La risa del p¨¢rroco
En el barrio de P¨ªo XII de Sevilla hay un p¨¢rroco con una notable afici¨®n a la m¨²sica; m¨¢s concretamente a la del repique de campanas. Empujado por dicha meloman¨ªa hace que las de su parroquia suenen toda la semana a todas horas. No tiene l¨ªmite ni medida. Al punto de que los repiques comienzan ya la ma?ana del domingo. Pero no para llamar a misa de 12, no. Suenan con todo empuje y contumacia a las siete horas y 30 minutos de la ma?ana. El se?or p¨¢rroco llama a misa a su feligres¨ªa y, de paso, nos arranca el sue?o a todos los dem¨¢s vecinos.
El domingo pasado me decid¨ª por fin y le habl¨¦. Le hice ver lo tempraneo e innecesario del repique; lo que molesta que ¨¦ste se repita por tres veces consecutivas entre las siete y media y las ocho; que habr¨ªa personas que seguramente habr¨ªan trabajado la noche anterior, y que, sin duda, los feligreses de esa misa tendr¨¢n reloj. La respuesta del cura p¨¢rroco fue la risa. Una socarrona y prolongada risa. Me dijo, adem¨¢s, que la Iglesia siempre hab¨ªa usado la campana (a lo que le objet¨¦ que en la Edad Media no hab¨ªa relojes de pulsera ni de mesilla de noche) y que como el ¨²nico que resultaba molestado era yo, pues no hab¨ªa nada m¨¢s que hablar (me dijo que me quejara al arzobispo).
Le dije al p¨¢rroco que tal vez eso que se llama caridad cristiana podr¨ªa dar un nuevo enfoque a la cuesti¨®n y, de nuevo, me remiti¨® al palacio arzobispal. Estoy perplejo, confuso. No s¨¦ qu¨¦ hacer. No me s¨¦ mover en los palacios arzobispales. Por tanto, no s¨¦ si seguir¨¦ esa v¨ªa. De lo que s¨ª estoy seguro es de que cuando llegue el momento de hacer la declaraci¨®n del IRPF y de marcar, o no, la casilla de la Iglesia Cat¨®lica, me acordar¨¦ de la risa del p¨¢rroco y tal vez haga como quien oye campanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.