"Queremos que Telef¨®nica haga un gesto con I+D del grupo en Catalu?a"

Jordi Alviny¨¤, secretario de Telecomunicaciones y Sociedad de la Informaci¨®n de la Generalitat desde enero de 2002, ha vivido desde el cargo el panorama posterior al pinchazo de la burbuja tecnol¨®gica, marcado por la aton¨ªa inversora, el cierre de puntocom y la obligaci¨®n de poner los pies en el suelo por lo que respecta al ambicioso plan estrat¨¦gico de 1999 para que Catalu?a se sumergiera en la sociedad de la informaci¨®n, cuya necesaria "revisi¨®n" no dar¨¢ lugar, para sorpresa de la oposici¨®n, a un nuevo plan estrat¨¦gico de igual corte, sino a una mera, aunque imprescindible y para muchos tard¨ªa, "reflexi¨®n de conceptos".

Este plan-reflexi¨®n pasa por analizar los puntos fuertes y d¨¦biles de Catalu?a en materia de nuevas tecnolog¨ªas, con el fin de dise?ar actuaciones espec¨ªficas y de evitar "querer hacer cosas para las que nosotros no tenemos recursos", explica Alviny¨¤, en una entrevista en la que evoca que la comunidad tuvo que aparcar su cacareado sue?o de convertirse en un Silicon Valley mediterr¨¢neo "que ten¨ªa sentido en California, con unas empresas determinadas", y que se complic¨® otro de los grandes referentes, el de Finlandia, que, industria papelera aparte, se volc¨® en el monocultivo de los m¨®viles con Nokia. En Catalu?a, nunca lleg¨® a levantarse la esperada empresa ancla en torno a la cual se hubiera podido generar un tejido empresarial potente en el sector de las nuevas tecnolog¨ªas. Y Terra...

"Si su empresa matriz disuelve Terra, claro que perderemos su sede social y fiscal"

"En Catalu?a debe crecer la competencia, que hoy no existe, en las ciudades medianas"

Pregunta. ?Qu¨¦ opina la Generalitat sobre la oferta de Telef¨®nica sobre su filial Terra y qu¨¦ dir¨ªa a sus airados accionistas?

Respuesta. La problem¨¢tica de Terra no s¨®lo es interna del Estado espa?ol. Se enmarca en c¨®mo se resit¨²a el tipo de servicios que ofrece Terra en el plano internacional. Hace a?os que los expertos en Internet vaticinaban que los portales generalistas dif¨ªcilmente tendr¨ªan encaje a corto plazo y que s¨®lo quedar¨ªan dos o tres en todo el mundo, mientras que los generalistas m¨¢s regionales tendr¨ªan un futuro m¨¢s bien incierto. El proceso de Terra refleja esta predicci¨®n. Es dif¨ªcil pronunciarse sobre lo que deben hacer los accionistas. No se puede aconsejar a nadie si no est¨¢s enterado de los planteamientos econ¨®micos y de su repercusi¨®n.

P. Para el Gobierno catal¨¢n, asoma otra repercusi¨®n: que Terra pierda la sede social y fiscal en Barcelona tras el choque con Madrid por sus impuestos.

R. Si la empresa matriz la disuelve, pues evidentemente. Tiene la sede social donde la tiene.

P. La Generalitat pact¨® muchos compromisos con Telef¨®nica. Algunos cumplidos y otros no. Pero en Telef¨®nica flota la idea de que no da en Catalu?a lo que podr¨ªa porque no se le pide gran cosa. ?Qu¨¦ quiere?

R. Las sedes de empresas en el grupo Telef¨®nica tienen una situaci¨®n muy consolidada y creo que es complicado prever cambios en cualquier empresa surgida de la privatizaci¨®n de antiguos monopolios. Aqu¨ª hay poco que hacer. Nosotros hemos pedido a Telef¨®nica que haga una apuesta importante para desarrollar I+D en Catalu?a. Telef¨®nica mont¨® su centro de investigaci¨®n de la estaci¨®n de Francia, pero nos gustar¨ªa que hubiera una apuesta m¨¢s clara y firme. Los proyectos que Telef¨®nica cit¨® cuando lo present¨® para desarrollar aqu¨ª tienen futuro. Pero falta que apueste firmemente por ellos. Nos gustar¨ªa ver alg¨²n gesto m¨¢s all¨¢ de lo hecho hasta ahora.

