profesores, los alumnos, todo el mundo. Hay una corriente mayoritaria en el exilio, gente de a pie, que se gana su sueldo con honradez, que viaja a Cuba, que env¨ªa ayuda a sus familiares, y mi actitud ha sido vista por toda esa gente con un respeto tremendo. Ahora hay una extrema derecha en Miami que dice que un paso como el que yo he dado no se puede dar si no se est¨¢ de acuerdo con el Gobierno. L¨®gicamente, lo que ven es que si yo logro el espacio legal que reclamo, entonces no tienen nada que hacer en este pa¨ªs por largo rato, se acaban sus sue?os de poder regresar y repartirse el pa¨ªs como se reparten las contratas en Miami. Para ellos soy un obst¨¢culo y, obviamente, me quieren hacer polvo.
P. ?Por qu¨¦ un hombre como usted, que naci¨® en Madrid, tiene esa pasi¨®n por Cuba? ?Qu¨¦ tiene tan especial este pa¨ªs?
R. Mi padre era m¨¦dico y fue jefe de los servicios de salud de las zonas Central, Sur y Levante de la Rep¨²blica, y al terminar la Guerra Civil lo metieron en la c¨¢rcel. Yo recuerdo, en la posguerra, cuando iba al colegio en la Barceloneta, a mi madre dici¨¦ndome: ten cuidado, no hables esto, no hables lo otro, no menciones a tu padre, no digas que tu hermano muri¨® luchando contra Franco en Majadahonda,... cosas de esas. Sin embargo, cuando llegu¨¦ de ni?o a Cuba, todo eso se acab¨®. Fue el primer pa¨ªs en el cual conoc¨ª realmente la libertad. Obviamente, pod¨ªa haber corrupci¨®n, injusticias y otras cuestiones que yo no entend¨ªa de ni?o. Pero asocio Cuba a esa primera experiencia de tener una libertad tremenda. ?ste es un pa¨ªs maravilloso y con una gente maravillosa. Nada m¨¢s llegar me aplatan¨¦ y sent¨ª este pa¨ªs como algo propio.
P. Recientemente, en una entrevista con este diario, dec¨ªa que hab¨ªa que reinventar la revoluci¨®n. ?Cree que a estas alturas la revoluci¨®n cubana es rescatable?
R. Yo dir¨ªa que s¨ª. Es rescatable. La revoluci¨®n que se proclam¨® en 1959 uni¨® pr¨¢cticamente a todo el pueblo en torno a consignas bien claras, todas de car¨¢cter nacionalista. Una revoluci¨®n tan cubana como las palmas, una revoluci¨®n que no fuera sin¨®nimo de falta de libertades. Desde luego que hay que reinventarla, porque lo que ahora existe impide que el pueblo de Cuba pueda tener una esperanza y pueda luchar por un futuro.
P. ?Se sigue considerando revolucionario?
R. A veces han dicho de m¨ª que soy un disidente. Aclaro: no soy disidente, yo no me he apartado de la revoluci¨®n por la que luch¨¦. Me considero revolucionario porque sigo creyendo en aquella revoluci¨®n, que no se hizo para que hubiera un partido ¨²nico. Soy revolucionario porque creo que las cosas en Cuba hay que cambiarlas de una forma revolucionaria. No se puede esperar a cambiar por evoluci¨®n, en 10 o 20 a?os. Esperar con los brazos cruzados a que muera Castro ser¨ªa una irresponsabilidad, un desastre.
P. ?Cu¨¢l es la Cuba con que usted sue?a?
R. Una Cuba en la que bajo ning¨²n concepto se estrangule la creatividad del cubano, la iniciativa del cubano. Una Cuba en la que la gente no tenga que pensar en buscar su futuro en el extranjero, sino que tenga oportunidades en su tierra y pueda luchar por levantar su pa¨ªs. Una Cuba en la que tanto el Gobierno como la oposici¨®n trabajen con responsabilidad por un futuro mejor para todos.
P. Sigue pensando que es necesario el di¨¢logo con Fidel Castro, aunque no parece que haya demasiada voluntad de impulsar cambios desde el Gobierno.
R. Creo que ser¨ªa formidable contar con la participaci¨®n de Castro. Ser¨ªa importante que ¨¦l diese los primeros pasos hacia una transici¨®n pac¨ªfica en nuestro pa¨ªs. Hace poco, un periodista dijo que mi posici¨®n era ingenua, que era un so?ador. Es posible que sea as¨ª, pero yo no voy a permitir que nadie venga a arrebatarme la ingenuidad ni la posibilidad de so?ar. Estoy seguro de una cosa: la v¨ªa de la confrontaci¨®n no conduce a nada. Cuarenta a?os de embargo norteamericano han demostrado que esa pol¨ªtica no conduce a la democratizaci¨®n de Cuba. Todo lo contrario: seguir acorralando a un sistema como el que impera en Cuba va a tener como resultado respuestas cada vez m¨¢s desesperadas.
