Ayala tensa su pulso
El defensa sigue sin jugar y presiona as¨ª al Valencia para que le aumente el sueldo
Como en uno de esos feroces duelos que mantiene con los delanteros, Ayala le ha echado un potente pulso al Valencia. El vac¨ªo de poder que vive el club de Mestalla, sin ning¨²n dirigente con capacidad de liderazgo, tiene consecuencias como ¨¦sta: nadie quiso hace un mes traspasar a Ayala al Madrid y ahora todos se arrepienten de no haberlo hecho. Desde que empez¨® el campeonato, Ayala, defensa argentino de 30 a?os, trata de sacar tajada econ¨®mica de la oferta madridista y del desgobierno de Mestalla. Pide un aumento de sueldo mientras practica el absentismo laboral: no ha disputado ninguno de los cuatro partidos de Liga, pero s¨ª actu¨® con la selecci¨®n argentina. A la vista, el encuentro ante el Madrid del s¨¢bado en el que la participaci¨®n del capit¨¢n de la selecci¨®n argentina se antoja dif¨ªcil. Ayer, adem¨¢s, se descart¨® para la cita de ma?ana en Suecia ante el AIK Solna de la Copa de la UEFA (20.30, Canal Nou). Alega molestias en los isquiotibiales. Sin embargo, se entren¨® con aparente normalidad en los sprints y en el golpeo de bal¨®n. Como curiosidad, Ayala es un experto en combatir las lesiones musculares: despu¨¦s de cada sesi¨®n, estira pacientemente cada m¨ªnimo m¨²sculo de su cuerpo. Parece un contorsionista.
El argentino trata de sacar tajada econ¨®mica de la oferta madridista y del desgobierno de Mestalla
El valencianismo esperaba que Ayala se apuntara a la expedici¨®n de hoy a Suecia, sobre todo despu¨¦s de que el otro central experimentado, Pellegrino, se lesionara el s¨¢bado en el Calder¨®n ante el Atl¨¦tico: luxaci¨®n de hombro. Pero nada. Ayala se march¨® de Paterna con cajas destempladas. Su representante, Gustavo Mascardi, acababa de rechazar una propuesta valencianista de ampliaci¨®n de contrato por dos a?os m¨¢s. El jugador, que termina contrato en 2005, cobra 1,2 millones netos por temporada. Y el club, acechado por un agujero econ¨®mico, le ofrece un m¨ªnimo incremento: 1,3 millones. "La actitud del Valencia ha sido mezquina y especuladora. Si no quisieron que se marchara al Madrid, al menos que haya una compensaci¨®n", protest¨® en la Cadena Ser el intermediario, que aclar¨® que Ayala s¨®lo volver¨¢ a jugar cuando se encuentre "al 100%". No est¨¢ dipuesto a arriesgar una lesi¨®n mayor y su representante record¨® que ya se perdi¨® el pasado Mundial de Corea y Jap¨®n por haber forzado demasiado.
El desencuentro de Ayala con Mestalla comenz¨® cuando el central argentino advirti¨® que no llegaba la mejora de salario que alg¨²n directivo le hab¨ªa prometido. La crisis financiera le pill¨® en medio. Se sinti¨® enga?ado y, en verano, declar¨® que le encantar¨ªa firmar por el Bar?a, que se hab¨ªa interesado por ¨¦l. Descartado en el Camp Nou por demasiado caro, el jugador se agarr¨® a la oferta del Bernab¨¦u. Pero tampoco. A pesar de que el Valencia habr¨ªa conseguido en la negociaci¨®n al deseado Eto'o, delantero del Mallorca, la directiva temi¨® enfrentarse a su hinchada por haber reforzado la zaga madridista.
Ayala se ha revalorizado en Valencia desde que llegara, en verano de 2000, procedente del Milan. El club valenciano pag¨® por ¨¦l 3,6 millones, lo que se consider¨® poco despu¨¦s una ganga, habida cuenta del rendimiento del argentino, nombrado mejor defensa de la Champions en el ejercicio siguiente. El precio del traspaso fue bajo por dos motivos: en el Milan, Costacurta le hab¨ªa cerrado el paso; y, en segundo lugar, su pasaporte italiano presentaba muchas dudas. Tantas, que la federaci¨®n espa?ola le retir¨® el a?o pasado su condici¨®n de comunitario y lo inscribi¨® como extracomunitario. Su juego en Espa?a ha estado te?ido de excesos: excelentes actuaciones (marc¨® el gol del t¨ªtulo de Liga 2002 ante el M¨¢laga), grandes pifias (una de ellas ante el Depor excluy¨® a su equipo de la Champions en 2001-2002) y feas entradas que le dieron fama de duro.
Natural de Paran¨¢, Ayala fue padre a los 16 a?os y capit¨¢n de Argentina a los 22. Sus compa?eros lo respetan mucho. Los rivales, no digamos. Sali¨® de la cantera de Ferrocarril Oeste, pas¨® por el River Plate y jug¨® tres a?os en el N¨¢poles. En su familia todos fueron centrales: su abuelo, su padre, su hermano y ¨¦l, quien m¨¢s lejos ha llegado. A ver hasta d¨®nde le lleva este pulso.
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