P. ?Se queja del dinero, del empleo, de los proyectos?

R. Proyectos significa empleo y empleo significa dinero. Es una cadena. Queremos que sea un centro interno de I+D de Telef¨®nica, para proyectos de Telef¨®nica, que se nutra de proyectos impulsados por la propia compa?¨ªa, igual que lo son los que la empresa tiene en Madrid y Valladolid. Ello no excluye que este centro pueda hacer proyectos de partenariado con otras instituciones.

P. Tras el pacto accionarial que le salv¨® la vida al privatizado operador catal¨¢n al-pi, se ha producido un relevo en su presidencia. ?No peligra el pacto entre Generalitat y Uni2?

R. Seg¨²n mi parecer, no debe tener impacto. El acuerdo se alcanz¨® con la matriz France Telecom, con Par¨ªs. Debemos creer que est¨¢ asumido.

P. ?Es cierto que tienen a dos comisarios vigilando al-pi?

R. No, no. El acuerdo alcanzado nos pareci¨® correcto, y quer¨ªamos tener la tranquilidad de que todo se desarrollar¨ªa conforme a lo acordado. Lo que hacemos es un seguimiento del d¨ªa a d¨ªa de la compa?¨ªa para conocer su evoluci¨®n constante. Los acuerdos pactados tras la ampliaci¨®n de capital se est¨¢n cumpliendo escrupulosamente. Hemos estado actualizando el funcionamiento de la compa?¨ªa hasta diciembre de 2002 y ahora nos dedicamos a evaluar los compromisos del contrato de privatizaci¨®n.

P. ?Valen esos compromisos con la que ha ca¨ªdo en el sector de las telecomunicaciones?

R. Los compromisos de la Generalitat cuando se privatiz¨® el 75% de la empresa estaban pensados para reforzar la compa?¨ªa en Catalu?a. Si el entorno ha cambiado, lo l¨®gico es que los actualicemos. Tambi¨¦n lo ha hecho en otros casos el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa. Precisamente nosotros ligamos la evaluaci¨®n de si se cumplen o no los compromisos para 2002 al replanteamiento de los propios compromisos ante el actual marco del mercado de las telecomunicaciones. Puede haber un reajuste de los compromisos y de los avales correspondientes.

P. ?Tiene sentido que al-pi deba superar los 400 empleados?

R. A nosotros nos interesa preservar la configuraci¨®n de la plantilla de la compa?¨ªa. Pero todas las compa?¨ªas del sector han revisado las suyas. Necesitan un m¨ªnimo para funcionar, por debajo del cual se pone en crisis la existencia de la propia compa?¨ªa. Tal vez haya que actualizar las previsiones de crecimiento de la plantilla de al-pi.

P. ?Hay bastante competencia en el sector, en Catalu?a?

R. El mercado de telefon¨ªa fija est¨¢ muy estabilizado. Ser¨ªa bueno que se desarrollara m¨¢s competencia. ?sta es real en las grandes ¨¢reas urbanas, pero ser¨ªa bueno, y es posible, que la competencia llegue a ciudades medianas de Catalu?a. Ello no alterar¨ªa los precios, pero s¨ª las condiciones en la prestaci¨®n de servicios, como la calidad, atenci¨®n al cliente, productos m¨¢s novedosos. En Catalu?a puede y debe crecer la competencia en la prestaci¨®n de servicios finales en un segmento de ciudades medias que ahora no existe.

P. ?Qu¨¦ puede hacer o va a hacer la Generalitat para que la ¨²nica gran empresa de telecomunicaciones con sede en Barcelona, Auna, no se vaya?

R. La decisi¨®n final corresponde a la empresa. Los gobiernos s¨®lo podemos manifestar deseos e intereses, y tienen palancas para ayudar o entorpecer procesos. Unas palancas son m¨¢s fuertes que otras. Y la Constituci¨®n da mucha palanca al Gobierno del Estado y muy poca a los auton¨®micos.

La clara voluntad de la Generalitat es consolidar la presencia de este grupo en Catalu?a, pero es cierto que una parte importante de este proceso de consolidaci¨®n debe ser generado por la propia compa?¨ªa. Es complicado avanzar propuestas cuando una de las herramientas, el poder legislativo, no la tenemos. Una de nuestras propuestas del Estatut es que la Generalitat tenga un alto grado de competencias en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, porque es transversal a muchos otros procesos econ¨®micos, sociales, culturales y pol¨ªticos. Todo gobierno debe tener herramientas para trabajar en el sector.