P. ?C¨®mo interpreta la reciente encarcelaci¨®n de 75 disidentes por el Gobierno?
R. Le respondo lo mismo que la ¨²ltima vez. Los disidentes fueron acusados de trabajar para una potencia extranjera, pero no hay que olvidar que el primero que se ali¨® a una potencia extranjera fue el Gobierno cubano, con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Es cierto que el embajador norteamericano en Cuba actu¨® de una forma provocadora y trat¨® de manipular a la oposici¨®n, pero en cualquier caso las condenas fueron injustas y excesivas. Yo insisto en lograr un espacio legal para la oposici¨®n independiente porque sin ese espacio legal, la disidencia que pueda crecer dentro de Cuba ser¨¢ manipulada por EE UU, o penetrada y aplastada por los servicios de inteligencia de Cuba en el momento que les d¨¦ la gana, como ha ocurrido ahora. Si existiera ese espacio legal, tendr¨ªa que ser respetado y ser¨ªa el primer s¨ªntoma de que Cuba ha comenzado a dar pasos serios a favor de la democratizaci¨®n del pa¨ªs.
P. ?No teme que le acusen a usted tambi¨¦n de conspirar con EE UU contra la revoluci¨®n?
R. No le niego que ofrecimientos de EE UU he tenido muchos: del Departamento de Estado, de la Freedom House, del Pent¨¢gono, de todas partes. Pero realmente yo no nac¨ª para servir a ninguna potencia extranjera, ni tampoco para pertenecer al servicio de inteligencia cubano, y eso aqu¨ª lo saben bien. En 1960 yo no estuve de acuerdo con el rumbo que tom¨® la revoluci¨®n y me fui de Cuba. Cuando llegu¨¦ a EE UU, me tuvieron seis meses encerrado en un campamento de inmigraci¨®n en Tejas. All¨ª me propusieron participar en la invasi¨®n de la bah¨ªa de Cochinos, que la CIA estaba organizando en aquel momento. Les dije que si yo, en vez de encontrarme en ese momento en EE UU, estuviera en Cuba, sencillamente coger¨ªa un rifle y defender¨ªa mi pa¨ªs de una invasi¨®n extranjera.
P. S¨ª, pero usted despu¨¦s organiz¨® desde Miami una expedici¨®n armada contra Castro, fue detenido y pas¨® 22 a?os en una c¨¢rcel, donde perdi¨® la visi¨®n de un ojo por un golpe de un carcelero. ?C¨®mo se conjuga ese pasado con su actual mensaje de di¨¢logo y reconciliaci¨®n?
R. Se compagina por una raz¨®n muy sencilla. Cuando uno ha sufrido un sistema de presidio tan crudo y tan brutal como el que yo sufr¨ª, llegas a la conclusi¨®n de que t¨² eso no lo quieres para ning¨²n ser humano. Para resistir en un presidio tantos a?os, la ¨²nica forma de resistirlo es logrando no albergar ning¨²n tipo de odio contra tus carceleros, porque si no, el odio te destruye a ti. Al salir de la c¨¢rcel pude rehacer mi vida, casarme y tener tres hijos. ?Tengo derecho acaso, porque sufr¨ª, a inculcarles a ellos un sentimiento de odio y resentimiento? No, quiero que crezcan con amor. Si yo me hubiera dejado llevar por el revanchismo, en 1995, cuando regres¨¦ a Cuba y me entrevist¨¦ con Castro, le hubiera reprochado que me jodi¨® la vida. Probablemente, ¨¦l me hubiera contestado justificando el pasado. Pero no. Le dije: "No vamos a hablar del pasado, no tiene sentido; vamos a hablar del futuro", y ¨¦l estuvo de acuerdo. Por el bien de Cuba, lo que yo reclamo ahora es eso mismo: que todos miremos adelante para evitar que el pa¨ªs se hunda.
P. ?Estar¨ªa dispuesto a verse con el jefe de la Secci¨®n de Intereses de EE UU en Cuba?
R. Por supuesto. Si estoy por el di¨¢logo y estoy por una soluci¨®n pac¨ªfica, pues l¨®gicamente no puedo tener la puerta cerrada para nadie. Lo ver¨ªa y le reiterar¨ªa cu¨¢l es la posici¨®n de Cambio Cubano. Que EE UU cese de una vez en la v¨ªa de confrontaci¨®n y deje que el problema de Cuba lo resolvamos entre cubanos, sin injerencia alguna. Le dir¨ªa tambi¨¦n que no trate de manipular a una disidencia interna, porque terminar¨¢ por acabarla, no por hacerla crecer.
P. El 50% de los cubanos tienen menos de 30 a?os, no conocen a Menoyo ni su historia. ?Qu¨¦ les contar¨ªa? ?Qu¨¦ mensaje tiene para proponerles?
R. Es cierto, mucha gente no me conoce y, adem¨¢s, el control sobre los medios de difusi¨®n en Cuba s¨®lo ha permitido que tengan de m¨ª una imagen distorsionada. Sin embargo, hasta ahora, cuando alg¨²n amigo me ha presentado, s¨®lo he tenido muestras de solidaridad y de afecto. Tambi¨¦n han ocurrido cosas graciosas. El otro d¨ªa, un joven que me hab¨ªa visto en una televisi¨®n extranjera me dijo: "Est¨¢s del carajo, Menoyo. Todo el mundo queri¨¦ndose ir de aqu¨ª, y t¨² que quieres regresar".
P. Usted perdi¨® la visi¨®n de un ojo en la c¨¢rcel y hace tres a?os tuvo un accidente en el otro. Pr¨¢cticamente no ve nada. ?C¨®mo afecta esto a...?
R. S¨ª, pero no estoy ciego para ver el futuro.
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